Universo paralelo
The playoffs
Hace un par de semanas conversaba con mi hermano Benjamín y entre otras disquisiciones llegamos al descubrimiento que la temporada que pasaré en el barco es tan larga como una temporada de NBA. Siempre y cuando el equipo clasifiqué a los playoffs y llegue a las finales. Si hacemos una analogía a mi situación, quedando ocho semanas la temporada regular ya terminó y con este viaje empiezan los playoffs. Estas 8 semanas serán cruciales en mi plan de re-ingreso a mi realidad, que consiste en llegar en condiciones físicas, intelectuales y morales dignas para cuando vuelva a mi vida.
Aun cuando estoy cansado, todavía queda un poquito de reservas energéticas, para la recta final.
25viaje
18993 millas nauticas
7 semanas to go
fotos muy buenas y de las otras
http://www.flickr.com/photos/63568587@N00/
Día 176
Estaba durmiendo y tenía un sueño en que sonaba el teléfono y la persona que tenía que contestar no estaba. Al rato suena el teléfono de verdad y me despierto. En una situación tan parecida al video clip de la canción Everlong (dirigido por Michel Gondry, “Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos”) el llamado pasó del sueño a la realidad. Debo haber hablado varias cosas, pero lo cierto es que nunca estuve realmente despierto, pero me fui camino al Paine con una idea de la conversación: que está bien equivocarse. Que no es malo, que uno puede equivocarse y muchas veces es mejor hacer eso que no tratar. Pasan varias cosas ahora en mi vida con relación a esa idea. Lo cierto es que soy súper autoexigente y no puedo soportar equivocarme. Me cuesta mucho aceptar una derrota y lo cierto es que me he cuestionado el hecho de estar acá y si va a ser bueno para lo que viene. Tengo esa imagen de encontrarme tipo octubre, noviembre sin pega en Santiago sin saber muy bien que hacer pensando en que si hubiese estado en el momento correcto me estaría yendo bien. Ahora siento que eso da lo mismo, que si fue un error, fue un error grande y valió la pena arriesgarse tan sólo por la aventura y por la experiencia vivida.
Después de ducharme miré por la ventana y vi un amanecer maravilloso, el cielo estaba entre púrpura y naranjo, como tengo cámara de nuevo (me la habían echado a perder, pero ya me la arreglaron) salí a sacar fotos. Valía la pena. Era maravilloso.
Las Torres jamás se vieron. De hecho llovió, pero bueno, igual estuvo bien tuve harto tiempo para pensar y eso no hace mal.
De vuelta en el barco me cuentan que un pasajero le dijo a x (vamos a proteger su identidad) donde se podía fumar. Este le dijo que en el bar de fumadores. Nop, es que quiero fumar de los otros… El tipo tiene como 30 años y mucha cara de volado. Es de Concepción y viene con una japonesa de 40 años. Claramente es ella la que paga las vacaciones. Bueno, x me dijo que se le habían acabado los pitos, así que estaba pensando seriamente hacerle una mexicana al pasajero espacial (mexicana: dícese de un robo de drogas).
Día 177
En julio de año pasado estuve unos días en el lluvioso Chiguayante. En medio de un carrete mi clon empezó a explicar a los presentes la teoría de la relatividad. Dando a entender como la luz se movía a diferentes velocidad según el punto de vista del observador y como eso repercutía en la percepción del tiempo. ¿a qué va todo esto? Bueno, hoy en todo el territorio chileno se retrasó en 60 minutos la hora. El capitán dijo que la hora no se cambiaba, es decir estoy navegando en un huso horario distinto al resto del país. Me da la sensación de vivir en un universo paralelo, en donde incluso la hora no es la que debería ser. Si alguna vez les he comentado sobre el ego del capitán… esto llega a ser ridículo: él (¿Él?) define el tiempo.
En el glaciar Amalia llovió y no pasó nada muy entretenido. Después de pegarme una siesta me puse a trabajar en un encargo que me hicieron: armar un video clip con las mejores tomas de la temporada. El objetivo de esto es que sea usado como demo para mostrar las capacidades de la cámara en una presentación que hacen los representantes de la Sony. Esto me genera conflictos conflictuosos, ya que mi hermano está trabajando vendiendo la cámara de la competencia (Panasonic, que es mejor, aunque más caras). Lamentablemente la pega es la pega y hay que ser profesional y hacerlo lo mejor posible, pero no dejo de sentirme como un gusano al estar colaborando para que mi hermano pierda clientes.
A las 6 llegamos al fiordo Antrim, llovía y estaba muy cerrado. Claramente no iba a haber paseo, sin embargo el capitán dijo que se bajaba. No me dio lata, en el fondo iba a ser mi último paseo ahí, porque suponiendo que en algún momento cambie la hora antes de la próxima semana, vamos a estar llegando allá de noche, por lo cuál no alcanzamos a salir. Me cagué de frío y volví muy, pero muy mojado. En la noche terminé de seleccionar las mejores tomas y encontré unas del primer viaje. Estaban re’ buenas. El ambiente alrededor me ha hecho pensar que yo no sabía nada y que mis primeros videos eran malísimos y que acá he ido aprendiendo. O sea, obviamente he adquirido oficio, pero yo igual hacía bien la pega. Es heavy como el medioambiente te va echando para abajo y te va convenciendo de cosas que no son. Este universo paralelo tiende a divergir tanto del universo real, que ya no estoy seguro dónde está.
Día 178
En la mañana hacía mucho frío. Nuevamente hubo dos paseos, así que estuve como 3 horas en el bote. Llegó un punto en que me tuve que poner guantes, porque no aguantaba más. Pero a los 5 minutos me los tuve que sacar porque no podía manejar los controles de la cámara. Casi me caigo al agua. En un momento estábamos cerca del bote de los pasajeros y yo estaba concentrado viendo por el visor cuando de repente le pegan a un tempano chico y me caigo hacia delante. Pegué fuerte con las rodillas, recogí la cámara y vi el agua muy cerca. Por suerte con la otra mano me pude apoyar del borde y no me caí. Por otra parte pude agarrar un derrumbe muy, muy grande, así que con eso salvé el día.
Antes de llegar a Puerto Edén salí a grabar unas tomas locas y el pasajero espacial va con una botella de agua mineral llena con pisco sour y me dice: “oye, estamos carreteando allá arriba (en la cubierta del techo), ¿querís ir?”. “No, no puedo”. Le contesté. “Ahhh, que lata que no puedas”. “Pero que no pueda no significa que no lo vaya a hacer”. Me debo haber tomado dos sorbos de pisco sour, pero la sensación de estar tomando a la mala en el barco fue casi la de estar haciendo un acto poético. Bueno, también tiene que ver con que a esta altura me da lo mismo que me echen. Estaba el pasajero espacial (que confesó que ya se le había acabado toda la marihuana), la japonesa, otro japones, que vive en Brasil y el marido de la doctora. Ahí el pasajero espacial me pidió que no lo grabara junto con la japonesa, porque su esposa podía saber… Hay tipos cara de nalga y este. La situación fue muy freak. Medio pasado a pisco sour bajé a grabar a Puerto Edén. Ahí si que tuvimos un conflicto filosófico. Para todos los pasajeros eran las 5 de la tarde, pero para todos los edeninos eran las 4. Es decir estábamos con ellos, pero al mismo tiempo había una hora de diferencia.
Parte de mi preparación para volver a mi vida tiene que ver con empezar a comer menos. Una de las cosas que me dije era no comer a deshora y no comer pan durante las comidas. Si uno va a los bares siempre hay ramitas, maní y papas fritas a su disposición y muchas veces me quedaba un buen rato ahí. Hoy cuando fui a conectar los equipos para pasar el video sentí que las papas me hablaban, pero no, me pude resistir. Mantuve la disciplina. Esta ha sido una dura prueba para mi disciplina, en el fondo no es que coma por hambre, ni tampoco porque sea algo tan rico, sino que es una manera de matar la ansiedad… bueno, creo que darle botes a mi pelota de básquet es más sano.
Después de la cena cuando el capitán anunció el video dijo: “Lo hizo Esteban Gómez, vamos a ver si es que ha aprendido algo”. Me dio una rabia. Me dieron ganas de haber tenido por ahí el premio del fidocs y habérselo estrellado contra su cabeza para luego decirle: “¿Quí pa’ flaite culiao?”.
Día 179
Tuve un sueño bastante extraño. El barco estaba saliendo del glaciar Amalia cuando veo que se cae un pedazo tremendo. Sale una ola como de 20 metros que arrastra todo a su paso. Por suerte estábamos lejos. Al otro día estaba en una casa y yo tengo que salir a grabar, pero la cámara está guardada. Ya no hay nada de agua. El capitán sube a los pasajeros en un bote con ruedas y yo, como voy atrasado, tengo que correr atrás. Al llegar al glaciar ya no queda ni hielo, ni agua. Todo había desaparecido, el glaciar se había caído completo.
Mi compañero me dijo en la mañana que el capitán le había dicho que quedaban 6 semanas y no 7 como creía. ¡Excelente! Estaré en casa un poco antes de lo que esperaba.
En el fiordo Calvo llovió, pero no hizo tanto frío, de todos modos estuve muy aburrido. En la tarde le sacamos el rollo al pasajero espacial. Él decía ser empresario y que estaba haciendo un negocio vendiendo GPS a CONAF. Bueno, el asunto resulto ser mula. Él es fotógrafo y conoció a la japonesa por chat. Obviamente ella está pagando las vacaciones y el hueón le dijo a su esposa que está trabajando. Tremenda pega, una semana en un crucero mientras le da como caja a la chinita.
Cuando llegamos al Brujo hubo un pedazo que amenazaba con caerse que estaba cerca de nosotros. Me acordé del sueño y temí que cayera, por suerte eso no pasó. Últimamente he soñado que se caen muchas cosas, pero por suerte yo no tengo sueños premonitorios.
Otra vez debí haber editado el video clip, pero en la noche me dio una profunda lata. Esto es igual que en la U cuando sacaba la vuelta hasta el último momento para hacer algo. Yo pensaba que cuando uno entraba al mundo laboral eso se acababa… parece que no.
Día 180
Llevo 8 meses hueveando acá. Es increíble, mucho tiempo. No sé como he aguantado. No lo sé. Hoy corrigieron la información y son 7 semanas las que quedan en la Patagonia. Estoy aburrido, cansado, triste, con muchas ganas que esto se termine. Mañana me iré a Punta Arenas para tener algo de aire. Espero que ver el Estrecho de Magallanes me de fuerza para lo que quede.
Hace un par de semanas conversaba con mi hermano Benjamín y entre otras disquisiciones llegamos al descubrimiento que la temporada que pasaré en el barco es tan larga como una temporada de NBA. Siempre y cuando el equipo clasifiqué a los playoffs y llegue a las finales. Si hacemos una analogía a mi situación, quedando ocho semanas la temporada regular ya terminó y con este viaje empiezan los playoffs. Estas 8 semanas serán cruciales en mi plan de re-ingreso a mi realidad, que consiste en llegar en condiciones físicas, intelectuales y morales dignas para cuando vuelva a mi vida.
Aun cuando estoy cansado, todavía queda un poquito de reservas energéticas, para la recta final.
25viaje
18993 millas nauticas
7 semanas to go
fotos muy buenas y de las otras
http://www.flickr.com/photos/63568587@N00/
Día 176
Estaba durmiendo y tenía un sueño en que sonaba el teléfono y la persona que tenía que contestar no estaba. Al rato suena el teléfono de verdad y me despierto. En una situación tan parecida al video clip de la canción Everlong (dirigido por Michel Gondry, “Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos”) el llamado pasó del sueño a la realidad. Debo haber hablado varias cosas, pero lo cierto es que nunca estuve realmente despierto, pero me fui camino al Paine con una idea de la conversación: que está bien equivocarse. Que no es malo, que uno puede equivocarse y muchas veces es mejor hacer eso que no tratar. Pasan varias cosas ahora en mi vida con relación a esa idea. Lo cierto es que soy súper autoexigente y no puedo soportar equivocarme. Me cuesta mucho aceptar una derrota y lo cierto es que me he cuestionado el hecho de estar acá y si va a ser bueno para lo que viene. Tengo esa imagen de encontrarme tipo octubre, noviembre sin pega en Santiago sin saber muy bien que hacer pensando en que si hubiese estado en el momento correcto me estaría yendo bien. Ahora siento que eso da lo mismo, que si fue un error, fue un error grande y valió la pena arriesgarse tan sólo por la aventura y por la experiencia vivida.
Después de ducharme miré por la ventana y vi un amanecer maravilloso, el cielo estaba entre púrpura y naranjo, como tengo cámara de nuevo (me la habían echado a perder, pero ya me la arreglaron) salí a sacar fotos. Valía la pena. Era maravilloso.
Las Torres jamás se vieron. De hecho llovió, pero bueno, igual estuvo bien tuve harto tiempo para pensar y eso no hace mal.
De vuelta en el barco me cuentan que un pasajero le dijo a x (vamos a proteger su identidad) donde se podía fumar. Este le dijo que en el bar de fumadores. Nop, es que quiero fumar de los otros… El tipo tiene como 30 años y mucha cara de volado. Es de Concepción y viene con una japonesa de 40 años. Claramente es ella la que paga las vacaciones. Bueno, x me dijo que se le habían acabado los pitos, así que estaba pensando seriamente hacerle una mexicana al pasajero espacial (mexicana: dícese de un robo de drogas).
Día 177
En julio de año pasado estuve unos días en el lluvioso Chiguayante. En medio de un carrete mi clon empezó a explicar a los presentes la teoría de la relatividad. Dando a entender como la luz se movía a diferentes velocidad según el punto de vista del observador y como eso repercutía en la percepción del tiempo. ¿a qué va todo esto? Bueno, hoy en todo el territorio chileno se retrasó en 60 minutos la hora. El capitán dijo que la hora no se cambiaba, es decir estoy navegando en un huso horario distinto al resto del país. Me da la sensación de vivir en un universo paralelo, en donde incluso la hora no es la que debería ser. Si alguna vez les he comentado sobre el ego del capitán… esto llega a ser ridículo: él (¿Él?) define el tiempo.
En el glaciar Amalia llovió y no pasó nada muy entretenido. Después de pegarme una siesta me puse a trabajar en un encargo que me hicieron: armar un video clip con las mejores tomas de la temporada. El objetivo de esto es que sea usado como demo para mostrar las capacidades de la cámara en una presentación que hacen los representantes de la Sony. Esto me genera conflictos conflictuosos, ya que mi hermano está trabajando vendiendo la cámara de la competencia (Panasonic, que es mejor, aunque más caras). Lamentablemente la pega es la pega y hay que ser profesional y hacerlo lo mejor posible, pero no dejo de sentirme como un gusano al estar colaborando para que mi hermano pierda clientes.
A las 6 llegamos al fiordo Antrim, llovía y estaba muy cerrado. Claramente no iba a haber paseo, sin embargo el capitán dijo que se bajaba. No me dio lata, en el fondo iba a ser mi último paseo ahí, porque suponiendo que en algún momento cambie la hora antes de la próxima semana, vamos a estar llegando allá de noche, por lo cuál no alcanzamos a salir. Me cagué de frío y volví muy, pero muy mojado. En la noche terminé de seleccionar las mejores tomas y encontré unas del primer viaje. Estaban re’ buenas. El ambiente alrededor me ha hecho pensar que yo no sabía nada y que mis primeros videos eran malísimos y que acá he ido aprendiendo. O sea, obviamente he adquirido oficio, pero yo igual hacía bien la pega. Es heavy como el medioambiente te va echando para abajo y te va convenciendo de cosas que no son. Este universo paralelo tiende a divergir tanto del universo real, que ya no estoy seguro dónde está.
Día 178
En la mañana hacía mucho frío. Nuevamente hubo dos paseos, así que estuve como 3 horas en el bote. Llegó un punto en que me tuve que poner guantes, porque no aguantaba más. Pero a los 5 minutos me los tuve que sacar porque no podía manejar los controles de la cámara. Casi me caigo al agua. En un momento estábamos cerca del bote de los pasajeros y yo estaba concentrado viendo por el visor cuando de repente le pegan a un tempano chico y me caigo hacia delante. Pegué fuerte con las rodillas, recogí la cámara y vi el agua muy cerca. Por suerte con la otra mano me pude apoyar del borde y no me caí. Por otra parte pude agarrar un derrumbe muy, muy grande, así que con eso salvé el día.
Antes de llegar a Puerto Edén salí a grabar unas tomas locas y el pasajero espacial va con una botella de agua mineral llena con pisco sour y me dice: “oye, estamos carreteando allá arriba (en la cubierta del techo), ¿querís ir?”. “No, no puedo”. Le contesté. “Ahhh, que lata que no puedas”. “Pero que no pueda no significa que no lo vaya a hacer”. Me debo haber tomado dos sorbos de pisco sour, pero la sensación de estar tomando a la mala en el barco fue casi la de estar haciendo un acto poético. Bueno, también tiene que ver con que a esta altura me da lo mismo que me echen. Estaba el pasajero espacial (que confesó que ya se le había acabado toda la marihuana), la japonesa, otro japones, que vive en Brasil y el marido de la doctora. Ahí el pasajero espacial me pidió que no lo grabara junto con la japonesa, porque su esposa podía saber… Hay tipos cara de nalga y este. La situación fue muy freak. Medio pasado a pisco sour bajé a grabar a Puerto Edén. Ahí si que tuvimos un conflicto filosófico. Para todos los pasajeros eran las 5 de la tarde, pero para todos los edeninos eran las 4. Es decir estábamos con ellos, pero al mismo tiempo había una hora de diferencia.
Parte de mi preparación para volver a mi vida tiene que ver con empezar a comer menos. Una de las cosas que me dije era no comer a deshora y no comer pan durante las comidas. Si uno va a los bares siempre hay ramitas, maní y papas fritas a su disposición y muchas veces me quedaba un buen rato ahí. Hoy cuando fui a conectar los equipos para pasar el video sentí que las papas me hablaban, pero no, me pude resistir. Mantuve la disciplina. Esta ha sido una dura prueba para mi disciplina, en el fondo no es que coma por hambre, ni tampoco porque sea algo tan rico, sino que es una manera de matar la ansiedad… bueno, creo que darle botes a mi pelota de básquet es más sano.
Después de la cena cuando el capitán anunció el video dijo: “Lo hizo Esteban Gómez, vamos a ver si es que ha aprendido algo”. Me dio una rabia. Me dieron ganas de haber tenido por ahí el premio del fidocs y habérselo estrellado contra su cabeza para luego decirle: “¿Quí pa’ flaite culiao?”.
Día 179
Tuve un sueño bastante extraño. El barco estaba saliendo del glaciar Amalia cuando veo que se cae un pedazo tremendo. Sale una ola como de 20 metros que arrastra todo a su paso. Por suerte estábamos lejos. Al otro día estaba en una casa y yo tengo que salir a grabar, pero la cámara está guardada. Ya no hay nada de agua. El capitán sube a los pasajeros en un bote con ruedas y yo, como voy atrasado, tengo que correr atrás. Al llegar al glaciar ya no queda ni hielo, ni agua. Todo había desaparecido, el glaciar se había caído completo.
Mi compañero me dijo en la mañana que el capitán le había dicho que quedaban 6 semanas y no 7 como creía. ¡Excelente! Estaré en casa un poco antes de lo que esperaba.
En el fiordo Calvo llovió, pero no hizo tanto frío, de todos modos estuve muy aburrido. En la tarde le sacamos el rollo al pasajero espacial. Él decía ser empresario y que estaba haciendo un negocio vendiendo GPS a CONAF. Bueno, el asunto resulto ser mula. Él es fotógrafo y conoció a la japonesa por chat. Obviamente ella está pagando las vacaciones y el hueón le dijo a su esposa que está trabajando. Tremenda pega, una semana en un crucero mientras le da como caja a la chinita.
Cuando llegamos al Brujo hubo un pedazo que amenazaba con caerse que estaba cerca de nosotros. Me acordé del sueño y temí que cayera, por suerte eso no pasó. Últimamente he soñado que se caen muchas cosas, pero por suerte yo no tengo sueños premonitorios.
Otra vez debí haber editado el video clip, pero en la noche me dio una profunda lata. Esto es igual que en la U cuando sacaba la vuelta hasta el último momento para hacer algo. Yo pensaba que cuando uno entraba al mundo laboral eso se acababa… parece que no.
Día 180
Llevo 8 meses hueveando acá. Es increíble, mucho tiempo. No sé como he aguantado. No lo sé. Hoy corrigieron la información y son 7 semanas las que quedan en la Patagonia. Estoy aburrido, cansado, triste, con muchas ganas que esto se termine. Mañana me iré a Punta Arenas para tener algo de aire. Espero que ver el Estrecho de Magallanes me de fuerza para lo que quede.
7 Comments:
This comment has been removed by the author.
Nooooooo...
No estés triste!
Dale animate ya no queda nada en comparación a todo lo que has aguantado...
Estás agotado pero te aseguro que valdrá la pena!
Lo que diga el capitán da lo mismo nadie tiene que convencerte de lo bueno que eres tu lo sabes!
Y respecto a la conversación de los errores y de que quizas es ahora el momento de equivocarse...
Yo también me quede pensandolo...
SOrry por despertarte!... aunque estabas igual medio dormido!
Gracias por los videos...
ABrazos Apretados
Oyeeee sir werlock le dio un beso el pie del indio?????
(pensar que estuve al lado y no sabía que era ese el indio del dedo... y no lo toqué! sera que no volvere nunca? o quizás deba volver para cumplir con la tradición?)
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despiertame no más...
ahhhhhhhhh, y puedes volver todas, pero todas las veces que quieras.
Gracias por borrar las embarradas!
jajajaja
Fuerza mi niño!!! 6 o 7 semanas no marcan la diferencia, en el fondo has estado siempre en stgo en nuestros pensamientos.
Que bueno que descansaste, eso te animara...
Te quelo mil!!!
Q tal carloco..es susssy desde la capital lo saluda...q bueno q falta poco para q vuelva.
Bye.
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