Thursday, October 26, 2006

Mi semana con Corteira

Viaje 5 – 6138 millas náuticas

Día 38

El día de ayer partió difícil. En el muelle había mucho viento y al poco andar en el bus empezó a llover y no paró más. De todos modos me gustó la experiencia, porque es la primera ve que grabo en tierra con lluvia. Ya varias veces me ha tocado en el mar, pero es poco probable que en otras circunstancias tenga que grabar desde una embarcación con lluvia, pero si tengo la idea de un proyecto que si resulta me vería enfrentado a condiciones de tiempo adversas sobre la madre tierra.
La talla que ha dado vuelta en el barco desde que sabemos que Longueira viene de pasajero es que hay que poner un asiento extra para Jaime Guzmán. Cuando llegamos al barco se sentía una presencia extraña. Me puse a grabar en la cubierta rogando que se hubiera fracturado un pie o algo que le impidiera haber venido al crucero. Cuando de repente veo que tras una parka naranja marca de North Face aparece el Senador por la circunscripción Santiago Oriente. Puse el visor sobre la cámara como si estuviese grabando y apunte el foco a otra parte. Así no tuve que decirle buenas tardes.
Al llegar a la cena mi pesadilla se cumplió. Estaré en la misma mesa que él. Es decir, desayuno, almuerzo y cena durante cinco días será con una de las personas que conceptualmente más desprecio. Bueno, quizás sea un buen momento de separar el mito del hombre. Se sentó a la derecha del capitán, después estaba su esposa, más allá la esposa de Rodrigo Álvarez, diputado de la UDI por Magallanes, después el mencionado legislador, seguido de Marcelo, yo y mi compañero. Al otro lado el doctor (que es bastante joven, vive en Natales así que pretendo hacerme amigo de él) y un comandante en retiro de la Armada cierran la mesa. Lindo grupito para salir a carretear cualquier día.
Longueira no saludó a nadie fuera del capitán y no habló mucho con nadie. Tiene una mirada durísima, mucho más de lo que se nota en televisión, unas ojeras tremendas y cara de estar muy enojado. Luego de la presentación de rigor, el capitán presentó especialmente al senador a bordo. No pude aplaudirlo. No pude. Escondí las manos bajo la mesa y miré para otro lado.
A medida que avanzó el almuerzo conversamos con el diputado que está más cerca y el tipo es de lo más piola del mundo, súper sencillo y agradable (obviamente, todavía no hablamos de materias legislativas).
Después del postre repartieron whisky y ahí si que quien quiere ser presidente de Chile se prendió y habló durante dos horas con el capitán. Me fui a editar, pero desde mi oficina los escuchaba de rebote. Se turnaban en los monólogos. Longueira es la primera persona que escucho tratar de tu al capitán. Este, pobre, en su semana de máxima gloria al tener autoridades abordo se encuentra afónico. Pero como es imposible mantenerlo en silencio le daba la pelea. Una de las cosas que me sorprendieron que es que durante toda la conversación las esposas de ambos congresistas se quedaron en la mesa y no intervinieron ninguna vez. Parecían adornos. Sólo se levantaron cuando sus maridos lo hicieron.
Una de las cosas buenas de este viaje es que el capitán está tan prendido con sus invitados que no sé va a preocupar de otra cosa… es decir, va a huevear muy poco esta semana. Algo bueno de andar con corteira.

Día 39

El discurso audiovisual y lo que genera sigue estando dentro del ámbito de la incertidumbre para mi. Uno puede pensar en que va a significar una toma, pero en realidad me doy cuenta que la interpretación puede ser múltiple. Llovió en Amalia. Una joda para grabar. Hice un buen rato unas tomas echando la talla con unos australianos cuando, de repente, aparece Longueira. Nuevamenete la chaqueta naranja, ahora con un jockey de Ferrari. Estaba grabando con una cámara Handycam. Ok, me dije. Si lo tienes que grabar alguna vez, hazlo ahora. Tire un plano medio de perfil que terminò en ¾ cuando él terminó el paneo. Al rato se me acerca su señora y me pregunta por el funcionamiento de su cámara de fotos. Al rato me pide que le saque una foto con su marido, el diputado Álvarez y su señora. “No hay problema, son 10 dólares…” – dije. “Si salimos bien te damos 15”- me contesta Longueira. ¡Genial!, Esteban Gómez Cotorás tirando tallas con ese personaje. Los tipos posaron con el glaciar Amalia de fondo. ¡clic! Un bellísimo momento kodak. Después hice una que otra toma y de la nada el comandante se me acerca y me empieza a contar su vida. ¿¡Qué le pasa al mundo!?.
En el almuerzo conversamos harto con el diputado. A pesar de ser vicepresidente de la UDi el tipo es re’ buena onda. Contó que su peor momento como diputado fue un 18 antes de las elecciones. Un temporal de nieve dejó aislado a Natales y el era la única autoridad inaugurando las ramadas que, en rigor, se hacían dentro de un gimnasio. Para no hacer el ridículo había estado en clases de cueca. Pero al llegar al escenario el presentador le dice: “Ud. es muy joven… en vez de cueca le vamos a poner la Mayonesa. “Esa elección saqué hartos votos, pero solo me lo explico porque le di pena a la gente”. Inmediatamente el presidenciable Udi se manda un comentario de antología: “Uno en campaña baila cualquier cosa”.
En la tarde bajamos al fiordo Antrim. Longueira estaba sentado en el punte de mando mirando por la ventana. Con el jockey de Ferrari hacia atrás. Me encantó esa toma. Tenía una mirada tan demacrada, como si dijera: ¡chucha, perdí la elección!
Pensé que no íbamos a bajar, porque estaba lloviendo y fuerte, pero el capitán dijo que si. Así que fue la primera vez que grabo en Antrim, ya que la anterior me habían quitado la cámara. Desde el bote “filmador” nos acercamos hacia los pasajeros. Longueira estaba parado en la parte posterior al lado de una bandera de Chile. Tiré una toma y sin darme cuenta era perturbadoramente fascista. Este pelmazo con la cabellera al viento, enfrentando la lluvia y con la bandera chilena flameando. Era una toma de campaña. Obviamente no la usé. Pero me asustó. Me asustó que, si yo quisiera, puedo hacer parecer heroico a un pelotudo de esa calaña.
En la noche había fiesta, pero no prendió mucho. El capitán estrujo sus cuerdas vocales conversando con Longueira. Como a las 12 se fue y los congresistas quedaron hablando entre ellos. Obviamente paré la oreja y la conversación versaba sobre sus lanchas en Pucón y la afición de sus amigos de la Udi por el ski. Muy lindo su partido popular.

Día 40

Para mi, el día 40 marca el límite. Es un número bíblico, recurrente. Cuando pololié me patearon exactamente el día 40. En mi siguiente relación sentí con alivió el paso del día 40, porque me hacía la idea que si pasaba esa prueba podría seguir mucho más tiempo. Nunca había estado 40 días seguidos fuera de mi casa (36 creo que era el máximo).
Tuve un sueño perturbador. Soñé que me enteraba que abrían un concurso para i pega. No estaba ni en Santiago, ni en Natales y me enojé mucho por la posibilidad que me reemplazaran. Para la postulación tenía que ir a un edificio e ir resolviendo acertijos para pasar a la siguiente puerta. Al final tuve que desenterrar una caja que contenía todos mis recuerdos de infancia. Juguetes, fotos del colegio, mi titi (oso de peluche) y en eso sonó el despertador. Me levanté espantado. Se están apoderando de mi subconsciente. Esta corporación está en camino a apropiarse de el.
El glaciar Pio XI estuvo maravilloso. Tuve harta suerte y agarre cuatro derrumbes con encuadres decente. Esto es un poco como los penales. Si uno tiene técnica hay posibilidad de atajarlos, pero uno no sabe para donde va a ir la pelota y tiene que adivinar. De vuelta en el barco mi compañero dice que lo calzaron, el capitán le dijo que le saqué fotos a Longueira para la campaña. Yo subo a la cubierta y después que se sacara fotos Longueira me dice que lo filme para tener imágenes para la campaña con el glaciar de fondo. ¿Tan pronto? Le pregunto con cara de sorpresa. “Si, es que nunca se sabe cuando volveré a venir acá.” Quiero que me tomes con el glaciar pasando. Le hice una toma muy abierta y el comentó que debería decir unas palabras. Hice un encuadre muy abierto y malo. Al terminar me dice que mañana hacemos tomas para la franja. Quedé perplejo… no puedo hacerlo, simplemente no puedo hacerlo. Pero ¿si me obligan a hacerlo? La conchadesumadre (con todas las letras). Pensándolo fríamente tengo tres opciones, cada una con sus consecuencias.
Hacerlas: no podré mirarme al espejo nunca más.
No hacerlas: En una de esas hasta me echan.
Hacerlas, pero mal de modo que sean inutilizables: camino fácil, pero un tanto hipócrita.
En la tarde puse los dvd’s para los canales internos y programa a Los Jaivas, ayer había puesto a Inti Illimani. Me encantaría saber que los haya visto y se haya enojado. Al final a todo el barco le cae gordo el caballero. Un camarero me pidió que por favor no lo pusiera en el video que el tipo era muy desagradable que decía como “oye, tu chico, atiéndeme”. Como dice mi compañero, no se mezcla con el herraje. Es curioso como pretende ser popular si en términos prácticos no soporta el olor a roto.
Puerto Edén estaba precioso. Lluvioso y las pasarelas mojadas eran muy fotogénicas. Eran tan bellas que hasta le podrían hacer ganar una elección y este tipo va a querer una toma ahí para ganar votos. Me bajé en el primer bote y fui hacia el pueblo. Al rato llegó pablito y apenas se bajó se puso a saludar a la gente. Por suerte en un momento se quedó conversando con los pacos y yo pude cruzar al otro lado sin tener que grabarlo.
Mientras llovía me puse a conversar con una señora que hace artesanías que me comenta lo fuerte de la precipitaciones y que el resto del día había estado despejado. Si, es que llegó el Senador y se echo a perder el tiempo. ¿Era senador? Ahhh, por eso le encontré cara conocida y me pareció bien raro que llegara alguien y altiro me saludara de beso. “Algo quiere, señora, algo quiere”.
Después se subir al mirador se acercaba la hora para volver. Yo ya estaba en el bote, pero Longueira y el diputado no volvían. Estaban conversando con Gabriela, una de las señoras kaweskar en el pueblo. Los esperamos 5 minutos hasta que nos aburrimos y partimos. La talla entre todos era: partamos… no se pierde nada si nos vamos.
En la noche tuve presentación del video. El Álvarez estaba temprano. Longueira llegó cuando ya llevaba 5 minutos. Hubo muchos aplausos, mucha gente me felicitó aún cuando no encuentro que este video haya quedado tan bueno. El diputado se me acercó y me dijo que lo encontró muy bueno. Longueira sólo me preguntó cuando había grabado un derrumbe. Al volver a la editora encontré una forma de cagarlo simbólicamente. Ayer hubo un arcoiris increíble que fue en el mismo lugar donde grabé la toma de Longueira derrotado. En el glaciar bromeaban que la toma se estropearía si saliera un arcoiris. Bueno, lo que hice fue cambiar el montaje poner un plano general de arcoiris, primer plano de Longueira derrotado y posteriormente un detalle del arcoiris. Lectura posible: no puedo hacer nada ante la Concertación.

Día 41

Hasta ahora, en cada viaje siempre me ha tocado alguna gente que le encanta el video y me dicen cosas como ¡buen trabajo!, ¡sigue así! Pero no te quedes mucho tiempo pegado acá, sino que desarróllate haciendo lo tuyo. Un matrimonio australiano está en eso. Ellos son demasiado buena onda. John me dio un consejo que me dejó perplejo: “Be sure the Senador gets a copy and knows your name… (asegúrate que el senador tenga una copia y sepa tu nombre).
En el desayuno conversamos con Álvarez sobre las campañas. Dijo que tenía amigos políticos en EEUU que le comentaban que existen tres factores en Estados Unidos que determinan el voto. Esto son las posturas que tienen los candidatos en torno al aborto, defensa y a los impuestos. Le pregunté que pasaba en Chile, si existían estos temas y me decía que la política era meramente transaccional. La gente votaba por el que le daba más y así dice haberse visto forzado a regalar lentes para la elección pasada cuando su contrincante estaba regalando ollas. La gracia de él, es que aun cuando tenga una posición divergente se puede conversar y discutir. No así como el otro pelmazo.
Hacía bastante frío en el fiordo Calvo. Es la primera vez que siento frío en ese lugar. Paramos en un lugar increíble y el Senador por Santiago Oriente sube a buscar al compañero para que le saqué una foto. Yo me voy al puente del barco chico como para hacerme el hueón. Pero ya veo que me llama para pedirme unas tomas para su franja. Yo le iba a decir: Lo siento, no las puedo hacer. El iba a responder: pero si el capitán me dijo que no había problema. – Lo sé, pero soy de izquierda y le iba a pasar la cámara a mi compañero. En eso miro la cámara y me dice que está sin batería, trato de grabar algo y se apaga. Hago el procedimiento de nuevo y me indica que esta descargada. ¡Milagro! Es un milagro… pero después pienso… el paseo recién comienza… ¡que chucha voy a hacer!, que chucha voy a hacer. Estoy muy urgido sin decirle nada a nadie. Terminan de sacarle las fotos a Corteira y estoy en el puente con la batería en mi bolsillo a ver si al calentarse me da unos minutitos más que me permiten hacer algo de video. Ahí me urgí… el callampazo, el callampazo del capitán va a ser grande (callampazo = reto en el barco). Por suerte, después de estar 5 minutos en el bolsillo de mi parka le pongo rec y me aparece que le quedan 233 minutos de carga.
Al llegar a la cascada, estoy en la cubierta de arriba del bote grabando paisajes y me pide (no… él no pide, el dice) que le haga una toma. No me dice para qué. De todos modos, para asegurarme le hago un encuadre malísimo. Después me dice que encontró muy bueno el video, que estaba “espectacular” (de esa manera tan particular que los cuicos dicen espectacular), tenía unas tomas muy creativas.
“Gracias…” le digo anonadado por el agente del halago. De ahí me preguntó de donde era, le dije que de Santiago, de su circunscripción, que vivía en Las Condes y bla, bla, bla. Justo tocaron el pito para dejar la cubierta y le tuve que decir: “Señor, tiene que bajar” y Longueira bajó. Es muy tonto, pero me sentí tan, pero tan bien. Cuando subí al puente de mando dije: “Estoy listo cabros, voy a ser el director de la franja”.
Lo curioso del pre candidato en cuestión es que nos encontrábamos frente a paisajes majestuosos, espectaculares y el tipo parecía sólo preocuparse de que lugar puede ser bueno para sacarse una foto. Así cada vez se sacaba su jockey y esbozaba su siniestra sonrisa electoral. Patético.
En la tarde bajamos al glaciar el Brujo. Estaba completamente cubierto de hielo, por lo que pensé (y era lo lógico) que no bajáramos. El capitán dijo que se bajaba en el bote más chico porque los más grandes no podían pasar. Fue una locura, por poco no llegamos. Óscar estaab en la proa con un palo corriendo los hielos para hacer camino. El diputado estaba cagado de la risa y su esposa muerta de miedo. Por suerte Longueira fue en el bote siguiente. Nuevamente me pidió una toma sin decirme para que. Le hice otro encuadre malísimo. Ahí si que dio un festín de fotos para afiches. Es tan patético lo que está haciendo. Cuando salga el tema de los Campos de Hielo Sur el pelmazo va a decir: “Como yo estuve ahí puedo decir que Chile tiene que ejercer soberanía y bla, bla, bla.” Es impresionante como se nota la presencia de Longueira. Hay como un halo de mala onda e incluso mi compañero que es de derecha lo reconoce.
En la cena el comandante empezó a hablar de Chañaral de Aceituno. Yo fui ahí el 2005 durante mis segundas vacaciones audiovisuales cuando le hice un video a Servicio País Atacama con Galleta. El diputado me pregunta si conozco esa zona y le cuento que había hecho la práctica en SP. Él me dice que acaban de aprobar el presupuesto y que hay equipos Sp en Natales y otros datos que daba cuenta que sabía muy bien lo que hacía el programa, por lo que me siguió cayendo muy bien. Yo le dije que, probablemente, sino me hubiese venido para acá postuló a SP. El diputado me preguntó que había estudiado. Periodismo – le dije. ¿en dónde? En la Chile. La cara de la esposa de Longueira cambió radicalmente. ¿y ya te titulaste? Sip, hace unos tres meses. Es como si hubiese sentido que había un espía en todo el viaje y recién se daban cuenta. Álvarez dice: “Vas a escribir un reportaje sobre lo que hacen los políticos en un crucero” y se mata de la risa. “Un reportaje denuncia” – añado yo. Al matrimonio Longueira esto no le causó ninguna gracia.
En la noche vino presentación del video. Después la directiva UDI se sentó en un sillón. Álvarez con una coca Light, Longueira con un whisky bien lleno. No pude escuchar lo que hablaban, pero se notaba que algo sobre la coyuntura política.

Día 42

Otro crucero abajo. Van 5 y quedan como 20… Se atrasó la bajada en la mañana por mal tiempo. En tierra mi objetivo fue alejarme de Longueira. Cuando el se ponía en lugares para la toma épica, yo volaba. Temí que quisiese subir al cerro donde yo hacía la panorámica. Hubiese sido una tremenda toma. El dominando todo el fiordo de las montañas… quizás hasta a mi me habría convencido y voto por él.
El capitán le ha succionado el pene todo el viaje a Longueira. Así, para quebrarse, sin avisar a nadie antes decidió que había que bajar en una playa. Yo no pude porque sino no terminaba el dvd. Terminé temprano de editar y dejé codificando. Cuando llevaba el 64% entro a la oficina con la libreta para pasar a computador la bitácora con tan mala cueva que se me cae sobre la tecla de escape y cancela todo el proceso. 2 horas más de codificación. Tipo 6 subí a la cubierta para el paso del Kirke. Es mi momento reflexivo del viaje cuando al pasar por ese estrecho canal y abrirse a la inmensidad puedo eevaluar como fue el viaje. Yo estaba bastante apestado, pero al sentir el aire fresco golpeando en mi cara sentí mucho alivio. Pensé en los 42 días que llevo acá cuando de repente alguien sube la escalera… era Longueira. El pelotudo me cagó el momento místico de mi viaje.
¿Y pones imágenes de viajes anteriores en los videos? Preguntó. Altiro con la idea que hay algo turbio. Después me preguntó otras hueás cuando veo un grupo de toninas jugando cerca del barco. El espectáculo era maravilloso, pero no para disfrutarlo con ese pelmazo al lado.
Luego vino la cena. Esta semana llegó mi uniforme. Es patético. Un terno negro con el logo de la compañía bordado en dorado. Una viejas me pidieron que me sacara fotos con ella. ¡por favor que me jotee alguien de menos de 60! Estaba medio bajoneado, sentía que no era mi fiesta que no tenía nada que hacer ahí. Es divertido, pero si me preguntan por una de las cosas que más echo de mi antigua vida es estar echado en mi cama viendo tele. Eso ahora no existe. Tengo hartas y buenas películas, pero solo las puedo ver en mi oficina, así que me da lata porque paso como 10 horas adentro. Así que les pido que por favor aprecien la próxima vez que flojean en su cama con la tele prendida. De hecho, otra cosa que echo de menos es bajarme de la cama sin la necesidad de saltar.
La cena había terminado. Yo iba a apagar las luces para la fiesta cuando veo que Longueira se para y le pide a mi compañero el micrófono. ¿quién chucha le pidió que hablara? Se mandó un discurso francamente patético y completamente fuera de lugar. Al empezar la música sale a bailar. Mientras copio dvd miro por la ventana. Suena la “Bomba” y veo la cosa más horrible que he presenciado en mi vida. Longueira bailando. Dios mío… nadie merece ver eso. Al rato le dice a Jorge: “tráeme una piscola, pero con Coca Light. Cuando vuelvo a ver de nuevo están tocando esa canción “no tiene talento, pero es buenamoza” y está el senador de Santiago Oriente bailando la colita. De hecho, dirigiendo la fila. Jorge entra y me mira la cara y me dice: “Are your bored? (¿estás aburrido?) No, I just want to kill someone (no, solo quiero matar a alguien)

Día 43 – epílogo

Todos los dvds se habían repartido. Longueira nunca me dejó claro si iba a comprar o no, pero de todos modos le hice una copia. Cuando estaba contando la plata llegó. Me preguntó si estaba listo su dvd. Le digo: Acá está, son 15.000 pesos. Me dice, muy bueno tu trabajo y se va... sin pagarme.

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Puaj Hermano... Es de no imaginar compartir tantos días con ese pelmazo. Ya pusiste a prueba tu resistencia de cuero de chancho. Yo toy disponible para su futura productora... pero no para trabajar en la campaña de Corteira.

Un abrazo

Se le extraña
Emmanuel Ganora B.

7:04 PM  
Blogger MelyPaz said...

Juas, yo pensaba que ibas a decir al final que, en realidad, no era tan terrible o algo así... NOT!
Qué asco que gente como él esté en cargos importantes.

Bueno, al menos ya pasó. ¡Felicitaciones por el aguante!
Saludos, creador audiovisual consecuente \m/

5:48 AM  
Anonymous Anonymous said...

¡wow eres todo un sobreviviente!
Un abrazo enorme

10:53 AM  
Anonymous Anonymous said...

***

puta el weón cagao'
puta la cosa rancia.
pero que estupendo que se fue...

me quedé pegada con tu volada del poder de la imagen y la manipulación.
recordé lo que me gustó la semiótica en la u y volveré a leer unas cosas para charlar luego.

cambiando el tema. cuando leas esto ya tendré el cuarto de siglo, pero no te preocupes, muchos saluces habrán pasado por mí.
y uno en tu nombre !!!
elemental querido compañero.

abrazos del país penquista suedo invernal primaveral

ps. ¿será que la edad que me siento joteada? yeahhhh (cara sonriente)

2:41 PM  

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