Friday, May 04, 2007

Mamma I'm coming home

“Times have changed and times are strange
Here I come, but I aint the same
Mama, Im coming home”
Ozzy Osborne

Día 230

Listo.
Esto se terminó.
Mañana a las 8 de la mañana soltarán la última espía. El barco quedará a la deriva unos segundos y prenderán máquinas con rumbo norte. Entonces comenzará mi último viaje. El viaje definitivo que me llevara de vuelta a casa. Ahora… ¿quién es el que vuelve a casa? Claramente no es el mismo que vino y creo que esa fue claramente la razón de porque tomé la decisión de venir acá. Quería tener esta experiencia, quería verme enfrentado a cosas nuevas…y lo hice. Si me preguntan si lo pasé bien, diría inmediatamente que no. Si me preguntan si fue una buena experiencia diría que es la mejor que he tenido. Creo que el resto de mi vida quedará marcado por estos 8 meses en que me di cuenta de muchas cosas de las que era capaz, conocí mis límites y vi hasta donde llegaba mi hasta entonces desconocido instinto de supervivencia. Creo que estoy terminando de vivir un proceso de eso que llaman iniciático. Un periodo que se vive una vez en la vida en donde te vez obligado a cambiar, a crecer. Espero que el cambio vaya ser para bien.
Hoy me pagaron mi último sueldo, creo que echaré de menos recibir un sobre lleno de billetes cada fin de mes. La idea de venir acá era principalmente económica. Juntar cierta cantidad de plata para poder invertirla en equipos audiovisuales. Los números que había esperado ahorrar ya están en la cuenta de ahorro y, sin embargo, ahora no tengo tan claro que es lo que quiera hacer con ella. Es paradójico, pero antes de venir acá tenía mucho más claro lo que iba a ser en mi vida, incluso se puede decir que profesionalmente me estaba perfilando. Venir acá fue un salto cualitativo que me cambio de paradigma, pero bueno… muchas veces eso es lo que hay que hacer, hay que romper la lógica y tomar riesgos. La gente me pregunta ¿y qué vas a hacer ahora? y la verdad es que no sé muy bien… tomar vacaciones, es la respuesta obvia. Dar muchos abrazos, estar con la gente que quiero… tratar de recuperar el tiempo. Pero el tiempo no pasa en vano y acá a pasado en modo muy lento y ha moldeado en parte importante mi ser. Y ese es el sentido del viaje, creo que en lo profundo de mi eso era lo que buscaba si de acá en el futuro me resulta o no me resulta lo que quiero hacer me da un poco lo mismo.
Creo que hubo buenas aventuras y muchos muchos recuerdos. Espero que a quienes hayan seguido las aventuras le hayan divertido estas líneas.
Mañana a las 8 de la mañana es el zarpe algo así como el epílogo de estas aventuras. La navegación por dos de los golfos más temidos de las aguas chilenas. Si todo va bien el jueves estaré de vuelta en casa.
De vuelta.

Comeback Party 18 o 19 de mayo...
vean la invitación

http://www.youtube.com/watch?v=lkmV_S1nVq8

Thursday, May 03, 2007

Último viaje

Se acabó!
25511 millas nauticas
muchas fotos nuevas en:
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Día 225

Había esperado este día tanto tiempo. Escuché con cierto placer el despertador y luego volé a la oficina. Prendí el computer y puse mi clásico de rock basuriento ochenteno favorito “Final Countdown” de Europe. Empezaba el conteo final 5 días de viaje y todo habrá terminado. Ya se siente que es el último viaje, principalmente porque no hay ningún respeto por nada. Lo que es yo, dije que me lo iba a comer y tomar todo. Después de grabar una tomas desde el bus empezamos a hacer videos entre nosotros. Ir a la cueva del milodón fue un placer. Me carga ese lugar, hay que grabar apurado y siempre lo mismo, nunca hay variaciones. Y hacer lo mismo 32 veces (salvo contadas excepciones) termina siendo un tedio. Al final vi al animal de fibra de carbono y estirándole el dedo del medio me despedí de él.
Para mucha suerte de todos, tuvimos un día precioso. Sol y nada de viento. Lo cierto es que ni siquiera en el verano tuvimos un tiempo tan espectacular. Un momento me arranque del mundanal ruido y me escondía a contemplar. Fueron dos minutos, pero absolutamente necesario. Cuando salimos de ese lugar les dije “hasta luego a las Torres”. Espero poder volver en el verano.
Desde hace al menos 10 viajes estaba pensando como iba a ser el último zarpe. Es tan increíble que eso este ocurriendo. Llegó un punto en la temporada en la cual sentía que esto era un túnel sin salida, eran días y días y más días y que no había forma de salir de eso. Sentir que ese momento ha pasado es un alivio total. Me bajé del bus con toda la energía y, tal cual saliera a la cancha a jugar la final del mundial, el partido 7 de la final de la Nba o el Superbowl, me acerqué a cada uno de los compañeros de tripulación gritando: “¡Vamos cabros, vamos, última vuelta, última vuelta!” Todos se rieron y después de a uno fueron prendiendo y todos, de este modo, nos energizamos para hacer el último esfuerzo. Al llegar a mi cabina sentía que faltaba algo. ¡Mierda! Se me quedó el trípode en el bus. Corrí a buscarlo, por suerte no se había ido. Todo el mundo me agarró pa’l hueveo heavymente. “Parece que te emocionaste mucho…” me comentó Álvaro. Ya zarpando Dan me dijo: “Oye, que estás contento”. “¿Se nota?- le pregunté. Estoy feliz.

Día 226

Me desperté con al versión de Life in Mars de Seu Jorge que está en la banda sonora de The Aquatic Life of Steve Zizou. Es la canción que escuche los primeros meses que estuve acá. El glaciar Amalia estuvo lindo, pocos derrumbes, pero al final salió un poco de sol. Me despedí de ella diciéndole: “Yo no te quise, tu no me quisiste, así que eso sería.” Como buena tarde de fomingo no pasó mucho. Luego de editar me puse a re ver School of Rock lo que me prendió mucho. En la noche la fiesta estuvo tan aburrida como siempre. Me escapé al bar y ahí me puse a conversar con Mario y le empecé a poner mierda. Me debo haber tomado como 4 whiskeys. Jajajjaja, lo dije último viaje hay que comer y tomar todo. Lo cierto es que llegue bien golpeado a mi camarote.

Día 227

Dada la mierda que le puse la noche anterior dormí saltón. Al sonar el despertador tenía sueño y pocas ganas, pero me dije: “Esteban, 3 días más de pega y esto se acaba…” Hoy desperté con Stuck in the momment. Escuché está canción en los momentos que mal más estaba acá. Periodo que fue entre diciembre y febrero. Repetía y repetía la frase final de la canción “It’s just a moment this time will pass” (es sólo un momento, esto pasará”) Y este momento está a punto, a punto a punto de terminar. Salí a grabar a las 7:30 y estaba muy oscuro, apenas un rayo de sol aparecía entre los hielos. Se veía muy poco en la cámara, cuando se me ocurrió un truco. Dado que se trataba de un plano fijo desde el barco, no se iba a notar si bajaba la velocidad de obturación de 1/60 a 1/30 con lo que iba a obtener mucha más luminosidad. A todos quienes leen esto y están interesados en seguir una carrera en el mundo audiovisual es un buen truco cuando graben un paisaje con poca luz y estén usando un buen trípode. Me pareció increíble que después de 32 semanas siga descubriendo cosas y que no haya perdido las ganas de hacer un poquito más de lo necesario. Siento que la máquina pasó sobre mi, intentó triturarme, pero no me trago. Sigo siendo yo, sigo teniendo la pasión y cuando salga de acá podré ponerlo en función de lo que yo quiero hacer.
Era mi último paseo grabando desde el bote. Si no me caía hoy, terminaba invicto. El día estuvo precioso, partió suavemente nublado (lo ideal para grabar) y salió un poquito el sol, pero lo suficiente para no saturar el glaciar. Lo pasé muy bien. En este viaje andamos todos relajados, la verdad es que demasiado relajados, tanto así que hay cero respeto por los pasajeros. Estoy grabando videos, saludos y hueveos varios de la tripulación. El piloto Marcelo estaba hablando a la cámara desde otro bote. Le pidieron que se sacara una foto y empezó a derivar. Le puso reversa al bote y retrocedió sólo para hacer otras declaraciones.
Puerto Edén estuvo bonito también, aunque ya queda muy poca luz cuando llegamos. Unas niñas me preguntaron: “Tío, no se aburre de hacer siempre lo mismo”. “Si, la verdad es que me aburro”. “¿y por qué no manda todo a la mierda?” “Eso es exactamente lo que pienso hacer…” Me pegué un pique al mirador desde donde se ve la angostura inglesa y me dije “el domingo voy a estar pasando por acá… el domingo ya iré navegando rumbo a casa.” En la noche mostré el video por penúltima vez y después me fui a mi cabina a ver un dvd. ¿cuál fue la pieza de cine arte que el artista visual Esteban Gómez disfrutó esta noche? Bob Esponja la película. Después de Cars me di cuenta que las películas de monito son las mejores. Están muy bien contadas. Tienen una coraza que puede ser creativa, pero en su esencia son historias simples. Si en la vuelta puedo conseguir volver a hacer clases tendría a mi alumnaje todo el día viendo monos animados. Bob Esponja cumple las reglas del road movie clásico (tomemos como referente a La Odisea de Homero). Un personaje sale en un viaje con una meta. Pero en el camino se da cuenta que para conseguir esa meta y poder volver tiene que cambiar algo dentro de si. Es como lo mismo que pasa en otra aventura en el mar que se publica periódicamente en un blog.

Día 228

Mayo, mayo, llegó mayo. Me acuerdo que en el segundo viaje me fui una noche a la popa y escribí: “hoy he pensado tanto en mayo y está tan lejos, tan lejos”. Bueno, hoy es mayo. ¡Lo hiciste Esteban, llegaste! El día amaneció precioso. El clima de la Patagonia es muy hijo de puta. En todo el año nunca tuvimos dos días de sol. En este viaje llevamos 4, justo para el último viaje. Es increíble, sólo me hace sospechar que se está burlando de todos nosotros, no tiene otra explicación. Al despertar puse Puente de Gustavo Ceratti. En el desayuno no se de que cosa estábamos hablando con mi compañero y comentó que sus papás no le dejaron estudiar lo que él quería. ¿y qué querías estudiar? “Actuación teatral, siempre me gustó actuar” y seguido me dijo: “por eso te apoyo en tu decisión, porque si yo hubiese tenido la oportunidad no lo habría dudado me habría arrancado de acá para tratar de conseguir mi sueño y si te equivocas, ¡mala cueva! al menos lo trataste.”
Había mucho hielo en el fiordo Calvo, que junto con los reflejos que formaba el sol hacían que fuese un día precioso. Al estar en otoño el sol no alcanza pegar perpendicular, sino que siempre lo hace en ángulo, lo que implica que aun con pleno sol la luz no es tan dura. El día fue un festín. Era una despedida majestuosa del lugar más hermoso en el que he estado en mi vida. Parado en la proa dejé varias veces la cámara al lado y mientras respiraba profundo tratando de llevarme algo del aire para Santiago me preguntaba ¿Habrá algo más lindo que esto en el mundo? Y la verdad es que me cuesta imaginarlo, me cuesta mucho imaginarlo. El motor del rompehielos se echó a perder. No podíamos pasar las 1200 revoluciones por minuto, lo hizo que el paseo fuera leeeeeeeeeento. Cuando repartieron whisky le pedí a Mario que me convidara y me tomé el último whisky frente a los glaciares. Fue una despedida de antología, traté de mirar lo suficiente para que mis ojos vuelvan llenos de todo lo bello que he podido contemplar en estos meses.
De vuelta en el barco edité lo más rápido que pude. Lo cierto es que las imágenes no estaban tan buenas. En cierta parte me había emocionado demasiado y me había olvidado de hacer la pega… o sea, el video está o.k., pero podría estar mejor. Eso realmente no me importa nada ahora. El asunto es que edité muy rápido. Los 11 minutos estaban listos en 1 hora y media. Como el día estaba bacán subí a la cubierta a grabar. En un momento entré al puente y el capitán me dijo: “Te perdiste unas vistas espectaculares hace un rato”. “Estaba editando…” “Cuando yo filmaba el video - él empezó haciendo los videos en los cruceros el año 80- editaba en cámara.” El concepto de “editar en cámara” es algo que inventó él y es la única persona capaz de hacerlo, consiste en grabar de tal forma que no es necesario editar el material. Luego de tal comentario no me quedó otra que reírme para mis adentros y mandarme a cambiar.
Pudimos estar poco rato en el glaciar Brujo. Hice unas tomas rápidas, recogí hielo para llevarme a Santiago y subí unas piedras en donde me senté y me quedé contemplando el glaciar. Ahí creo que tomé conciencia que no iba poder volver acá. Me di cuenta que para mi ya no era cotidiano tomar micro, ver tele, sino que estar frente a glaciares. ¡wow! ¿cómo fue que ti vida se transformó en esto? – me pregunté. Mientras escuchaba como el hielo se trizaba pensé en que nunca más iba a estar acá me emocioné, traté de no irme, pero cuando nos llamaron de vuelta al barco le hice una especie de reverencia a la pared de hielo y me di vuelta. Resistí la tentación de mirar hacia atrás. De una parte hasta ahora aprendí que en las despedidas no hay que mirar atrás.
Cuando fui a instalar los equipos para mostrar el video me puse a conversar con Mario quien me dijo que me tenía un regalo. Abrió una compuerta y me mostró una botella de Chivas Reagal. O sea, fuera que sea un whiskey rico, fue muy tierno de su parte que me quisiera regalar esa botella. Pasar el video fue increíble, es la última vez, ya no tendré que sufrir ante esa tortura audiovisual. Nunca más.

Día 229

La Patagonia se burló de nosotros. Tuvimos un día excelente. Esplendoroso, a mi no me gusta mucho el día miércoles, pero ayer se comportó como nunca. Hay unos cerros que son conocidos como las falsas Torres del Paine. Hoy estaban nevados completamente y eran más bonitas que las Torres verdaderas. Se daban unos reflejos maravillosos y los pocos pájaros que no hay emigrado salieron a tomar sol. Todo fue bien. Cuando estábamos llegando al final del fiordo subí a la cubierta superior encuadre un plano general en que se veían los cerros reflejados en el agua y apreté rec por última vez. Mi última toma fue preciosa. Después de cientos de horas grabando los últimos centímetros de cinta corrían. Disfruté el paisaje dejando correr la cámara hasta que corté. Eso fue. It’s a wrap! Se acabaron mis videos acá.
En la tarde edité escuchando cumbia villera y sound (una excelente combinación musical, creo yo) y cuando vi que estábamos pasando el canal kirke corrí a la cubierta de más arriba. Me paré en el pontón y sentí el viento en la cara. Me acordé de cuando estaba viviendo mi momento místico y se apareció Longueira. Ahora no habían sacos de hueas alrededor esto era para mi y estaba ahí para disfrutarlo.
Ponerme corbata por última vez en quizás mucho tiempo fue otro placer. Con mi compañero nos fuimos a tomar un trago al bar antes de la cena y se apareció el piloto quien me tenía un recado del capitán: “me dijo que te dijera que le grabes un dvd de un viaje para que te enseñe a hacer mejores videos”. Me dio un poco de rabia, pero luego me dije. O.k. esta puede ser mi venganza. Acá es donde le pudo decir lo que pienso se él y aprovechar de presentarle mi renuncia para mi próxima temporada. Pero tiene que ser sutil, tiene que ser con estilo. Hasta ahora he pensado varias cosas, pero no estoy seguro. De hecho, los insto a que posteen diversas respuestas que le puedo dar al capitán, a ver si me dan una buena idea. El ganador se lleva un premio.
En el comedor tener que escuchar al capitán por última vez también fue excelente. Estaba con una sonrisa que no cabía en mi, fui a brindar con los oficiales y uno de ellos me dijo “¡que te vaya bien y que pase mucho agua bajo la quilla”. Quedé colgadísimo. Me contaron que esa era la forma en que los marinos se deseaban buena suerte, porque eso significa que no van a varar. Espero no varar en mis navegaciones futuras, espero que sean entretenidas y que llegue a buenos puertos. Espero que eso sea así, pero si por cosas de la vida llego a varar, no hay drama, si de algo me he dado cuenta estando acá es que soy muy joven y puedo equivocarme muchas veces más.

Día 230 (Epílogo)

Puse Freebird para despertarme. Estoy a punto de ser libre, a punto de ser libre. Llegué temprano a la oficina y como nadie había venido a comprar dvds me puse a ver las noticias de la mañana. En eso TVN va a comerciales y empiezan a mostrar las cámaras de la Unidad Operativa de Control de Transito. Santiago estaba ahí, tan cerca… a sólo una semana. Viendo esas imágenes de calles colapsadas sentí una emoción profunda… home, home again. Y en un lapso de un par de segundos las lágrimas corrían por mi cara. Lo había logrado, lo había hecho y pronto volveré a casa.

(mañana penúltimo posteo, el último realizado desde la Patagonia)

Thursday, April 26, 2007

Martini

3er viaje
24780 millas nauticas
1 semanas to go

Día 218

Una de las cosas que pedía antes de irme era tener una vez más el fiordo Calvo con sol (lo que lo pueden haber visto en las fotos de la semana pasada) y otra era vez las Torres del Paine despejadas. Tuvimos un día esplendido, sensacional. Había un solcito de invierno que apenas temperaba el ambiente, pero todos los cerros estaban nevados hasta abajo. Era muy bello. Me permitía decir “ok, Esteban, te puedes ir tranquilo de acá y volver en el verano a recorrer las Torres del Paine”. De vuelta en el barco estaba emocionado. Era el penúltimo barco. Haciendo juegos mentales me decía que en realidad este era el último viaje normal, ya que el crucero final iba a ser precisamente eso.
Resulta ser que hace un par de meses echaron al garzón que atendía la mesa del capitán y tienen a Mario (el barman) cubriendo la mesa. Una señora española le dijo en la cena: “pero como ez que tu eztaz acá zi rezién eztaba en el bar”. “No señora, resulta que tengo un hermano gemelo que atiende en el bar”. “Pero ez que zon igualitos”. “Bueno señora, somos gemelos”. Todos en la mesa nos aguantamos la risa. La señora se comió tan burda broma y nos dio pie para seguir hueveándola.

Día 219

Domingo… realmente no pasó nada interesante.


Día 220

La española todavía no cae. Sigue creyendo que son hermanos gemelos. Nosotros le decimos que se fije bien, que si pone atención se va a dar cuenta que las diferencias. Aparte, que tienen distinta personalidad. Somos muy jugosos, pero lo cierto es que a bordo son pocas las posibilidades de divertirse. El glaciar Pío XI estuvo frío, pero bien. En Puerto Edén casi no había luz, así que no fue mucho lo que se podía hacer. Mientras editaba llegó Pinda a hacerme unas preguntas sobre leyes laborales, le dije que yo no sabía bien la respuesta, pero que le averiguaba en la recalada. Ahí me contó su plan de demandar a la empresa por varias situaciones ilegales. El problema es que necesita saber que tan factible es hacerlo. Me fue contando varias cosas que dan cuenta de la forma en que el capitán logra influir en los poderes públicos que es muy turbio… bueno, de ahí me surgió la idea de engordar sus varios kilos (más de los que lo he hecho acá) y convertirme en el Michael Moore patagónico… porque al menos historias acá sobran.
Durante la cena el doctor pregunto: “Oye, y cuando pasa el video este chico”. Y a los cinco minutos la española pregunto “¿Y dónde va a moztrar el vídeo ezte niño?” me enojé, pero después me dio un poco de risa.

Día 221

Uffff, como agradezco que quede sólo un viaje. Hacía mucho, mucho frío. En general el día estaba bastante gris y se veían pocas cosas fuera del gris panorama. Además el asunto es que a esta altura la luz se va a las 17:30. Como me quedó harto tiempo libre me fui a mi cabina a ver “Antes del Atardecer” película que tenía hartas ganas de ver por varias razones:
1.- una vez me peleé muy heavymente con galleta por culpa de ese film. Es una de las pocas veces en la vida que me he enojado en serio.
2.- Una vez me cantaron la canción que la julie Delpy le canta a Ethan Hawke.
La película como película me pareció bastante pobre dado sus escasos recursos de representación audiovisual. Es decir, podría ser una obra de teatro o un libro y no pierdes o ganas nada, salvo ver locaciones de Paris y el departamento de la mina (cuando me vaya a vivir sólo – que espero que sea pronto- yo quiero uno decorado así). Sin embargo, tiene unos diálogos muy buenos y te hace reflexionar sobre el sentido del amor… aunque a esta altura cabe preguntarse que sentido tiene. Bueno, y un final curiosísimo ya que es completamente antitético. Ok, se que no me voy a dedicar a la crítica cinematográfica… demasiado pedante… Ahhhh, lo otro curioso que descubrí es que el director es el mismo que el de School of Rock, y esa película si que es grossa. Absolutamente inspiradora.

Día 222

¡wow! Doscientos veinte y dos. Son muchos días, muchos días. En la mañana estuve muy aburrido grabando, una luz fea, lluvia, viento. Mientras avanzábamos por el fiordo de las montañas yo sólo quería que llegáramos al final, hasta que ocurrió. Como todavía era temprano me arranqué al bar. Mario estaba con pega y le pregunté si me podía servir algo. Eso es como el sueño del pibe. Una pared llena de copetes ricos y uno puede elegir el que quiera. Me dieron ganas de tomarme un Martín Bianco. Lo hice y al sentir la textura aceitosa que se resbala por los hielos me retrotrajo al living de mi casa. Sentado en el sofá amarillo en el día domingo viendo una carrera de Formula 1. Cuando ya Schumacher estaba adelante y no había nada que pudiera cambiar el resultado y el andar de los bólidos se hacía monótono. Me ponía a hojear el Mercurio del domingo y tomar un Martini. Me sentí como en casa. Respiré hondo y sentí, quizás por primera vez desde que estoy acá, que estoy muy cerca de volver a sentir eso, estoy muy cerca.

Ahora pasa lo que ocurre en las carreras de auto, después de muchas y muchas vueltas en el partidor se empieza a hondear una bandera blanca que significa que viene la última vuelta. Todo el cansancio y el desgaste queda atrás. Tu confías en que todo puede aguantar una vuelta más al máximo esfuerzo, porque después no hay más, no hay más.
La próxima vez que postee todo habrá terminado.

Friday, April 20, 2007

Mind Games

3om viaje
24058 millas nauticas
2 semanas to go

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Día 210

En este viaje viene el jefe de Santiago, el tipo que me contrató y creo que es la oportunidad de decirle que no voy a volver el próximo año, ya que todos tienen la fantasía que me voy a quedar. Cuando llegó me saludó afectuosamente y le dijo a otra persona “El es Esteban, es un excelente profesional, un muy buen compañero de trabajo y se la jugó por nosotros mamándose toda la temporada y estoy seguro que no nos va a hacer lo mismo que Cristian Castro (él que estaba el año pasado en la pega)” Ahí veremos contesté… El asado no tuvo nada interesante salvo que invitaron a todo el consejo municipal de Puerto Natales. Cuando el capitán quiere algo de alguna autoridad no va a reuniones en sus oficinas, sino que los invita a comer un regado asado. Esta muy enojado con la gente de CONAF, ya que se han negado a venir. Es su forma de hacer lobby… y le resulta, así es como la autoridad marítima nos dejara zarpar en este viaje sin tener un doctor a bordo. Bueno, resulta que el alcalde de Natales es un chiste. Es un italiano de cómo 80 años. Es una especie de Benny de la política. Bastante chucheta y, por lo que he sabido, pésimo alcalde.

Día 211

Las Torres estuvieron más bien fomes, pero hubo hartos animales lo que salvó el día. Incluso un zorrito en el Lago Nordenjskold se cruzó frente a un guanaco justo cuando lo tenía en plano cerrado, así que dio una toma muy buena. En la noche siguieron los halagos. Me dijo que quería que apenas llegara a Santiago me pusiera a trabajar en la oficina central actualizando unos videos. En rigor, no me vendría nada mal un par de meses más de pega, pero no creo que sea correcto decir encima de la fecha que me voy. Tenía la mejor de las intenciones de decirle: “¡Cálmate… yo no vuelvo!” – pero es de esas personas que no dan tiempo al otro para hablar.
No sé si es parte de una estrategia maquiavélica, pero si lo fuera es perfecta. Tu entras acá y no sabes nada, eres un gusano. Después vives en un completo limbo, sin saber lo que tus jefes piensan de tu trabajo y, al final, cuando estás cansado y sicológicamente destruido te dicen que lo hiciste bien y sientes que tienes una deuda con ellos. Incluso en un momento hoy pensé en volver el próximo año… pero luego me dije: “Esteban, están jugando con tu mente”. O más bien como decía Beck en una antigua canción “Somebody’s fucking with mi mind”.

Día 212

En realidad no pasó nada muy interesante.

Día 213

Siguen los juegos mentales. Cuando mostré el video se me acercó y me dijo que estaba excelente, que tenía que enseñarle a editar a la gente del otro barco que guardara en archivo las tomas y bla, bla, bla una cantidad inconmensurable de loas para que cuando yo pretendiera decir algo me dijese: “me tengo que ir, nos vemos mañana”. Después de ordenar todo partí para la “favela”, que es como se conoce a la cabina de los camareros. La verdad es que no tengo razón para quejarme por mi espacio, ya que ellos viven 5 en una pieza. El asunto es que está hiper tecnologizada. Tienen como 4 computadores, 3 dvds, 2 teles y, lo que es más importante, un playstation. Bajé con el pretexto de ir a devolver y buscar una película y justo Pinda estaba jugando GTA San Andreas. Así que le pedí el control en un par de turnos y empecé a robar autos y atropellar gente. Fue realmente agradable, me alivió del stress. Dentro del reino del pirateo (hay como 500 títulos disponibles en forma subterránea en el barco) habían un par de películas interesantes, pero medias densas. No quería nada que pudiera ocupar mi mente. Así que elegí “Cars”. Resulta ser que uno de mis máximos orgullos en mi vida es que cuando dieron Rebotes en el Sanfic, hasta antes del 1 de agosto estaban dando en la sala 3 del cine hoyts de la Reina “Cars”. Pero a las 19:30 el letrero rojo cambió y decía “Rebotes”. Yo me decía: “Wow, Pixar, en asociación con Disney, una mega producción y yo, con un docu hecho con la Carola que nos costó re’ poco los estamos sacando de cartelera por un día”. Después de ver los primeros 20 minutos quedé alucinado. No teníamos derecho a hacer lo que hicimos. Cars es un millón de veces mejor que Rebotes, aun cuando tienen varios puntos en común (aunque el desarrollo de los protagonistas es al revés). Me divertí mucho y puedo decir que me fui a dormir contento.

Día 214

Una de las cosas que pedía antes de terminar la temporada era un día más en el Fiordo Calvo con sol. Sólo uno más en que se vieran los reflejos de modo esplendoroso (vean las fotos). Como la semana pasada se había puesto a nevar en algún momento yo prácticamente había perdido las esperanzas. Sin embargo, cuando me desperté se veía una estrella y dentro de la penumbra (a las 7 de la mañana está prácticamente oscuro) no se avizoraba nube alguna. Salí a grabar el amanecer y el día estaba esplendoroso. Fue grosso bacán, sentía que podía irme tranquilo de acá. Ya había visto lo que había que ver. En la tarde siguió el día así. El jefe de Santiago me mando a hacer unas tomas del barco en El Brujo. Es bacán cuando te dejan el bote para ti sólo y total libertad de movimientos. Le decía a Pablito, avanza hasta allá y luego pasemos paralelos. Y me mandé un travelling a raz de agua de lo más faisán. En la noche terminé de ver Cars. Es cierto que de la mitad en adelante guatea, pero sigue siendo muy buena… al menos para alguien que todavía se emociona por las carreras de autos.

Día 215

¡Ehhhh, renuncié! Es decir, dije que no volvía el próximo año. Es difícil renunciar. Mas cuando ya han pinponeado tu mente y te haces sentir como si fuese una deslealtad irte. Durante la tarde tenía esas ideas y luego me decía mi mismo ¿qué chucha estás pensando? Busqué un momento para decirlo y durante la fiesta le dije: “Es improbable que vuelva el próximo año?”
“¿¡Cómo!? ¿por qué?”
“Uffff, varias…”
“Pero dime alguna”
“Principalmente el sistema de trabajo, no te deja tiempo para nada”
“¿Cómo? ¿O sea encuentras que no tienes tiempo libre?”
“En realidad estando acá no tienes vida”
“No te entiendo”
“No hay días libres, no hay espacio para hacer nada, para pensar, para soñar, todo es el barco”
¿Cómo es eso que no hay días libres? (nota de la redacción: como si no lo supiera)
No hay días libres.
Pero eso está mal… no debería ser así. Uno se vuelve loco así.
Es exactamente lo que me está pasando…
Bueno, bueno, en otra instancia tenemos que seguir conversando”.
Y salió de la sala de música. En ese momento una felicidad inmensa se apoderó de mi. Es como si sintiera que me liberaba de un peso de encima. Luego supe que le había dicho a mi compañero que estaba sentido conmigo porque le había dicho el último día del viaje y él le retrucó diciendo: “te avisó con cuatro meses de anticipación”. En todo caso a mi me pareció muy gracioso.

Día 216 (epílogo)

Al despedirse lo hizo fríamente y dijo que me iba a llamar. Posteriormente le dio un afectuoso abrazo a mi compañero y le dijo “eres un gran profesional”. (ergo, ¿yo habría dejado de hacerlo?)

Hasta mi vieja me retó por haber dicho que no seguía con tanta anticipación.

Thursday, April 12, 2007

Sofía

29no viaje
23026 millas nauticas
3 semanas to go

Día 204

El día viernes cuando empezaban a llegar los hueones (léase pasajeros) miré la lista y vi que venía la misma doctora del tercer viaje (leer bitácora Quizás para contextualizar el asunto). Venía con Sofía, su hija, pero no con su esposo. A través de otro doctor de Punta Arenas supe que se estaban separando hace un tiempo y así fue. El viernes en una conversación en la que parece que me estaba quejando mucho me dijeron: “oye, a veces haces parecer como si te hubieses ido 50 años y son sólo son 8 meses”. Mi contraparte en el teléfono no dejaba de tener razón; sin embargo han pasado muchas cosas. Cuando la doctora vino yo a ella la encontraba el ser más tierno del mundo y a su marido un tipo súper bueno, con la mejor de las intenciones, pero extremadamente fome. Sin quererlo se convirtieron en protagonista de una de mis tantas películas imaginarias (de esas que digo que hay que hacer, pero nunca me animo siquiera a empezar a escribir el guión). Esta se trataría de una pareja que se fue a vivir a Punta Arenas justo después de que se habían casado porque él había conseguido pega ahí. Sin embargo la soledad y el frío les hace darse cuenta que su relación se está desmoronando antes que se haya empezado a desarrollar. Me acuerdo que ellos me compraron el video del viaje en octubre y fue una de las ventas más emocionantes que he tenido. Tienen 30 años y no creo que ganen mucha plata, por lo que las 15 lucas les deben haber dolido. De hecho, yo les iba a decir que me pasaran un dvd para que se los grabara a la mala, porque me parecía horrible lucrar con mi gente (ambos estudiaron en la U y cuando uno esta lejos busca cualquier vínculo para sentirse cercano a las personas), sin embargo lo quisieron comprar. Siempre me he preguntado por el destino de los videos que hago. Tengo la impresión de que muchos jamás son vistos. Otros son exhibidos una que otra vez con el fin de aburrir a sus familiares; una especie de pase de diapositivas de 50 minutos grabado en video de alta definición por la joven promesa del audiovisual chileno. Ahora me pregunto que será el video de ellos… ¿el recuerdo del viaje en que trataron de arreglar su matrimonio, pero no resultó? ¿O acaso el registro de lo que habían planeado como su despedida?. Me pregunto donde estará ese dvd ahora.
Para la hora de la cena me encontré con la doctora. Nos saludamos, técnicamente ella no es la doctora a bordo, sino que la amiga con la que viene. Me preguntó como estaba, le dije que cansado, con ganas de ir pa’ mi casa. Ella dijo que ya llevaba harto tiempo acá. Y es verdad… creo que para ambos este periodo entre viajes ha sido mucho tiempo. La Sofía estaba preciosa ahora tiene 2 años y un par de meses. Me pongo a mirarla un rato y se me llenen los ojos de lágrimas. Es muy, muy linda. Hasta me dan ganas de tener una así pronto.

Día 205

No pasó nada muy interesante. Salvo las ganas de modificar mi lista de cosas que hacer cuando vuelva y poner en primer lugar conseguir una guagua así. Pero me da la impresión que me está faltando algo para que eso suceda… De mi casa me habían mandado huevitos de chocolate por ser el día del conejo, así que le convidé algunos a la Sofía en el desayuno.
Durante el almuerzo la doctora le estaba tratando de enseñar nuestros nombres. Cuando llegó a mi compañero le preguntó ¿quién es él? Y ella automáticamente contestó “tata”. Nos cagamos de la risa y nos dio material para huevearlo. En la cena me senté a su lado. De repente la miraba y me quedaba mirando de vuelta con sus ojazos negros. Que rica debe ser la sensación que te miren así siempre, que te miren como si fuese la primera vez que ven algo.

Día 206

No pasó mucho en el glaciar Pío Xi, pintaba para un día heladísimo, pero en algún momento salió el sol. De todos modos estuvo fome, debe ser porque ya hace más frío que los desprendimientos no son tan frecuentes.
En la tarde me encontré en Puerto Edén con el equipo de Frutos del País. Les pregunte como les había ido. “Bien… bien como las hueás”. Resulta que ningún kawéskar les quiso hablar si es que no les pagaban y en general la gente no los pescó. Puerto Edén es bonito, pero lo cierto es que también es un lugar muy raro. Creo que no haría un documental ahí. Al menos si a mi me hubiesen preguntado yo hubiese dicho que nica Puerto Edén da para un capítulo de una hora. Me quedé conversando un rato con lso tipos y Óscar me dijo: “no seai jote, graba a tu gente”. “No es de jote, hueón, estoy consiguiendo pega”.

Día 207

Al despertar puse un dvd de Guns ‘n Roses que corrió hasta Patience. Me acordé cuando tocaba esa canción en la banda y siempre entraba con un sol cuando tenía que entrar con re. Miré el calendario y me di cuenta que queda exactamente un mes para que esté de vuelta en mi casa. Un mes. Sólo hay que tener un poco de paciencia, un poco de paciencia. A esta altura los días se hacen larguísimos y parece que nunca llega el final. Como que te esfuerzas por correr, avanzas, pero la meta sigue todavía lejos. Paciencia, tal como dice Axl Rose, hay que tener un poco de paciencia.
En la mañana habían 4 grados y la temperatura no subió en toda la mañana. En un principio estaba calmó y se produjo un reflejo precioso, pero después de un rato empezó a llover y hacía el final del paseo empezaron a caer unas gotas un tanto gruesas… estaba nevando. No alcanzó a acumularse, pero cayó nieve un rato. Era justo lo que le había pedido a Alá para esta navidad.
En la mesa los únicos que salvan son las doctoras y la Sofía. Después del almuerzo una vieja le fue a reclamar a mi compañero de que como era posible que trajeran una doctora (hablando de la amiga de la doctora titular) como la que había porque (cito textual) “no estaba al nivel del barco”. Me dio mucha rabia escuchar eso, porque la mina es re piola, pero no podía decir nada.
En la tarde cuando bajamos al Brujo habían 3 grados. Es decir durante todo el día la temperatura varió en dos grados y fue para abajo. Además se puso a llover fuerte cuando estábamos ahí. Me estoy convirtiendo en un verdadero hombre de hielo.
En la noche la mamá de la Sofía me preguntó por un asunto de las películas que ponemos para las cabinas. La misma vieja que reclamo por la doctora me preguntó porque no había películas toda la noche. Le expliqué como era el sistema que nosotros las poníamos desde un dvd y que nos tendríamos que despertar en medio de la noche para poner otra película de modo de tener programación continua. ¡Pero hagan eso, insistió! “Lo siento señor, yo necesito dormir para poder descansar”. “Pero quédate despierto hasta la una para poner otra película”. “Yo estoy trabajando desde las 8 y no voy a dejar el poco tiempo de descanso que tengo para poner una película”. “Es que en el folleto decía que habían tres canales”. “Miré… no sé que decía en el folleto, pero no voy a quedarme despierto a ponerle una película.”

Día 208

Después de desayunó subí a mi cabina a buscar la parka para hacer unas tomas de contexto (técnicamente todas las tomas que hago son de contexto, podríamos decir que mis videos son videos de contexto) cuando veo que el barco que está anclado se empieza a acercar a la orilla y no hay nada que lo detenga. “¡varemos, por favor, varemos!” – pensaba yo, recordando un sueño de la semana pasada en que el barco se hundía y volvía para mi casa. La gente empezó a correr y el barco topó con la orilla, sin embargo, echaron a andar máquinas y todo volvió a la normalidad.
En la noche le pedí a la doctora que me sacara una foto con la Sofía. Al mirar la foto ella me dijo, la Sofía mira pa’ cualquier lado, pero tu la estás mirando con una cara de enamorado. Es que es re’ fácil enamorarse de esa cabra chica. Yo quiero una así, quiero una así para navidad… bueno, ya no alcancé para esta, pero entonces para la otra.

Thursday, April 05, 2007

Lista

Cosas que hacer cuando vuelva:

-Ir a ver a Puente con Benjamín
- Comprarme el manubrio y jugar playstation hasta quedarme dormido.
- Ver todas las películas esenciales que no he podido visto (El padrino, trilogía de kiezlowzki, olimpia, etc.)
- Ir a comer un whopper con tocino al Burger
- Recuperar el premio del fidocs y pasar tiempo con el.
- invitar a mi familia a comer pato en el Normandie.
- Inscribirme en el gimnasio, ir no menos de 5 veces a la semana durante las vacaciones.
- Abrazar a la gente que quiero.
- Decirles que los quiero y que los eché de menos.
- Invitar a mi ex alumnaje al HBH para chelear hasta más no poder.
- Comer mucho ceviche
- Invitar a mucha gente a comer ñoquis el 29 de mayo
- acompañar a mi viejo a jugar golf
- Ir al cine con mi mamá a ver una pelícucla ñoña y después invitarla a tomar té.
- Comprar arrollados primavera y ginger ale para ver echado en mi cama los playoffs de la NBA.
- Ir a manifestaciones y/o eventos masivos con la bandera de Magallanes
- Respetar los derechos autorales
- Tomar champagne decente
- Ver el Mago de Oz escuchando Dark Side of the moon
- Proclamar publicamente (estando arriba de la pelota y sano) la independencia de Magallanes.
- Leer completa la antología de los Beatles y ver los 10 dvd's como si fuera una teleserie
- Ir a buscar mi título y celebrarlo.

(obviamente los mejores planes son los que no se escriben)

28mo viaje
21383 millas nauticas
5 semanas to go

Día 197

Las Torres del Paine jamás se vieron. Hubo un viento fuertísimo. El problema es que además llovía entonces las gotas te pegaban como si fueran piedrecillas. Era muy desagradable. De hecho la grabación fue difícil. Lo curioso es que durante casi todo el día hubo un arcoiris. ¿Será que la alegría ya viene?

Día 198

No tengo ganas de escribir. Quizás lo único que quiero decir es que en un momento subí al puente y el capitán se puso a hablar de los rehenes ingleses en Irán. Diciendo que los gringos iban a dejar la cagá y se iba a armar una guerra. Pensé en que pasaría si durante la navegación ocurría el holocausto nuclear. Imaginaba estar frente a un glaciar y que de repente una luz nos cegaba y que alcanzaba a ver como el hielo se derretía un instante antes que la onda expansiva me llegara y se apagaran las luces.

Día 199

Tampoco tengo muchas ganas de escribir. Cuando bajé en Puerto Edén me encontré con unos tipos con cámara y micrófono. Les pregunté que onda y me dijeron que eran de Frutos del País. Antes de irme estaba tratando de trabajar ahí dado que mi profe guía de la tesis trabaja ahí. Les dije que lo conocía y que le mandaran saludos. Me preguntaron por mi pega y les conté. E inmediatamente sentí mucha vergüenza por mi pega. Me daba ganas yo estar haciendo la pega de ellos. No sólo poniendo una imagen a continuación de la otra, sino que dándole sentido, dándole vida, contar cosas desde la gente y no sólo mostrarlas como si fueses especies de un zoológicos y después irnos. Me di cuenta que no estoy orgulloso de lo que hago y me dio mucha pena. Para pasarla me fui a la noche a la cabina de los camareros a escuchar reggeaton.

Día 200

Son las 23:30. Empecé a trabajar a las 8:00, terminé recién y no he parado. Me di cuenta que llevo 15 horas seguidas trabajando. Llevo muchos meses así. Me he convertido en una máquina, el problema es que soy una máquina con sentimientos. Hoy tuve muchas ganas de llorar.

Día 201

No soportaba más en la editora. Pero no quería salir de ahí. El dvd estaba codificándose y la inercia me mantenía frente al computador. Estaba profundamente triste. Cuando de repente me acordé de una canción de U2. Tomé un post it y lo pegue frente a los otros mensajes que tengo. “It’s just a moment, this time will pass” (Es sólo un momento, este tiempo va a pasar)

Thursday, March 29, 2007

El principio del comunismo (o más bien el final)

27mo viaje
20461 millas nauticas
5 semanas to go

Día 190

Creo que la semana pasada les comenté que a medida que la temporada avanza todos los recursos humanos y técnicos se van desgastando llegando a un momento en que estamos con las últimas energías. Bueno, el viernes prendí un par de veces el computador para tratar de guardar las mejores tomas para el material de archivo cuando se me quedó pegado. Intenté de nuevo y pasó lo mismo. Intenté 5 veces con el mismo resultado. ¡maldición! Esto si que colapsó. El peor de mis temores. Mi conocimiento computacional se remite a saber usar el final cut, escuchar mp3 y escribir en Word (cosa que hago a una velocidad rapidísima). Pero así para “entrar a picar” no sé absolutamente nada. Traté de instalar de nuevo el sistema operativo. Todo bien, hasta que al reinicar me pide un password. Hace un tiempo tuve un atado menos e ingresando “natales” no tuvo ningún problema. Ahora no, insistía con mayúsculas, minúsculas, errores de tipeo, pero una y otra vez me rechazaba. Se acercaba la hora del asado. Mi compañero me recomendó que lo dejara en caso que se tratara de una maña del programa y lo viera después de la cena. No era un maña. Sólo había espacio para la solución radical, formatear el computador. Pude respaldar mis archivos (me hubiese muerto en caso de que mi vida acá se hubiese borrado) y me fui a dormir, ya que los dos whiskeys hacían efecto en mi (cuando el capitán dice que hay que tomar, se toma).
El computador seguía muerto en la mañana. Me fui a las Torres del Paine. El día estuvo muy relajado, ya andan menos pasajeros, así que todo es más fácil. Incluso pude dormir un resto de vuelta. Al llegar dijeron que faltaba que llegara gente, así que zarpábamos en una hora más. Fue excelente. Esos momentos de nada son muy placenteros, desenfundé el celular y disfruté mis últimas horas atracando hablando con Santiago. Otro zarpe, ya estaba atardeciendo, así que pude hacer unas tomas de lo más bueno. Seguí hablando por teléfono hasta que bajé y enfrenté mi destino. Prendí el computador con el disco de arranque y le puse: “formatear disco”. Nunca lo había hecho. Es algo que conceptualmente me parece horrible. Yo nunca he formateado a nadie, hay recuerdos que querría borrar, pero no lo he hecho. Sin embargo, hay alguna gente que si me ha borrado. El asunto era tan gondriano. Como sea, todo iba fluidamente bien hasta que el computador me pide que inserte el disco 2. Lo meto y no me funciona. Pienso que me equivoqué de disco, pero no, es ese. No está rayado, simplemente no quiere andar. Era horrible. Cené con la pana y después volví intentando nuevamente y pensando como había otra forma de solucionarlo. El computador de 2 millones de pesos parado. Ponía mi cuarzo sobre la torre para tratar de espantar la mala energía y decía “Santa virgen de la aceleración, no me falles ahora.” No entendía por qué el colapso y, peor aún, porque el asunto no se solucionaba. Habían malas energías, me pregunté que día era: 24 de marzo, como tratando de buscar una explicación mística pensé que había pasado el 24 de marzo. Haciendo un repaso en el calendario me doy cuenta que… ese fue el día que mi primera polola me pateó. Shit! Fue un sábado también, y aunque fue hace 6 años, la verdad, verdad, verdad es que recién el año pasado puedo decir que estoy 100% recuperado de ese incidente.
Se me ocurrió hacer una instalación mínima, quizás ahí no me pediría el segundo disco. Crucé los dedos y cuando empezó el computador no pude estar más feliz. Luego empecé a instalarle los programas y me quedé hueveando hasta como las 2 de la mañana. Por suerte salí de este entuerto.

Día 191
Hoy amaneció nublado y con lluvia como casi todos los días acá. No pasó nada muy emocionante durante el glaciar Amalia. El resto de la mañana me dediqué a meter de vuelta la información al computador y echar a andar los programas. Nada muy excitante. En realidad algo muy poco excitante. La mesa del capitán es horrible. En realidad es el doctor y su señora los que son horriblemente desagradables, pero como los otros panameños que están ahí no aportan mucho, en promedio es una lata. Empezaron a hablar del gobierno, esto y el gobierno lo otro y mi compañero como es de derecha prendió con agua. De repente sale el tema del transantiago. La verdad es que yo no puedo dar una opinión concluyente al respecto, principalmente porque por Puerto Natales no pasa ningún troncal, no he leído lo suficiente al respecto y he escuchado de gente cercana opiniones disímiles. El asunto es que la vieja dijo que alcanzó a escuchar en las noticias que habían metido a la cárcel a los dueños de las empresas. No sé si será verdad. Ella estaba indignada y dijo con convicción: “Esto puede ser el comienzo del comunismo”. No sé por qué, pero automáticamente me brillaron los ojitos y una especie de felicidad salía desde mi alma que me hizo sonreír profusamente, me dieron ganas de decir ojalá llegue pronto, pero no fue necesario porque todos en la mesa me miraron con cara de: “¿y qué le pasa a este hueón?”. Me acordé del final de Pollitos en Fuga (una película absolutamente marxista) en donde los pollitos se arrancan del sistema capitalista que los oprime y se van a una isla donde son felices y sentí una paz inmensa. Eso es lo que dice el manifiesto, el socialismo es sólo un paso. Una vez superado se llegará al comunismo, un estadio sin clases sociales, sin necesidades materiales en donde el hombre puede lograr la felicidad. Andaba filosófico hoy, después se pusieron a hablar de Bolivia y mi compañero dijo que había que encontrar la forma de aislarnos de nuestros vecinos y no tener que depender de nadie. Yo irrumpí en la conversación y lancé uno de mis postulados existenciales fundamentales: “Nadie es independiente, todos somos partes de un todo”. Obviamente fue retrucado vehementemente. Pero si de algo tengo certeza es que todas las personas en este mundo están conectadas y todos nos necesitamos a todos. Que sólo convergiendo nuestras energías podemos lograr la felicidad.
(Hoy me bajó el hippismo más recalcitrante).

Día 192

El desayuno empezó muy lindo. El doctor empezó a hablar de no sé que hueá y de repente habla de Valdivia y la planta de Celco que (cito textual) “Los ecologistas tienen parada”. Salto de mi asiento y de modo muy poco protocolar le digo: “Perdón, no son los ecologistas los que tienen la planta parada, sino el hecho de que es altamente contaminante”. Según él, todo eso eran patrañas y que habían informes científicos que decían que no había relación entre la muerte de los cisnes y el verter químicos al agua (obvio, si esos informes lo hizo la empresa). ¡puta que rico empezar el día con esta gente).
Antes me había despertado y ví algo de sol en la ventana, así que en mi dvd puse el video de U2 y me levanté con Beutiful Day. El Pío XI estuvo bueno, el sol me ayuda a hacer fotosíntesis. Además hubo un derrumbe gigantesco. Muy, muy grande, pero esta vez no me dio tanto miedo (eso que estábamos bastante más cerca de lo que yo consideraría prudente) y pude hacer una toma decente. En el almuerzo la señora del doc le pregunta a mi compañero (a los dos nos tiene las pelotas un tanto hinchadas) si se acuerda de su sobrina . Él la mira con cara de: “¿y quién chucha es tu sobrina?”. “Ella es la esposa de Longueira… ¿se acuerdan?” “Ahhhh, la esposa de Longueira”, contestamos. Eso explicó muchas cosas.
Cuando volví a la editora me encontré con una pésima sorpresa. No se grabaron los últimos 5 minutos. Es decir, la cinta corrió, pero grabó en negro. Simplemente no había imagen. ¡Maldición! Ahora si que está fallando todo. Por suerte había otro derrumbe y ese me podía servir para cerrar el segmento sin tener que usar un plano conclusivo clásico (como que nos alejamos del glaciar). El asunto es que después me di cuenta que el computador había capturado entrecortado el derrumbe. Después de mucha pelea lo pude salvar justo antes de llegar a Puerto Edén. Estaba enojado. Con la sensación de que mi trabajo es como ese acto del chino que trata de equilibrar los platos sobre unas varillas y cada vez tiene más platos, yo siento que en este momento no puedo más con los platos y se están empezando a caer de a uno.
Subí a grabar la llegada a Puerto Edén. Me decía: “Esteban, deja lo que pasó atrás, concéntrate. Concéntrate. Pero no podía, no podía sacarme los problemas de encima. De repente se pone a llover. Hago un repaso mental y me acuerdo que la cubierta de la cámara se quedó en el bote. Y el bote en ese momento estaba en una maniobra. Me empiezo a recriminar mi negligencia, darme cuenta que me van a retar, pensar en cubrir la cámara con bolsas de basura como en los primeros viajes. Estaba seguro que no la había bajado y enojado por mi error. Como última esperanza bajé a ver si por alguno de esos milagros la funda estaba. Y estaba. Mi cerebro me convenció que estaba perdida, y nunca fue así, estaba donde debería estar.
En Puerto Edén me extravié completamente. Es increíble la capacidad que uno puede tener para estar en otro lugar. Hoy no estuve en Puerto Edén, sino que en los recuerdos de mi vida. Especialmente en los que me dolían. Estaba con rabia, mucha rabia. Rabia en contra de mi colegio, rabia por las veces que me patearon, rabia en contra del capitán y especialmente rabia conmigo mismo. Me carga sentir eso, creo que cuando el corazón tiene rabia nada bueno puede salir. Pero no podía dejar de sentir eso.
Al volver al muelle veo que el Óscar esta haciendo unas movidas con una lugareña. Me cuenta que le está encargando pan amasado para la próxima semana. Lo miro con cara de “paren de gozar, si comida no falta a bordo”. Ahí Pinda me explica que hace un par de semanas la señora les dejó de dar pan fresco a los camareros. Que sólo pueden comer pan añejo. Lo encontré increíble. Increíble. ¿cómo?. Ni siquiera es un asunto de plata, es un asunto de hacer sentir a cierta gente que es inferior. Me acordé del Acorazado Potemkin, cuando la tripulación inicia la revuelta porque les dan carne agusanada a los tripulantes.
En la noche estaba apestado, después de pasar el video me fui a la cabina de los camareros a jugar playstation con Pinda y Felipe. Quería jugar worms para recordar mis largas veladas de “estudio” en la vieja escuela de periodismo, pero no corrió, así que le dimos al “Mortal Kombat”. Para no jugar en 5 años (además nunca me gustó mucho) creo que estuve decente, incluso gané un par de peleas con Sub Zero.

Día 193

Pensé que iba a ser un buen día. No se veía mal desde la cabina. Pero según el piloto, es el peor día en los 4 años que estuvo acá. Niebla. No se vio casi nada. Fue horrible. Yo iba en la proa tratando de inventar algo que grabar, mientras echaba puteadas. Sigo enojado, muy enojado y eso no me gusta. Para eso colaboró la vieja haciendo comentarios estúpidos en el almuerzo. La verdad es que no aguanto más. No aguanto más el encierro, que la ropa nunca se seque completamente, que toda tenga un olor a humedad. Mi paciencia que creía infinita se está agotando.
La primera vez que fui a la micro (el comedor de tripulantes) vi un papel que me dejó perplejo. Tenía por título “Cuando tome un cargo…” y es un decálogo de recomendaciones. Las dos primeras me parecen muy bien:
“1.- No empieces a destruir lo que hizo tu antecesor
2.- No comentes que el fue inútil y que todo lo hizo mal”
El problema son la tercera, séptima y octava
“3.- Tu no inventarás nada nuevo, ya todo está inventado.
7.- No te consideres genio, nadie lo es, confórmate con ser normal
8.- Trabaja con ahínco, pero silenciosamente. El bien nacido no hace ruido.”
Me parece terrible, una especie de propaganda de un régimen autoritario para alentar el conformismo y la mediocridad, de modo de que nadie se levante. Un tiempo después le saqué una foto, porque sabía que en algún momento iba a escribir sobre esto en la bitácora. Me mata estar en un medio que desincentive la creatividad, que te diga que no trates de ser mejor, ser normal es suficiente; confórmate con eso. Y para rematar te dice: “trabaja calladito, hablaría mal de ti si reclamas, además, ya sabemos quien eres y tu sabes que te puede pasar”. Le tenía ganas a ese papelito. Le tenía ganas. En la noche entre al comedor de tripulantes como un plumón y rayé las tres frases citadas. Fue mi acto subversivo del día.
Luego me junté con Pinda. Resulta que tuvimos un atado por un cobro de unas tarjetas de crédito y ni mi compañero ni él querían dar su brazo a torcer. Yo le exponía que era mejor que aceptara la solución, porque mi compañero estaba enojado con él y le iba a llevar esto directamente al capitán. “¿y tu encontrai que eso es justo”.- me preguntó. Yo honestamente le dije: “mira, lamentablemente acá lo que es justo da lo mismo… él tiene más poder que tu y si esto llega al capitán te van a cagar”. Ahí puteamos pa’l mundo. Me dijo que él era pobre, que en su casa no tenían casi nada, pero nunca, nunca comían pan duro y, por último, lo tostaban. Al final, me encontró razón, con mucha rabia aceptó que está vez era mejor agachar el moño, ya que en un choque de fuerzas el iba a perder. Pero tiene razón, esto es injusto, es muy injusto.

Día 194

Había un viento de mierda por lo que no pudimos bajar y el paseo se hizo shorty. Estaba editando cuando llega un marino muy enojado con la hoja que yo había rayado rota. Me dice: “compadre, usted que es buena onda, puede pasar esto al limpio, mire que alguien la rayó y después la rompió. La encontramos en el basurero.” La tomé, le dije que cuando tuviera tiempo lo hacía, que ahora estaba trabajando. Luego, cuando se fue, me dio una pena profunda. Una pena pensar que es parte de la doctrina y no un papel que quedó por ahí que la gente no trate de ser más, que se tengan que conformar con lo que son para así seguir siendo explotados y tener que seguir soportando las injusticias y arbitrariedades calladitos. Esta es una de las razones por las que no volveré, ni volvería. Es una mierda. Una verdadera mierda. “confórmate con ser normal”… ¿cómo le puedes pedir a alguien y casi hacerlo como una exigencia que no trate de superarse?

Día 195 (epílogo)

Cuando la esposa del doctor vino a buscar el video me despido de ella diciéndole: “mándale saludos a su sobrina”.
(jajajajaj, la venganza será dulce)