Thursday, November 02, 2006

Invierno Eterno

Sexto viaje - 6860 millas náuticas

Día 44

El viernes fue un día para pasar la resaca. Luego de arrancarme a Natales al mediodía (mi política es hacerlo hasta que me hueveen, si sólo se comenta a nivel de rumor que me arranco me da exactamente lo mismo) dormí casi toda la tarde. En el asado no sólo llegaban los pasajeros, sino que un gringo que era el sueño o algo así de la agencia que trae a los viejitos yanquis al crucero. El tipo era muy buena onda. De entrada se puso a conversar con mi compañero y al rato le pregunto: “This is your son, isn’t he?” (es tu hijo, ¿no?). Con lo que no sólo nos cagamos de la risa, sino que hueveamos el resto de la noche. Era bastante divertido porque el capitán no esperaba la traducción y Mark tampoco, así que cada uno conversaba en su idioma.
Después de que se bajaron un par de whiskeys el capitán le dijo al gringo: “vamos al casino” y cuando dice vamos, significa que todos vamos. Me cambié la ropa ñoña y me puse mi chaqueta de jeans y mi boina negra. Al salir Marcelo me dice: “sshhh, media pintita… Ceratti no es nada al lado tuyo”. En el casino perdí toda la plata. Quede sin ni uno. Bueno, tampoco es mucho drama porque andaba con 2 lucas en la billetera. El chico Mark (aunque en realidad no es chico) andaba muy prendido, así que nos dijo que pidiéramos no más. Con el estaba una chica chilena que mi compañero se joteó y una argentina muy linda. Después del copete Mark dijo que el dueño del hotel lo había invitado a su bar. Partimos pa’ allá. Se llama Chill – e. Había escuchado hablar de él. Es una especie de “Clandestino” (local en Bellavista donde terminé después del estreno de Rebotes) Patagónico. La gran gracia de la noche es que habían traído un DJ desde Santiago. Se gastaron no se cuantas lucas en traerlo y es la misma mierda de techno que en todos lados.
Durante el vodka tónica invitado por Mark empezó a contar chistes e historias. Cuando ya estábamos copeteados empezó a hacer las preguntas importantes: “Off the record , how is to work with the captain?” (en off, ¿cómo es trabajar con el capitán?) – le preguntó a mi compañero. Viendo trabajar al gringo me di cuenta como se hacen negocios. El tipo era seco, porque aunque parecía que hueveaba sacó la información que necesitaba. Después de eso lo observé atentamente para aprender de él. Después de todo mi idea es dedicarme a los negocios (negocios audiovisuales, pero negocios al fin). Tipo las 2 estaba pa’l gato. La chica chilena se fue y aproveché el momento para largarme. Mark se quedó conversando con mi compañero y yo llegué al barco donde había una linda luna cuyo reflejo se mojaba en el seno de Última Esperanza.

Día 45

Ayer enchulé mi cabina… bueno, mi parte de la cabina. Las tres cuartas que hay entre mi camarote y el techo. Pegué las fotos que me traje de Santiago. Ahí tengo a mi familia, amigos, fotos de la despedida en el cerro y etc. Se que es muy cliché, pero llegó un punto en el que necesitaba las imágenes, ya que me estaba recordando conceptualmente de las personas, pero no podía recordar exactamente como eran las caras. También puse una foto del desierto al lado de mi computador, así cuando esté apestado de tanto hielo, puedo mirar un paisaje soleado.
Costó despertarse, pero había que hacerlo. El camino para el Paine está lleno de interrupciones, porque lo están pavimentando. Yo tengo una idea de un documental relacionado con eso y cuando nos detuvieron me puse a sacar fotos. De repente me fijo que quien está deteniendo el flujo de vehículos es una mujer, después me fijo que es joven y después que no está nada de mal. Así que echo la talla al chofer y a mi compañero que me enamoré, que me quedó acá. El chofer pega un par de bocinazos y llama a la chica. Ella se acerca a la ventanilla del chofer, éste saca un paquete de galletas y dice: “el joven te manda esto” y le pasa la golosina. Yo me asomo y le digo hola. Justo nos dio la pasada y al avanzar nos quedamos mirando mientras el bus pasaba. Paso por allá todos los sábados… podría ser una linda historia de amor, aunque su guión tendría un reminiscencia a “Peaje Indómito”. En el Paine estuve zombie. Nunca me ha gustado grabar carreteado, ni con sueño y ayer me di cuenta por qué. En la vuelta leí como dos hojas del libro de Hobsbawn que me mandaron y me dormí profundísimamente.
El zarpe fue triste. Me está dando mucha pena partir y desconectarme de mi gente por cinco días. Me eché un rato a mirar las fotos y sentir lo lejos que estaba. Estaba súper achacado. Por segunda vez acá pensé: “Esteban, esta hueá es sin llorar” y partí a la editora. Lo cierto es que estaba chato, al final dije que como el fomingo es tan fome, prefiero trabajar ahí.
En la cena, no sé que pasó, pero con mi compañero y Marcelo estábamos prendidísimos y nos cagamos de la risa todo el rato. La mesa está media fome no sé porque el capitán hace sentar a puros chilenos. Salvo una pareja de venezolanos en luna de miel, hay unos viejos muy rancios que han viajado 8 veces en el crucero, el doctor que es bien cuico y una señora que viene con su hija que es la reina de Puerto Natales. Uno de los cabros me había comentado que venía ella. Me decepcionó bastante, es una cabra chica (tiene 17) bien desabrida y más encima creída. El problema es que si ella es la reina… c el nivel de las minas en Natales es al menos cuestionable (tengo que puro irme al camino).

Día 46

Uff… que domingo más fome. No pasó nada realmente interesante. En la mañana el glaciar Amalia; después no pudimos bajar en Antrim porque llovía, llovía y llovía. Lo bueno es que pude dormir y ponerme al día con el sueño. Mañana habrá grabación en serio, ojalá con buen tiempo.

Día 47

Esta semana he estado desconcentrado. Después del 1er crucero me acordé que durante las grabaciones de Rebotes antes de los partidos me gustaba estar un par de minutos solo sosteniendo la cámara contra el pecho y visualizando que tomas hacer, pensando en cómo reaccionar y repasando los errores de la vez pasada para tratar de prevenirlos. En el crucero empecé a hacer lo mismo, sin embargo, me había olvidado de hacerlo esta semana. Así que después de estar 5 minutos concentrado en mi oficina salí al bote. Igual estaba desenchufado. No estaba sintiendo las tomas. Como en esos partidos en que Fernando González juega mal y tira todas las pelotas largas. Por suerte después agarré un derrumbe grande con lo que salvé el día. Hoy hizo mucho frío. Para peor, justo se me perdió el gorro de polar que estaba usando. Ayer di vuelta todas mis cosas y no estaba. Se que tiene que estar en el bote, simplemente no sé donde y eso me tiene las neuronas prácticamente congeladas. De vuelta en el barco, subí las escaleras para hacer unas tomas desde arriba y me mareé. Pero no mareo de navegación, sino que un sutil desvanecimiento que hizo que s eme moviera el horizonte. Pero vino el almuerzo y decidí comer postre, lo que me prendió.
En la tarde editar, algo de ejercicio y después Puerto Edén. Llovía y hacía un tremendo viento. Estuvo jodido grabar, pero es buena práctica. Además, me encanta Puerto Edén con lluvia, es mucho más dramático. Hice una toma que me encantó. Apoyé la cámara en la pasarela y grabé las espaldas de los turistas caminando. De frente venían dos niños con marcados rasgos kaweskar corriendo hacia la cámara sin que les importara que su pueblo estaba siendo invadido. De vuelta en el barco, mientras esperaba el render vino a la oficina Óscar, uno de los cabros que trabaja de camarero. El ha estado tres temporadas acá y me empezó a contar de las movidas. Una de esas, que me pareció muy interesante son las turbiedades de una localidad llamada Río Turbio en la república Argentina que está a 40 minutos de Puerto Natales. Así que estoy pensando seriamente en hacer un viaje al país vecino.
En este viaje vino una pareja gay que se hospedan en la suite. En la fiesta de anoche mi compañero puso YMCA y el joven pegó un grito y empezó a bailar como mariposa. La pregunta que ronda el barco es ¿quién muerde la almohada?. Uno es italiano, tiene como 40, es periodista y se viste fashion. El otro tendrá 60, es suizo y parece un “viejus peladus cualquierus”. De ahí vino la muestra del video que a pesar de mis desconcentraciones le gustó a la galucha. El italiano dijo: ¡Bravo!

Día 47

Si en algún momento tuve la esperanza que con el advenimiento del verano iba a mejorar el tiempo, esta semana me he visto profundamente decepcionado. El paseo al fiordo Calvo fue rudo. Mucha lluvia y frío. Lo jodido de la lluvia es que tienes solo un par de segundos de toma limpia, ya que rápidamente se le pegan gotas al lente. Terminé con las manos azules y casi me caigo porque la proa del rompehielos es de metal y estaba mojada, lo que sumado a los hielos que golpeábamos hacía que mantenerse en pie fuese difícil. En un momento bajé a donde están los pasajeros y una señora de cómo 55 chilena con el pelo bastante teñido rojo me pregunta como es esto de ver el mundo a través de un lente. Le conté que es cosa de acostumbrarse y entender que uno no mira por los ojos, sino que con el cerebro y que a través de la cámara hay que procurar entregar una imagen digerida. Luego busqué entre mis archivos mp3 “primera clase ayudantía” y puse play. La señora me quedo mirando y me dijo: “nunca nadie me lo había explicado tan bien”. Resulta ser que ella era profesora de estética en la facultad de diseño y arquitectura de la UCV. Fue bacán, me acordé de las clases y de lo mucho que me gustaban. Ojalá que no se olviden de mi en la escuelita y cuando vuelva pueda hacer algo.
Después de almorzar dormí una siesta de 5 minutos y desperté cajoneado, pero con ese bajones de invierno cuando no quieres más días grises. Por suerte para la tarde hubo sol y en el glaciar El Brujo tomé una caída grosa.
Cada vez me convenzo más que la única posibilidad de sobrevivir es riéndose. Por eso en el barco nos hueveamos tupido y parejo. Yo no es sólo el “¿y tu hermana?”, sino que está de moda tomar de la nuca a alguien gesticular que lo acercas a tus partes privadas y decir “te debo 5 lucas”. Mientras editaba mi compañero comentaba lo buena que era una foto que sacó. Estaba buena. Luego siguió que la iba a poner se muestra y que la encontraba requetecontra buena. Así siguió por cinco minutos hablando de su foto. En eso me giro en la silla y le digo: “lo que deberías hacer es imprimir esa foto – me mira seriamente – pegarla en tu camarote y pajearte con ella.” Me cagaste – fue lo que contestó (cuento una en la que salí airoso, porque la mayoría de las veces yo soy el cagado”.
Hoy día Galleta estaba de cumpleaños y pensé recurrentemente que debería estar en Concepción. Es decir, no estar en la pega estaría celebrando en Conce. Mire alrededor y nuevamente me sentí tan lejos de mi vida.
Es perturbador la pretensión del capitán por el control de la vida de las personas en el barco, ya que eso no sólo pasa con la tripulación, sino que con los pasajeros. Resulta que para la cena la gente se había demorado un poco en llegar, yo estaba editando y él entra en la sala y me dice: “¡Para la película!”. Le quedaba un cacho a “Piratas del Caribe”. Yo pienso que si yo la estuviera viendo y me la cortan de una me emputesco. Al capitán le da lo mismo, sólo le importaba que la gente estuviera en el comedor durante la cena.
Durante el desayuno mi compañero estaba comiendo huevos y se le acercó la señora para retarlo porque eso le hacía mal por el colesterol. Mi compañero rumió toda la mañana por el reto. En la cena le dije a Jorge que pasara con el postre, ya que estoy engordando de modo a una velocidad más rápida que los abdominales que pueda hacer. Bueno, llevo ya un par de viajes sin comer postre. Sin embargo, al volver Jorge me trajo una jalea. Eso significa que la señora desde la cocina debe haber dicho algo como: “uyyy, ese niño que nunca quiero postre, a ver llévele una jalea”. Es divertido… me ha pasado varias veces en la vida, no sé porque, ni muy bien que hago pero la gente suele agarrarme cariño. En todo caso me parece muy excelente tenerla a ella de mi lado.

Día 48

El tiempo ha estado ridículo. Me desperté en la mañana para hacer unas tomas. Estaba muy cerrado y había viento. Al llegar a al cubierta me di cuenta que estaban cayendo gotas y tuve que bajar para ponerle el protector a la cámara. Al volver a subir a la cubierta se había puesto a nevar. ¡nevar! 1 de noviembre y estaba nevando. Simplemente increíble. Cuando dejó de hacerlo y el viento amainó, bajamos al glaciar Bernal. De a poco empezó a salir el sol. Ok, una cosa que uno espera que llueva un rato y después salga el sol, eso me parece razonable, pero ¿nieve y sol? Es mucho.
Recordándome que tengo que mantener la intensidad, a pesar de estar un poco apestado subí el cerro más grande para tener una linda panorámica. Arriba había un gringo muy buena onda que me empezó a preguntar por la pega. Le conté que vivía en el barco, que estaba hasta mayo (archivo vidaenbarcoparapasajeros.mp3 ). Me preguntó como llegué a la pega y le dije que había conocido al anterior y que cuando se fue necesitaban a alguien rápido. Me preguntó porque se había ido. Le dije que era una razón muy curiosa, que había decidido entrar a la policía de Investigaciones. El tipo se río también y me dijo: “I guess that alter 8 month here you feel like wanting to shoot somebody”. (“supongo que después de 8 meses acá te dan ganas de dispararle a alguien”).
Edité rápido y me di un festín vendiendo dvd’s (batí mi record). Después vino la fiesta. Cada vez me motiva menos. Cada vez siento que es menos mi fiesta y que una dimensión de mi pega consiste en pararme y poner una sonrisa sin importar lo que pase dentro de mi. De todos modos, me dije que iba a celebrar que me había ido bien y acepté todo el vino que me ofrecieron y como no comí mucho (pelaron rápida la comida más rica) estuve muy arriba de la pelota. En eso, unos cuicos que estaban muy curados tomaron el micrófono y empezaron a pelar el cable. No me pude aguantar la risa, todos estaban muy apestados y no sabían como cortarlos, pero yo me reía y me reía. Después vino la fiesta mientras yo pirateaba dvd’s. Lo peor fue que una vieja quiso comprar un VHS, lo que implica que hay que hacerle una copia que se demora los 50 minutos. La primera falló y empecé a hacer la segunda a las 12:30. La fiesta ya habái terminado, con mi compañero nos acercamos al barman que nos ofreció una mierda (mierda = copete en el barco – da lugar a derivaciones como “ponerle mierda”, “andar enmierdado”, “servirse un poco de guano”, etc.), así que me tomé un Jack Daniela mientras esperaba que el video se copiara. Otro viaja terminado, deben quedar como 21.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Partes privadas! jajaja!!
Qué siútico!

2:59 PM  

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