Thursday, February 22, 2007

Patagonia for kids

Vigésimosegundo viaje - 9 to go
16897 millas náuticas
Día 154

vean fotos en:
http://www.flickr.com/photos/63568587@N00/?saved=1

Anoche íbamos a salir, pero en un momento me dijeron que había una botella de whiskey y que mejor nos quedáramos carreteando en el barco. Ok, como ustedes deben suponer esto está completamente prohibido y eso lo hizo bastante entretenido. Nos fuimos a la cabina de los camareros, sacamos bebida de la máquina y entre 4 empezamos. Pinda dijo en broma, ¡ya cabros, a bajarse la botella!. Increíblemente después de un par de horas o hicimos. Conversando llegamos a la conclusión que carretear en Natales es muy distinto a hacerlo en otra parte. En el fondo acá tomas para evadirte, para irte del lugar, para olvidar el “encierro”. Todos sentimos que nos pasaba un poco lo mismo. Lo otro divertido es que me decían que era la primera vez que un rrpp (relaciones públicas, mi cargo en el barco) iba a carretear en la cabina con los camareros.
Ayer me había comprado un mp3 y me mandaron música muy buena desde santiago, entonces mi escape a Natales fue un placer, había viento que mezclaba muy bien con las melodías que escuchaba. Es distinta la vida con banda sonora.

Día 155

Cuando desperté había un viento horrible. Lucio dijo que no habían ráfagas de viento, sino que viento en garrafa. Me puse contento de grabar en esas condiciones, aún cuando el resultado no suele ser bueno parece heroico estar grabando cuando todo te quiere tirar para abajo. Así grité en medio del viento “Here we go, veintidós!” Dando comienzo al vigésimo segundo viaje.
El viaje fue entretenido escuchando música, viendo las torres y haciendo tomas creativas. Me gustó darme cuenta que todavía hay espacio para inventar para hacer otras cosas, para poder ver las cosas de una manera distinta. El viento fue demencial, eso si, en el Lago Nordensjold me pude apoyar en el y casi me bota la cámara cuando la dejé por una centésima sola en el trípode.
Me esta dando lata zarpar… me está dando lata tener que despedirme por teléfono de mi gente viendo como Puerto Natales se va alejando poco a poco… Me gustaría mucho que eso no fuese así… pero bueno, las cosas son como son.
En la noche me fui a la popa a escribir. Estaba rica la noche, de hecho estaba solo con polera manga larga. En eso pasó Álvaro y me dijo: “¡que estai autista!” lo que le contesté: “Autista no, artista”.

Día 156

El fomingo estuvo muy aburrido. El tiempo estuvo bueno, no hubo lluvia, salió algo de sol, pero una luz muy aburrida que no permitía ver detalle alguno. Descubrí que todavía me gusta grabar, pero editar me da una lata inmensa. Debe ser porque es una edición muy distinta a la que solía hacer. Acá es pegar una imagen después de la otra, no está en juego el sentido. Yo siempre pensaba que en el lenguaje audiovisual el momento de la redacción se hace en la editora y, así como me gusta escribir porque puedo decir cosas sólo ordenando las palabras que selecciono, editar me parecía un ejercicio creativo muy similar. Acá hay poco espacio para la creatividad. Aparte por un asunto de espacio, grabo al aire libre, pero edito en un encierro que ya me está empezando a pasar la cuenta. Mientras lo hacía llegó Pinda y me preguntó si tenía alguna película buena. Le mostré mis películas y me preguntó como era esa. Se refería al Acorazado Potemkin. “Ahhh, es una película sobre un motín en un barco” y me dijo que la pusiera obviando que es una película muda soviética del año 1925. La vimos como 15 minutos y nos reímos mucho porque el capitán del acorazado era chico, así como el capitán y empezamos a ponerle nombres de gente de la tripulación a los actores. Obviamente no nos hacen comer carne con gusanos como en la película, pero cada cosas pasan cuestiones que te dan mucha rabia y te encontrarle razón a los marinos de Potemkin. Hace un par de semanas llegó un garzón re’ buena onda. Le dijeron que lo traían solo por un par de semanas para reforzar, pero que el volvería a trabajar desde el barco que zarpa de Puerto Montt, ya que el es de ahí y tenía que cuidar a su papá que tiene cáncer y no está bien. En la recalada le dijeron que se tenía que quedar todo febrero. Él dijo que no podía, que el compromiso eran unas semanas y tenía que volver. Le dijeron que si volvía lo despedían y como eso sucedió, lo echaron.
No sé porque me quedé pensando mientras grababa en el bote en la idea de ir a Europa… no ahora, pero cuando pueda ir y en lo bacán que sería ir al museo del Prado. Eso es uno de los lugares que más quiero ir en el mundo, principalmente para ir a ver a Las Meninas de Velásquez. Seguí divagando sobre ese cuadro y me pregunté si no marcaba el principio del fin del arte. Es decir un pintor que se pinta a él mismo reflejado en un espejo. Es el comienzo de que el arte deja de lado la referencialidad con la realidad y empieza a referirse a si mismo. Arte sobre arte y no sobre “realidad” en medio de estos bosques me pregunté ¿y cómo chucha llegué a ponerme a pensar en estas hueás acá?

Día 157

Hoy fue el primer día de verano en lo que va de la temporada. Hubo sol todo el día. De hecho, en Puerto Edén la temperatura llegó a 21 grados. Inaudito, completamente insólito. Esto no es patagonia. Cualquier payaso puede estar afuera y esa no es la idea… la idea es que sea hostil. Esto está pa’ cabros chicos! (llorando tanto tiempo que no hay sol, sale un par de días y me pongo a reclamar.) Personalmente no me gusta grabar glaciares con sol, fuera que duelen los ojos el reflejo es demasiado. Grabando me mandé una cagá de principiantes, puse mal el balance de blancos y dejé todas las imágenes levemente verdosas. Cuando estaba editando no lo podía creer, ya llevo varios años haciendo esto y no me puede pasar algo así. Es verdad, pasé a llevar un botón, pero me debí haber dado cuenta de eso. Estoy grandecito, por suerte en la editora eso se puede solucionar y las tomas quedaron decente.
En Puerto Edén grabé un rato y luego me conecté al mp3 y me di la vuelta haciendo tomas por donde no venía la gente escuchando música. Me mandaron una colección de cobres de Bob Marley, Beatles, Rolling Stones y Guns n’ Roses en Bossa Nova que son maravillosos. Pueden sonar freaks, pero en realidad son una delicia para los oídos. Tiene las melodías originales, pero cantadas por una mina (Rita Lee) que las hace sonar deliciosas. Relajan mucho, muy recomendable para bajar. Nuevamente subí al mirador y me quedé viendo hacia angostura inglesa… pronto pasaré para allá.
En la tarde terminé de editar y mientras grababa el video salí a la popa. Había un sol de atardecer exquisito. Me puse los audífonos y le di a “Freebird” de un grupo que se llama Lynard Skinner (los mismos de Sweet Home Alabama) que para mi se ha convertido en una especie de himno. Creo que la letra habla de un tipo que le dice a su mujer que no lo espere porque el es un pájaro libre y pase lo que pase tendra que volar. Tiene un solo de guitarra tremendo que me lo vacilé entero. Marcelo me vio y se cagó de la risa. “Parece que empezamos a peinar la muñeca”, comentó.

Día 158

Desperté muy cansado. Agotado. Con mi compañero dije que ya estaba cansado, que quería dormir un día entero. El me dijo que no creí que fuera cansancio, sino que tedio. Tedio, que fuerte es esa palabra. Así conversando y conversando le dije que era muy difícil que volviera otro año. En el fiordo Calvo estuve extremadamente aburrido, Quería que pasara rápido el viaje para tener contacto con mi vida.
En el Brujo una señora me acercó para decirme que me había gustado mucho mi video y que iba a hacer durante el invierno, porque tenía una hermana que necesitaba a alguien que grabara un video sobre unas exploraciones geológicas en Omán. ¿Omán? En el medio del medio oriente. ¡wow! Eso si que sería alucinante. Al llegar al barco busqué donde diablos queda Omán y me puse a pensar en lo genial que sería ese viaje.
En la noche cuando mostraba el video un inglés se me acercó y me dijo con un acento muy british: “What are you planning to do with your remarkable talent?” (que piensas hacer con tu notable talento). Sonó tan bien con el acento. Bueno, resulta ser que su hija es una productora de documentales para la BBC que ahora está en Argentina… mish, parece que es el día de las oportunidades para mi vida después.

Día 159

De nuevo el día estuvo bonito. Me di cuenta que en los paseos mi dinámica es la siguiente. Grabar gente, hacer las tomas tradicionales y después irme lo más lejos posibles a hacer como que grabo, pero en realidad lo que quiero hacer es tener espacio para mi. No estar rodeado de gente que no conozco.
Luego de vuelta al barco, vender videos y contar las horas para poder volver a la civilización. En un momento tuve que escribir la fecha del video y sin querer puse 21-2.-2001, por suerte el 1 se convierte en el 7 fácilmente. Me puse a pensar que estaba haciendo ese día del 2001 por pensar en algo y justo me acuerdo que ese día estaba en viña, justo empezaba el festival y fue la primera vez. Extraño, muy extraño, tampoco me gané ningún premio. Claramente no me lo merecía.

Quedan 9 viajes solamente!!

Thursday, February 15, 2007

Viaje 21ero
16125 millas náuticas
Día 148

Me desperté con ganas de grabar, el día estaba lindo, las cosas se veían bien, así que empecé a dejar fluir la mano.
En el bus de nuevo se me acabó la lectura rápido, así que empecé a pensar en mi vida futura y, especialmente, como el fondart me la puede financiar. Planifiqué una idea de un libro que tengo y una performance para su lanzamiento.
Durante el picnic me quedé conversando con Lucio, uno de los cocineros. A esta altura de la temporada cualquier conversación que salga de la superficie de la coyuntura cae a lo mismo: “no quiero estar acá, me quiero ir”. Le comenté que mi idea antes de venirme para acá era usar mis ahorros para irme al sur de Brasil y bueno, es una de las ideas que todavía tengo latente. El asunto es que me empezó a hablar de Florianópolis y de las picadas que hay ahí. Le pregunté cuando estuvo y dijo que hace unos cuantos años cuando fue a hundir un barco. ¿Hundir un barco?- inquirí extrañado. Si, estaba navegando en un pesquero de un coreano y el quería cobrar el seguro. Estábamos en el puerto de Santos y esperamos que hubiera una tormenta para salir al mar, esperamos estar a la cuadra de Florianópolis y ahí abrí las compuertas de válvulas y nos arrancamos en un zodiac. Es la plata más fácil que me he ganado, 5000 dólares en 15 minutos. A las 6 horas los guarda costas de Florianópolis nos rescatamos y el dueño del barco nos tuvo a los 7 que andábamos en el barco 20 días en un hotel cuatro estrellas con minas”.
En este viaje vino una española muy rica. 23 años, rubia, como de mi porte… podría decir filete, pero en este caso digamos jamón serrano. Además, la mina es muy interesante se acaba de recibir de psicología, estuvo un año trabajando en San Bernardo en un hogar de menores y ha viajado por muchas partes… ¿cómo me enteré de esto? El jote patagónico está de vuelta. Me puse a conversar con ella mientras hacía unas tomas. Mi compañero estaba en el puente y golpeó la ventana y me hizo una seña que me dedicara a grabar. Bueno, se pueden hacer las dos cosas ¿no?. Una advertencia para las distinguidas lectoras de esta humilde, pero digna publicación… este jote patagónico vuela al norte en el invierno.
Ella viaja con su mamá y están sentadas en la mesa del capitán. Luego de que este diera el discurso de bienvenida, la señora me comenta: “Ez que no puedo creer que zea real, pareze un perzonaje salido de una novela”. “Mire señora, el término realismo mágico es algo que inventaron los europeos, en Latinoamérica es simplemente realismo.”

Día 149

Algo me hace presentir que el fin está cerca, o al menos más cerca. El día ya no dura hasta las 11 de la noche, sino que a las 10 ya está oscuro. Hoy al llegar al glaciar el agua estaba levemente escarchada, igual como cuando llegué. El día estaba muy lindo, frío, pero hermoso. La luz acariciaba los hielos. De hecho, fui a grabar un toma antes del desayuno, algo que no suelo hacer, pero que valía la pena porque el día era simplemente esplendoroso.
En el almuerzo conversé con la española y su mamá un buen rato. Ésta última me agarró buena y le dijo a su hija que me diera su mail… no es malo.
Amigos, tengo una confesión que hacerles: soy un adicto. Si me hubieran hecho un examen psicológico antes de contratarme (ups… verdad que todavía no me contratan) nica estaría acá. No sólo me hubieran rechazado por mi tendencia a deprimirme, sino por mi adicción. ¿Cómo se que es adicción? Bueno, creo porque hoy día sufrí secuelas físicas de mi privación. Andaba saltón, desesperado, insoportablemente inquieto. Pero es al alcochol, no es a ninguna droga, sino que al deporte. Hoy se definía la serie de Copa Davis entre Chile y Rusia. A pesar de la desventaja yo creía en la roja. Tipo dos de la tarde pensé que se había terminado el partido de González… ¿habrá perdido, ganado? Busqué a alguien que pudiera haber escuchado algo por radio, pero nada… Solo había un camino: el teléfono satelital. Aparato que funciona igual que un teléfono público, con la única diferencia que el costo es de dos lucas el minuto. Llamé a mi mamá y por suerte al contestar atinó a pasarme el Benja. “Ganó González en tres sets, fornicó a Safín”. Eso era justo lo que quería escuchar, el resto de los 48 minutos restante me dio informaciones triviales, le dije que no se le ocurriera alejarse del teléfono que en unas tres horas más lo iba a volver a llamar.
Mientras editaba llegó Álvaro a la oficina. Me dijo que era sorprendente como mis videos eran distintos a los del Grinch (o Cristian Castro, mi antecesor en el cargo). Me dijo que él trataba de lucirse y mostrar todo lo que sabía técnicamente, mientras que yo la hacía fácil, mis videos eran simples. Lejos de enojarme, le agradecí por el halago. Hace un par de semanas leí un comentario en Internet de rebotes que me dio mucha rabia. El tipo decía que se trataba de un documental con “aires a corto de escuela” (esa parte si fue ofensiva) y que tenía una estructura simple. Después nos tiraba hartas flores, pero el inicio de la crítica era dura. Al darle vueltas al asunto me di cuenta que lo que más nos costó con la carola y para lo que nos tuvimos que cranear más fue como poder reducir todo ese enredo en una estructura simple. Y es verdad, lo simple no es sinónimo de pobre, ni malo, por el contrario tiene que ver con la claridad y la certeza. Me di cuenta que me gustan las cosas simples. Al Álvaro le dije que yo sentía los videos así, que siento que es como los guitarristas. Hay algunos que tocan miles de notas por segundo, pero no transmiten nada. Yo prefiero los bluseros que con un par de notas por compás pueden develar su alma. Y aspiro a poder llegar a hacer algo parecido.
Después de editar subí al puente una vez más, llamé a mi hermano y me dio la lapidaria noticia que Massú había perdido. Quedaban 40 segundos en el teléfono… le dije que me dijera algo, dijo que no quería hablar de tenis, así que me pasó a mi viejo que me dijo cosas hasta que expiró el tiempo.
En la tarde el Antrim estuvo relajado. No había lluvia, pero tampoco sol. Una luz fome. En un momento nos quedamos al medio sin tener nada que grabar. Así que me eché en la proa apoyado con un cabo y disfruté del mundo.

Día 150

Resulta que el aire dentro del barco está completamente viciado, lo que contrasta con lo fresco que está afuera, así que para salir de mi encierro pseudos existencial me vine a escribir en la popa como hace tiempo no lo hacía.
El contramaestre, que es quien suele manejar el bote filmador, está de vacaciones. Algunas otras veces lo había reemplazado Álvaro quien, siendo chilote, tiene un talento innato al mando del bote, sin embargo, no sé porque decidieron poner al Gato al comando. Él es re’ buena onda, pero es muy pastel, cuando maneja el bote pone una cara igual a la del Oso Miedoso que va en el Alambique veloz en los Autos Locos. Ayer casi habíamos chocado un par de veces en el Antrim. El problema es que las condiciones del tiempo eran pésimas: lluvia y un viento que generaba un pequeño oleaje. Demás, hay muchos pasajeros, entonces hubo que hacer 2 viajes.
Estuvo muy entretenido, casi extremo, para nosotros no tuvo nada de paseo. En un momento estaba esperando un derrumbe cuando de repente el bote se pega una acelerada y casi me voy de hocico al fondo del fiordo Eyre… Resulta ser que pasó a llevar el acelerador con el pie.
De vuelta en el barco la majísima española se me acerco a conversar. Hablamos de cine, de documentales, de su paso por Chile, etc. En el almuerzo hablamos junto a su madre de temas curturales. Estuvo muy entretenido, es el tipo de conversaciones que suelo tener con mis amigos, no con los pasajeros.
En la tarde me dio mucha lata editar. Sólo quería dormir, leer, ver tele echado o hacer nada… pero el laburo es el laburo. Al llegar a Puerto Edén había un precioso sol, hasta hacia algo similar a la sensación que me acuerdo haber tenido con algo que se llama calor. Hice unas tomas muy wenas. Me estoy dando cuenta que cuando hay días con buen tiempo, me doy un festín, tiro toma buena tras toma buena. Creo que cuando llegue de vuelta a Santiago y tenga la chance de grabar algo voy a estar convertido en una máquina. De hecho, voy a llegar a romperla… pero falta harto para eso.
En un momento subí el mirador y me puse a otear hacia el norte. Puerto Edén es el punto más al norte de la navegación. Desde ahí nos volvemos hacia Natales. Pero a la vuelta seguimos derecho para pasar desde el canal Wide al canal Messier. Lo que divide ambos pasos es la angostura inglesa. Desde arriba lo pude divisar y desee que fuera ya cuando estuviese navegando y pudiese decir: “Este es el momento, estoy de vuelta a casa”
En el barco edité y dejé grabando el video y me vine a la popa a tomar aire. Es una lata, pero en esas situaciones de ocio en lugares públicos la gente pasa y mira como diciendo: “¡puta que erís vago!”. Lo divertido es que si alguien se va a la popa a fumar, eso está completamente validado. Está fumando, está haciendo algo, lamentablemente la contemplación no parece estar considerada como una acción.
En la cena la española me preguntó si conocía España, le dije que no, pero me encantaría. Sus viejos están viviendo en Chile, pero ella se quedó a vivir allá. Me dijo que me recibía, ya que había espacio. Lo divertido es que su madre dio el beneplácito con gusto. “Puez que yo puedo zer tu guía de la movida de Madriz, eztoy zegura que te va a encantar” – me dijo.

Día 151

En la mañana el día estuvo bonito. El fiordo Calvo parecía un espejo. Sin embargo, algo ocurrió entremedio me hizo decir: ¿Qué estoy haciendo acá, porque estoy luchando y sufriendo cuando esta no es mi guerra? Es decir, yo entiendo aperrar, pasarlo mal cuando estás haciendo algo cuyo fin crees que te va a convertir en mejor persona, pero en este caso dudo que dos meses más o dos meses menos produzcan eso. No son mis batallas… si me retiro ahora no es una derrota, es simplemente un cambio una vuelta a o que soy. Entre hielos y un paisaje maravilloso me costaba concentrarme grabando. Mi monólogo interno pensaba en lo siguiente. Llego a tierra, le digo al capitán que a fines de febrero me retiro, yo creo que podría conseguir la ayudantía de vuelta y ahí tener algo con que entretenerme mientras buscaba una pega. A partir de eso podría volver a mis amistades, ensayar proyectos de amor, recuperar el tiempo perdido con mi familia, enrielarme con el mundo del deporte, pensar en lo que quiera, poder inventar y crear cosas, disponer de mi tiempo… Esto vale mucho más de los dos millones que pretendo juntar de aquí a fin de temporada.
Estaba decidido, pero a medida que transcurrió la tarde me di cuenta que si volvía ahora no tengo todavía los recursos para dar ese salto cualitativo que vine a buscar. Me podría independizar o me podría comprar algunos equipos, pero no podría hacerlo todo. Me di cuenta que es mejor aperrar lo que queda, que el tiempo tendrá que pasar rápido y así podré conseguir lo que vine a buscar. También decidí que si me quedo es para pasarlo bien, que no tengo para que seguir metido en las trincheras, no tengo para que pelear… esta no es mi guerra.
En al tarde el glaciar el Brujo estaba precioso. Había un sol que le daba unas tonalidades de lo más bacán. Me senté en un cerro y me quedé como 20 minutos haciendo como que grababa, pero en realidad disfrutaba.
Después de la exhibición del video me quedé en el bar conversando con las españolas. Nos pusimos a hablar de cine y documentales chilenos y de que repercusión han tenido en España, no se por qué nos pusimos a hablar de política y la mamá empezó a contar su experiencia en la universidad a fines de la dictadura de Franco y cómo eso se podía comparar con el proceso chileno. Luego la española empezó a decir que en cierto modo a ella le hubiera gustado vivir en esa época donde habían razones por que luchar, mientras que ahora la realidad parece vacía de sentido, es decir cada cual ve lo que hace con su vida, pero ya no quedan esas ideas colectivas, ya no hay un enemigo claro por el cuál valga la pena luchar. Me olvidé que estaba navegando en el barco, parecía estar en cualquier otro lugar tomándome unas chelas y arreglando el mundo. Fue muy entretenido. Al final les regalé el último Clinic diciéndoles que en términos de publicaciones era prácticamente lo único que vale la pena leer en Chile.

Día 152

Ya llevó 5 meses hueveando acá. Hoy se inventó el día del amor con fines netamente comerciales. Por eso les quiero dejar con una reflexión musical de los excelentes Black Eye Peas.

Where is the love?

What's wrong with the world mama?
People living like aint got no mamas
I think the whole worlds addicted to the dram
aOnly attracted to the things that bring you trauma
Overseas yeah we tryin to stop terrorism
But we still got terrorists here livinIn the USA
the big CIA the Bloodz and the Crips and the KKK
But if you only have love for your own race
Then you only leave space to discriminate
And to discriminate only generates hate
And if you hatin you're bound to get irate
Yeah madness is what you demonstrate
And that's exactly how anger works and operates
You gotta have love just to set it straightT
ake control of your mind and meditate
Let your soul gravitate to the love y'all
People killing people dying
Children hurtin you hear them crying
Can you practice what you preach
Would you turn the other cheek?
Father Father Father help us
Send some guidance from above
Cause people got me got me questioning
Where is the love

Thursday, February 08, 2007

Reality

20mo viaje

17385 millas náuticas

Día 140

Estaba en mi cabina leyendo y esperando que terminara la exhibición de Rebotes en el Parque Forestal. La Carola me había llamado antes que empezara la proyección y me dijo que habían como 400 personas, por lejos la mayor cantidad de público que hemos tenido. La idea era pegarle un telefonazo cuando estuviera terminando el documental cosa de escuchar los aplausos, pero luego pensé en la posibilidad de que el respetable nos llenara a pifias y, en ese caso, definitivamente, era mejor tener la información en diferido. De todos modos la Carola me llamó cuando nos aplaudieron. Parece que fue bacán, por las fotos que me mandó al otro día se veía muy bien. Hay una foto muy excelente en la cual se ve el edificio de MAC al fondo y al frente la pantalla proyectando a Tim Jones reclamando por los sueldos impagos.
Fotos:
http://www.flickr.com/photos/63568587@N00/?saved=1

Me puse contento, pero no tenía ganas de salir a celebrar. Justo llegó mi compañero que iba a salir y, de algún modo me hizo salir. Me dijo que me iba a hacer bien, que lo peor que podía hacer estando bajoneado era quedarme solo. Así que salimos a la night natalina. La verdad es que no tenía nada de ganas. Es rara mi situación, una soledad sin poder estar solo. Estoy triste sin tener la posibilidad de sentirlo. Navego por lugares en que no habita un alma, sin embargo no tengo mi espacio, pero bueno esa es una de mis búsquedas en mi vida: encontrar mi lugar en el mundo que, por lo visto, tampoco está en la Patagonia. Partimos al Chill-e, ahí había un grupo grande de cabros de la tripulación. Le partí dando a un vodka tónica (creo que nunca más cuando vuelva a mi vida tomaré ese trago). El ambiente estaba muy piola, pero como a las 12:30 empezó a tocar Matafari, el autodenominado mejor grupo de reggae de la Patagonia. “¡excelente!” – pensé, poder ver una banda en vivo. Sin embargo, cuando empezaron con el show me sentí profundamente decepcionado. Si el reggae se creó y floreció en el caribe es por algo y por más empeño que le ponían no pasaba nada. Es que en Natales hasta los piojos del mismísimo Bob Marley se hubiesen congelado. Luego fuimos a los Canallas y luego al pub del casino. La verdad es que quería que pasara rápido el tiempo. Que fueran rápido las 4 para volver al barco. Me iba al baño a mirar el celular. Me daba lata, porque todo el mundo estaba siendo muy buena onda conmigo, pero yo simplemente no quería estar ahí.
En la mañana me arranqué al centro al mediodía, suponía que nos iban a pagar, pero no fue así… soy un Tim Jones cualquiera. Pasé al correo y después en Internet me quedé mucho rato chateando. Cuando me dirigía a almorzar al Masay me encontré con el Álvaro adentro y comimos juntos. Le pregunté por sus vacaciones y me dijo que en un momento pensó seriamente no volver. Me dijo que su hijo está de cumpleaños este domingo (cumple 4) y ya se ha perdido todos sus cumpleaños. Que se dio cuenta que tiene una vida volviendo a su casa y que le gustaría vivirla. ¡wow! Pensé. Yo por último pretendo hacer esto una temporada, pero el es maquinista, es decir su carrera profesional es estar embarcado. Pero ahí me explicó que en otros buques el régimen de trabajo es distinto, por lo general se está dos semanas navegando y otras dos descansando algo más racional… más humano, también.
En la tarde llamé a Pinda, ya que se había ido con vacaciones a Tomé y temía que lo echaran cuando se fuera. Lo llamé para saber que onda y por suerte todo estaba bien. ¿cómo estai? – le pregunté. Acá con unos cabros carreteando en la playa…la suerte de algunos.
Me mandaron un paquete desde Santiago. Mi hermano Gastón está muy preocupado que yo sepa como funciona el transantiago. De hecho, para mi es también una preocupación. A veces pienso que me puede pasar como el protagonista de Futurama, que se quedó congelado 1000 años y al volver al mundo no cachaba nada de nada. Así que ya tengo una tarjeta Bip! en mi poder (muy útil en Puerto Natales) y además me mandó un mapa de Santiago con las rutas de los buses. Estuve viéndolo como 30 minutos tratando de entender el sistema, no sé si entendí mucho, estuve planeando como llegar de un punto a otro y los transbordos que hay que hacer. Al menos ya se como llegar al centro y a Puente Alto, todavía no logré entender como llegar a la U (espero que todavía esté la pega que me ofrecieron y tener que ir para allá). Al doblar el mapa sale una foto de Zamorano promocionando la página web. Arriba decía: “llega a tu destino navegando” ¡qué paradoja!, pensé.

Día 141

Me desperté con ganas de grabar. Había mucho viento y llegando a la cueva del Milodón se puso a llover, lo que hizo que todo fuera más difícil. En el trayecto en bus me terminé rápidamente el libro de Paul Auster. ¡weno! Muy recomendable. El resto del viaje, ya sin nada que leer me dediqué a pensar viendo el nublado paisaje. No hubo torres esta semana. Pensé en como para el resto de la gente estar acá es un trabajo, mientras que para mi se ha transformado en una pequeña Odisea. No soy Homero, no son 20 años de viaje y, lamentablemente, no hay ninguna Penélope que me espere cuando vuelva, pero quizás en otra dimensión mi viaje sea más peligroso. Al principio el viaje se trataba de lo que estaba afuera, de los paisajes sobrecogedores, los pasajeros, conflictos con el capitán. Ahora eso ha pasado a un segundo plano; la lucha es conmigo. Llegó un punto en que me he tenido que enfrentar a mi mismo y ver si voy a ser capaz de aguantar los 3 meses que quedan y crecer. Siempre he pensado que el viaje no es a donde vayas, sino que la diferencia entre lo que eras antes y lo que eres después del viaje.
En el bus de vuelta me deprimí un poco, yo había sacado la cuenta de que eran más o menos 30 viajes y dado que este era el 20 sólo queda 1 tercio del periplo. Lamentablemente Mario me hizo ver que eso no era así que son 32 o 33 viajes, así que todavía no llego al tercio.
El zarpe fue distinto, después de mucho tiempo pude tener una larga conversación telefónica, de esas que se terminan cuando la señal de celular se va perdiendo.

Día 142 – súper domingo

En el glaciar Amalia actué prácticamente en piloto automático. Casi no pensé las tomas y creo que no interactué con nadie. Luego de editar estaba haciendo nada en la oficina cuando llega Áaron con una cámara de video de Álvaro y empieza a grabar. Están haciendo un “reality del barco”. Encontré la idea alucinante, así que hice una performance delirante frente a las cámaras. El otro día que estaban dando el reality del 13 me quedé un rato viéndolo. Me pareció patético. La familia iba ver a uno de los concursantes y éste lloraba y lloraba. ¿cuánto llevan encerrados? 1 mes, 2 meses… Me da risa la alharaca que hacían. Este reality si que es bueno, 8 meses arriba de un barco. Si después de esto me meto en un reality (no se que tan cuerdo termine mi aventura magallánica) creo que para mi va a ser pan comido, o sea, no lo ganaría, pero creo que no me echarían tan rápido… bueno, espero que tenga gente que mande mensajes de texto para salvarme. Aunque si mi vida ahora fuese un reality la verdad es que no me disgustaría para nada que me echaran. No sé por qué, pero me puse a pensar donde estaría ahora si no me hubiese venido para acá. Probablemente con mi familia en la playa, aunque me acordé que los planes para este verano era invertir la plata que había ahorrado en un viaje a Brasil, probablemente hubiese ido a pasar a ver a Hans por allá… quizás estaría tomando una caipiriña al sol disfrutando de las garotas… pero bueno, ¿qué sacó con pensar eso? En Antrim hizo frío y llovió mucho, un rico chapuzón para sentirse vivo.

Día 143

Cuando me desperté vi que había una rica niebla que impedía ver el glaciar Pío XI. Bajé a la oficina a buscar los equipos y cuando salgo al frío un dolor en la espalda me paraliza. Era como si me hubieran pegado una punzada en la parte baja. Traté de estirarme, pero el dolor no me bajaba. Estaba lloviendo, así que no podía usar el trípode y me di cuenta que la posición que adoptaba al sostener la cámara me estaba cagando la espalda. Hice las tomas justas y me fui cojeando a la cabina. El dolor era harto, pero había que jugar con dolor. Pase lo que pase la pega tiene que hacerse, el video tiene que venderse y yo no soy más que un engranaje dentro de la maquinaria y a nadie le va a importar si me siento bien o no. Es decir, les puede importar, pero igual tengo que grabar. Show must go on. Me tomé un relajante muscular, seguido por un café cargado al desayuno y al bote chico a grabar. A la media hora ya estaba entrando el remedio. Me alivió mucho el dolor, pero estaba un poco bastante volado. Como que estaba ahí, pero no tenía conciencia plena de lo que estaba haciendo. En un momento me dije a mi mismo “¿qué chucha estás grabando?” Al mismo tiempo cuando salió un poco de viento me preocupé, un movimiento brusco y me iba al fondo del fiordo Eyre. Por suerte eso no pasó.
De vuelta en el barco hacía frío y eso mataba mi espalda, ahora si que caminaba apenas. Agradecí cuando el paseo terminó. Mientras editaba tuve que tomarme dos siestas de 15 minutos, porque la primera no fue suficiente. Sentado en mi oficina no me movía, por lo cual no me molestaba la espalda, pero al salir a Puerto Edén si que estaba adolorido. Caía un diluvio, la verdad es que la lluvia me daba lo mismo, sólo quería hacer las tomas rápido y volver al barco. Subí apenas al mirador. Me sentí como un Derrick Miller cualquiera. Que adolorido y todo lo hacen seguir jugando. De vuelta en el barco el doctor me dio un analgésico y me pasó un relajante muscular, le dije que ya me había tomado uno en la mañana. “¿y cómo no te quedaste dormido?”. Me tomé dos cafés cargados. Mi compañero tiene la teoría de que está es una secuela de la caída de la escalera que tuve hace un par de meses. Dice que a él le pasó lo mismo cuando choco, se sintió bien un tiempo y de la nada, tiempo después le apareció un dolor en la espalda. Eso me asustó ¿será una lesión crónica?, ¿acaso no podré grabar más?. Ok, la mayoría de los documentalistas tienen camarógrafos y ellos dan las instrucciones, pero yo no concibo eso, me parece que el discurso visual es demasiado importante para dejárselo a otra persona y es un lenguaje que tiene que ver con las sensaciones, por lo cuál no se pueden dar instrucciones precisas a través de las palabras. Si esto es serio podría ser el final de mi carrera. ¿Me pasara lo mismo que el Chino Ríos que tuvo que terminar su carrera por una lesión a la espalda? Bueno, hay varias diferencias. El Chino Ríos llegó a ser número 1 del mundo a los 23 años, luego cedió a los vicios del alcohol y las mujeres y luego se tuvo que retirar por la maldita espalda. En mi caso, yo llegué a ser número 2 de Chile a los 25 años y se me echó a perder la espalda, sin haber disfrutado de los placeres del alcohol y las mujeres. Como sea... con los remedios del doc me sentí mucho mejor, pero eran sólo analgésicos. Veamos que pasa mañana. ¿No será que estaré somatizando mis tribulaciones?

Día 144

Soñé que me cambiaban de barco a uno que zarpaba desde Valparaíso. Estaba muy feliz, porque me podía ir a ver mi gente cuando recalábamos. Sin embargo, apenas llegaba de Natales me embarcaban inmediatamente. El barco era muy espacioso y había muy poca gente. El ambiente era tan tranquilo que sentía una paz profunda. Cuando desperté me sentía mejor de la espalda, me molestaba, claro está, pero no me impedía trabajar.
Hacía frío y llovia en el fiordo Calvo. Cuando me tenía que estirar me dolía la espalda. Lo que hizo que odiara a los cormoranes y otros pajarracos que tuve que grabar. Pero cuando estaba un rato sin grabar se me pasaba el dolor. Hubo muchas toninas, eso fue entretenido, pude tener varias buenas tomas, ya les estoy agarrando cariño a esos pescados, creo que estoy entendiendo sus patrones y puedo tener cierta noción de dónde aparecerán.
En la tarde en el Brujo hubo un momento en que me alejé de todos los turistas, sentarme en una roca y hacer como que grababa, pero en realidad pude contemplar el paisaje y sentir mucha paz.

Día 145

La mañana estuvo aburrida, sentí que algo me faltaba. Ya me sentía bien, pero de todos modos hice tomas mecánicamente. El día no estaba fácil había tremendo viento y una cortina de agua prácticamente horizontal que hacía que todas las imágenes perdieran definición.
En la tarde estuve metido casi todo el día en la oficina, casi no tuve tiempo para salir. Batí mi record de venta. Es ridículo, le hice ganar al capitán 600 lucas. Mientras sacaba copias pensaba que estaba enfrentado al dilema marxista clásico. Yo, obrero, arriendo lo único que tengo (mi fuerza de trabajo) a un patrón que posee los medios de producción (en este caso la cámara y la editora). El obrero asalariado recibe sólo un porcentaje de las ganancias, mientras que la mayor parte del usufructo viene por parte del patrón. Aunque después pensé… ¿pero si el obrero con el ahorro se puede comprar los medios de producción (en este caso la cámara y la editora) ya no va a necesitar del patrón? Eso no estaba en la teoría Marx. No pensaste en eso, Engels. ¡Puta que me gusta el capitalismo!
Antes de llamar a la cena es el momento en que el capitán me pregunta cuantos videos vendí: “42, ¡está bien ¿no?”, “En el otro barco están vendiendo 50” (en el otro barco caben 40 pasajeros más). Tuve un flashazo al sueño de ayer y le dije: “Mándeme al otro barco para ver cuantos vendo”- le contesté. “No, no, tu te quedas acá”.
Durante la cena la esposa del doctor le comentó al capitán que el video estaba muy bueno, otros pasajeros se sumaron en las loas. Alguien le preguntó al capitán si veía mis videos. Él dijo que no y cuándo le preguntaron por qué, rápidamente se puso a hablar de cuando un ingeniero de TVN viajó hace 20 años y le dijo como se tenían que hacer los videos y como desde entonces era el capitán mismo el que le había enseñado a todos los camarógrafos a grabar. Esta vez no me dio risa, tampoco me dio rabia, sino me dio mucha pena. No me siento valorado, es más, me siento ninguneado por la figura paterna… ¿Siegmund Freud, porque apareces cuando no te invitan?


Epílogo bitácora periodismo darwiniano

¿se acuerdan que hace muchos viajes vinieron periodistas? ¿se acuerdan que quedé muy enojado con mis colegas? Bueno, la guinda para la torta; ayer supe que a la periodista de CHV se le perdió la cinta en que le hizo la entrevista al capitán, por lo que se la tendremos que hacer de nuevo... pastelazo!!!!!!!

Thursday, February 01, 2007

Leaving Natales

19eno viaje
16653 millas náuticas

Día 132

Cuando se fueron los pasajeros el jueves el barco tomó esa tranquilidad de cuando haces un carrete en tu casa y por fin de van los últimos invitados. Mi compañero fue a dejar a su hijo a Punta Arenas, así que yo tuve que cuadrar la caja. Lo hice con toda tranquilidad y al caminar los 100 metros que separan la oficina del barco sentí algo que no sentía hace tiempo: un sol abrasador que calentaba el ambiente. Deben haber habido unos 18 grados, pero se sentían como 25. Al salir de la oficina comenté con los cabros lo insólito del día y les di mi idea: “deberíamos bañarnos”. Óscar y Pinda prendieron al tiro, luego se sumaron otros más. El plan era ir al centro y ahí tirarnos en la playa. Eché toalla en la mochila y partí al correo porque tenía una encomienda y tenía que mandar otra. Justo me encuentro con Óscar y me dice que hay cambio de planes; nos vamos a tirar desde el barco. Al volver todavía estaba la señora rondando. Una vez que se fue nos pusimos traje de baño y nos dirigimos hacia el portalón de estribor. Ok, ustedes se pueden preguntar porque chucha eché un traje de baño a la mochila cuando me vine pa’ acá. Bueno… yo soy fanático del agua y me cuesta ver agua sin nadar en ella. Pensé que si había una remota posibilidad de bañarme no podía desaprovecharla. Además, durante las primeras semanas, en mis caminatas desde el barco a Natales varias veces me quedaba mirando el Fiordo de Última Esperanza y decía: “algún día me voy a bañar acá”. Ese día sólo podía ser hoy. Conseguimos alguien que nos tomara las fotos de rigor y nos dispusimos. Pinda fue el primero en tirarse. Dijo que el agua estaba bacán, fría, pero bacán. Luego fue mi turno, me puse en el borde del barco, aguante la respiración y me dejé caer. Para mi es un momento casi solemne la primera nadada de la temporada. Desde que vi “¿quieres ser John Malkovich? pienso en la escena final tratando de rememorar de la mejor manera lo que es estar debajo del agua. Al meterme eso cambia, ya que es un placer indescriptible. Centésimas de segundo después caía de pie sobre las aguas del fiordo de Última Esperanza y empezaba a nadar. Ok, eso es lo alucinante. Poder mezclar en una frase las palabras fiordo, nadar y no tener que usar hipotermia. El agua estaba heladísima, lejos la más fría que he sentido en mi vida. Pero no era una sensación distinta a cuando me metí al mar en Huasco en el verano del 2005 (otro muy buen cuento que tiene que ver con nadar), sólo que más intensa, mucho más intensa. Inmediatamente me puse a brasear hacia la proa y recorrí unos 20 metros hasta que me detuve y vi el barco desde un ángulo que nunca lo había visto. Luego se tiró al agua Alex. De ahí Anselmo quien sólo estuvo 20 segundos y se salió. Por lo mismo Óscar arrugó y no se quiso tirar. Los otros cabros salían y entraban del agua. A mi me carga hacer eso… si me meto al agua, estoy en el agua. Luego nadé hasta la popa y brasee un poquito en dirección a Puerto Natales y quedé flotando pensando en lo extraña que es mi vida. Así es… entre otras cosas nadando en el paralelo 52. Debo haber estado 20 minutos en el agua, cuando me empezó a doler la muñeca de la mano derecha (que es con la que grabo) me asusté y comencé a salir. Por suerte era sólo el frío. El otro show fue salir, ya que había que salir por una escalera del muelle que está bastante arriba y yo prácticamente no tengo fuerza en los brazos. Con una pequeña ayuda de mis amigos pude salir. Volvimos al barco, conseguimos toallas y nos echamos a secarnos en cubierta. Fue delirante, decíamos que era el nuevo resort. Es increíble como llega un punto que sientes que estás tan encerrado que una cosita súper chica te pone feliz. Anduve contento todo el día por haberme bañado en el mar.
Una vez que estaba casi seco, pensé que sería una buena idea ducharse, dado que no tenía completa seguridad de que podía haber en el mar. Cuando llegué a la ducha tuve una visión perturbadora. Prácticamente no existía, se había achicado a menos de su más mínima expresión. Es verdad, es un hecho científicamente comprobado que se achica con el agua fría, pero esto era ridículo. Hasta me asustó. Por suerte había agua caliente y cuando mi cuerpo recuperó temperatura volvió a su forma habitual.
Ha sido, definitivamente, uno de mis 5 mejores momentos desde que estoy hueveando en el sur.

ver el registro historico
http://www.flickr.com/photos/63568587@N00/?saved=1

Día 133

Leaving Natales

González jugaba la semifinal de Australia. TVN iba a dar el partido en diferido, pero dado que estoy viviendo en un universo clausurado al no saber el resultado iba a sentir la misma emoción. Sólo tenía que evitar ver el 13 hasta las que empezaran a darse de raquetazos. ¡¡¡¡Error!!!! Al despertarme alguien tenía la tele a todo chancho en el 13 y decían que González estaba en la final. Me dio mucha rabia, pero por suerte lo supe de esa manera. Igual tenía la intención de ver el partido. La transmisión ya había empezado cuando llaman por el sistema de intercomunicación y el piloto dice: “González ganó 6-1, 6-3 y 6-1 a Tommy Hass, ahora todo el mundo a trabajar.” Me dio una rabia, una pena… fue horrible, horrible, horrible. Ni siquiera te dan un espacio chiquitito para pensar fuera del barco, para disfrutar uno de los partidos más importantes de la historia del tenis chileno. Me daban ganas de pegarle al piloto, pero tampoco es culpa de él, es el fucking sistema, es este fucking sistema en el que estoy encerrado.
Tenía la mejor de las intenciones de juntarme con la doctora. Lo cierto es que eso no pasó la semana pasada porque andaba muy bajoneado y no quería verla para darle pena. Esta semana quise juntarme el jueves, pero tenía turno y ayer la llamé para que saliéramos en la noche, pero dijo que no sabía si se iba a Punta Arenas, que si se quedaba me llamaba. No me llamó. Es divertido, cuando estoy en tierra lo único que quiero hacer es arrancarme a Puerto Natales, ella, en cambio, apenas puede se arranca de Puerto Natales. Parece que eso fue mi historia con la doctora. Estoy muy vulnerable para tener una decepción, y por lo poco que la pude conocer creo haberme dado cuenta que es una persona muy, pero muy linda y me da lata que sienta que se tiene que juntar conmigo porque estoy solo (que fue un poco lo que sentí la última vez que fui pa’ su casa).
Estaba chato. Pasó el asado, me tomé un par de mango sour, luego conseguí un whisky. Cuando volví al barco no tenía ganas de dormir. Normalmente meto al banco toda la plata el viernes, pero como tenía chances de salir con la doc, dejé 25 lucas afuera. Tenía ganas de mandar todo a la chucha y enmierdarme, así que llamé a un taxi y cuando llegó le dije: “Al casino”. La primera vez que fui a un casino el verano del 2002 en Coquimbo llegué a la conclusión de que en ese lugar no entraba Dios. Por lo cual lo se convertía en el lugar perfecto para evadirme de todo. Además, en cierto modo quería comprobar si era cierto eso de que no me gusta la plata. Fui a la barra y tomé un vodka tónica. Luego compré 10 lucas en fichas y empecé metiéndolas compulsivamente a las máquinas. No tenía ninguna intención de ganar. Apretaba botones sin pensar en lo que hacía y al poco rato volvía a la barra a pedirme otro vodka tónica. Al volver me di cuenta que el capitán y la señora también estaban en el casino… y yo cada vez más enmierdao. Me daba risa. Seguí metiendo fichas en las máquinas dejándome llevar compleamente por el azar. No había posibilidad de ganar, la casa siempre gana y yo estoy tan lejos de casa. Volví a la barra y me tomé un tercer vodka tónica y fui a meter las últimas fichas que me quedaban en el vaso plástico La situación era profundamente bukowskiana. Sin fichas y sin copete, decidí que era hora de partir, todavía me quedaban dos lucas, pero no tenía ganas de volver en taxi, así que empecé a caminar de vuelta. La hora tope de llegada al barco el viernes es a la 1 de la mañana. Para entonces eran las 1:30 am. El horizonte se movía bastante y me fui caminando por la costanera. Creo que no hacía frío, al menos no sentía frío. De algún modo (no se muy bien como) terminé hablando por teléfono con la Carola y después con la Meli. De lo que retengo de la conversación fue que me decía que no era una derrota si me volvía a Santiago ahora, que no tenía que demostrarle nada a nadie. Luego me fui caminando, hubo estrellas un rato, luego se nubló. No pasaba ningún auto por el camino. Llegué al barco más allá de las 3. En cierto modo esperaba que me retaran, que me encontraran curado y que me echaran. Nada de eso pasó. De hecho, probablemente como no llegué en taxi, el marino de guardia no cachó que llegué, me fui derechito a mi cabina sin que nadie se enterara. Esa fue mi versión de Leaving las Vegas versión Natales.

Día 134

Una de las cosas que odio es grabar con caña… Bueno, hoy no sólo me desperté con caña, sino que todavía curado, con un rico dolor de cabeza y con ganas de vomitar. Me tomé un par de jugos de naranja y un café cargado tratando de pasar piola frente a los pasajeros. Salí tarde a grabar y se me movía el horizonte. Sin embargo, me sentía bien, al menos mejor que ayer, fue una especie de catarsis. Es decir, mi situación objetiva no ha variado y es muy difícil que estando acá varíe, pero con la enmierdada de anoche como que lo asumí.
Me fui el camino leyendo un libro de Paul Auster que me mandaron de Santiago. “Brooklyn Follies”. Me encanta ese tipo, a veces uno puedo cuestionarse sobre los temas que escribe, pero es un tremendo narrador. Al menos es mi escritor vivo favorito (lo que no es gran cosa dado lo poco que he leído en los últimos años… podemos decir que mi segundo escritor vivo favorito soy yo…). Viendo la biografía que sale en la contra tapa supe que este trabajó un año en un barco antes de dedicarse a ser escritor. Eso como que me animó. Puede que uno aprenda a contar mejores historias después de estar un tiempo en el mar.
Al volver al barco me estaba aprestando para hacer unas tomas del zarpe cuando Óscar se me acerca y me dice que cuando pasemos frente a la Iglesia de Natales le haga un zoom. En talla le digo “acaso yo te digo como hacer tu pega”. El me dice que su ex se va a casar. “¿¡Qué!?” exclamo. “Sip, se va a casar ahora mismo… imagínate lo bueno que es este zarpe para mi”. Resulta ser que Óscar pololeó el año pasado con una mina natalina de la cual sigue enamorado. A finales de la temporada pasada terminaron. Al volver a Natales en septiembre se enteró que estaba pololeando, se habían encontrado en la calle, pero se habían evitado. Y ahora se había enterado que estaba a punto de entrar a la iglesia con otro tipo… uffff, que fuerte debe ser eso.
Después del zarpe llegó Pinda a pedir que le grabara un dvd de Bob Marley. Me quedé pegado viéndolo. Uffff, que bien hace escuchar esa música, me relajó mucho. “We’ re jammin!”

Día 135

Me desperté más temprano para ir al puente para saber si habían noticias del partido de González. Se escuchaba levemente la radio. Había perdido el primer set por 7 a 6 e iba 4 a 4 en el segundo. Escuché el quiebre de servicio y después tuve que ir a trabajar.
En la tarde llegó Pinda a conversar diciendo que se quiere puro ir del barco. El motivo por el que está trabajando es porque le paga la universidad a su hermana. Me contó que había tenido atados y que su hermana no iba a seguir estudiando. Todo mal, me dio mucha pena, él tenía caletas de expectativas en que eso saliera bien y, de hecho, era su motivación para poder aguantar a la señora. Me da la sensación que esta semana a todos nos esta yendo mal. Se siente la temporada, se siente como va pasando el tiempo. También me enteré que echaron a Jorge, uno de los garzones. Era re’ buena onda. Un tripulante de máquina pidió cambio de barco, ya que encontraba que era mucho tiempo sin ver a la familia. De a poco van cayendo…
Cuando volvimos del fiordo Antrim el cuncunero (dícese de quien toca la cuncuna, dícese del acordeonista) empezó con los sones del animalito, pero ya no es lo mismo que la primera vez.

Día 136

Lluvia y viento frente al glaciar Pío XI. Yo no sé si mi pega es muy difícil (estoy hablando en cuanto a hacer los videos), pero lo que es cierto es que cuando me llega el sueldo tengo todo el derecho a decir “me cagué de frío por estas lucas”. Bueno, hoy me debieron dar un bono, porque termine con las manos azules.
Dado que el barco está lleno no tenemos espacio en el comedor, así que tuve que almorzar en “la micro” que es el comedor de tripulantes. Eso es mucho más relajado, ya que no hay que cumplir con el tedioso protocolo del comedor. Me senté, eché la talla un rato, comí y apenas terminé pude calarme un rato y editar relajado.
En Puerto Edén estaba lloviendo. Me di cuenta que la lluvia ya me es indiferente. Camino como si nada.
El jefe de máquinas me dijo que el capitán finalmente se había vuelto loco. Estaba en el Puente cuando Aarón le había ido a pedir un permiso para hacer un curso y este le dijo que se tenía que aprender un pasaje de la Biblia para ahuyentar al fantasma… ¿fantasma? Luego lo comenté con tres fuentes independientes (que es lo que la BBC exige a sus periodistas antes de emitir una noticia) y todos me hablaron de que en el barco hay un fantasma… Suele estar en la sala de máquinas. Áaron me cuenta que de repente se siente pasar alguien, pero no hay nadie. Otras veces lo han visto con overol azul en la micro. Me parece curioso, la guinda para la torta en mi extraña vida, estar navegando en un barco donde penan. Después me puse a reflexionar y me di cuenta que el fantasma es muy pillo. En algún momento de su errar por la tierra tiene que haber llegado a la siguiente conclusión ¿Pa’ que chucha voy a vivir en una casa abandonada? Mejor me voy a un crucero…

Día 137

Tuve una pesadilla horrible que no me dejó dormir mucho. No me acuerdo de que se trataba. Frío, mucho frío hizo en el fiordo Calvo. Llegando al glaciar el Brujo salieron muchas toninas. La gracia es que yo andaba en el bote chico y se estaban cruzando. En un momento estaba grabando el agua esperando que salieran (esos pescados son impredecibles) cuando emergen a cerca de un metro mío 5 toninas. Fue bacán. En el glaciar me dio susto. Había otro pedazo que estaba a punto de caerse cerca de la roca. Pensé… si esto se cae apaguen las luces, se termina todo. Por suerte eso no sucedió.
Invitaron en este viaje a la directora de política del Mercurio, a la directora de la revista Caras y a una pintora que es media conocida. Bueno, el asunto es que estas viejas han pasado todo el viaje arriba de la pelota. Me pregunto si me interesaba estas cosas de los pajaritos y la naturaleza. Yo le dije con una profunda honestidad, para nada, pero prefiero eso a grabar turistas.

Día 138

Otra vez tuve una pesadilla, otra vez no me acuerdo de que se trataba. Cuando navegábamos por el fiordo de las montañas me acerqué a una niña de Chuqui (bueno, niña no es tiene 26, en realidad ahora estudia an stgo y es bastante bonita). Ella me preguntó si me habían reclamado que ella salía varias veces en el video y otra gente casi ni salía. Le contesté “entre grabar a viejos feos y grabarte a ti, no hay donde perderse”. Nos quedamos conversando un buen rato. Es demasiado amorosa.
En la tarde mientras hacía los dvds vino Álvaro a sacar la vuelta a la oficina. El venía llegando de 2 semanas de vacaciones. Le pregunté si había sido muy difícil volver a la pega. Me dijo que estaba chato que cuando salió se dio cuenta que había un mundo allá afuera que seguía su curso independiente de lo que pasaba con nosotros. Fue perturbador. Es decir, yo tengo eso claro, pero cuando las palabras se hablan son mucho más fuerte que cuando se piensan, leen o escriben. Y tiene tanta razón. Una de mis mayores temores es que el mundo que tenía no esté cuando vuelva… pero lo cierto es que mejor no espero eso, ya que ese mundo dejó de existir. De cierto modo, al irme tenía una pierna, tenía un trabajo que me daba poca plata, pero que me apasionaba y lo más importante tenía sueños… honestamente no sé cuantos sueños me queden ahora.
A la noche fue la fiesta. La niña de chuqui se acercó a mi antes de la cena y dijo que me veía muy lindo que se quería sacar una foto conmigo. Después se armó el bailoteo, yo me quedé terminando la pega y una vez que estuve desocupado la ví sola y aburrida viendo como sus viejos bailaban. Iba a empezar el revoloteo del jote patagónico cuando veo que el capitán y su señora siguen en el comedor. Fuck! No quiero que me hueveen de nuevo por jotearme a una mina… mejor espero que se vayan y me acerco a ella. Para cuando el capitán se había ido, la niña de Chuqui estaba hace un rato durmiendo.

Día 139 (epílogo)

(Llegó febrero, tiene sólo 28 días, una vez que se acabe son solo dos meses… queda cada vez menos.)