Friday, October 27, 2006

La noche natalina

Día 43 6138 millas náuticas

Ayer estuvo muy relajado el día después que se fue el pelmazo de Longueira. En el almuerzo el capitán invitó a unos pacos. Después de eso saqué la vuelta en la tarde y me arranqué como a las 5 a Natales. Mi mamá me había mandado una encomienda. Yo no entendía cual era su afán por mandarme cosas cuando yo no necesito nada por acá, pero el otro día lo entendí. Me dijo que cuando ella estaba interna (vivía de Calama y la mandaron a estudiar a santiago entre los 12 y 16 años) le encantaba que le llegaran encomiendas. Así que le dije que me mandara un libro y alguan polera de fútbol para las pichangas. Le encargué un libro de Hobsbawn y me mando la polera número 7 del glorioso Garrafas United.
Después al cyber y de ahí a la pichanga. A pesar de tener la polera de los pentacampeones de la Copa del Rey jugué re mal. Como que no encuentro en la cancha del gimnasio de Puerto Natales. Posteriormente nos fuimos en masa a ver el partido del Colo. ¡que toque! ¡que toque! Ni el Colo Colo '91 jugaba tan lindo (eran más pragmáticos). No me sentia para nada con sueño y había un cabro de cumpleaños, por lo que me dije... hay que conocer la noche natalina. Volvimos al barco para cambiarnos y ahí fuimos a los canallas. Para los que me comentaban hace un tiempo que era tirar y abrazarse... bueno, probablemente puede haber sido así, pero no había nada que valiera la pena. El asunto es un bar karaoke. Al principio el asunto estaba medio rancio, estaba mi compañero y otra gente más adula joteandose a unas minas que ni en 7 meses más creo que las miraría. Depsués llegaron los cabros jóvenes y me fui a su mesa y empezamos huevear entre nosotros. Su par de ron colas mientras alguno que otro cantaba una que otra canción.
Llegó un punto que estábamos muy prendido. Llegó una chiquilla bastante agraciada que andaba con una mochila, le pregunté, en tono jote, si venía del colegio. Justo eran las 3:40. Los radio taxis estaban afuera y teníamos que partir para llegar antes de las 4 al barco. Fue como la cenicienta.

Thursday, October 26, 2006

Mi semana con Corteira

Viaje 5 – 6138 millas náuticas

Día 38

El día de ayer partió difícil. En el muelle había mucho viento y al poco andar en el bus empezó a llover y no paró más. De todos modos me gustó la experiencia, porque es la primera ve que grabo en tierra con lluvia. Ya varias veces me ha tocado en el mar, pero es poco probable que en otras circunstancias tenga que grabar desde una embarcación con lluvia, pero si tengo la idea de un proyecto que si resulta me vería enfrentado a condiciones de tiempo adversas sobre la madre tierra.
La talla que ha dado vuelta en el barco desde que sabemos que Longueira viene de pasajero es que hay que poner un asiento extra para Jaime Guzmán. Cuando llegamos al barco se sentía una presencia extraña. Me puse a grabar en la cubierta rogando que se hubiera fracturado un pie o algo que le impidiera haber venido al crucero. Cuando de repente veo que tras una parka naranja marca de North Face aparece el Senador por la circunscripción Santiago Oriente. Puse el visor sobre la cámara como si estuviese grabando y apunte el foco a otra parte. Así no tuve que decirle buenas tardes.
Al llegar a la cena mi pesadilla se cumplió. Estaré en la misma mesa que él. Es decir, desayuno, almuerzo y cena durante cinco días será con una de las personas que conceptualmente más desprecio. Bueno, quizás sea un buen momento de separar el mito del hombre. Se sentó a la derecha del capitán, después estaba su esposa, más allá la esposa de Rodrigo Álvarez, diputado de la UDI por Magallanes, después el mencionado legislador, seguido de Marcelo, yo y mi compañero. Al otro lado el doctor (que es bastante joven, vive en Natales así que pretendo hacerme amigo de él) y un comandante en retiro de la Armada cierran la mesa. Lindo grupito para salir a carretear cualquier día.
Longueira no saludó a nadie fuera del capitán y no habló mucho con nadie. Tiene una mirada durísima, mucho más de lo que se nota en televisión, unas ojeras tremendas y cara de estar muy enojado. Luego de la presentación de rigor, el capitán presentó especialmente al senador a bordo. No pude aplaudirlo. No pude. Escondí las manos bajo la mesa y miré para otro lado.
A medida que avanzó el almuerzo conversamos con el diputado que está más cerca y el tipo es de lo más piola del mundo, súper sencillo y agradable (obviamente, todavía no hablamos de materias legislativas).
Después del postre repartieron whisky y ahí si que quien quiere ser presidente de Chile se prendió y habló durante dos horas con el capitán. Me fui a editar, pero desde mi oficina los escuchaba de rebote. Se turnaban en los monólogos. Longueira es la primera persona que escucho tratar de tu al capitán. Este, pobre, en su semana de máxima gloria al tener autoridades abordo se encuentra afónico. Pero como es imposible mantenerlo en silencio le daba la pelea. Una de las cosas que me sorprendieron que es que durante toda la conversación las esposas de ambos congresistas se quedaron en la mesa y no intervinieron ninguna vez. Parecían adornos. Sólo se levantaron cuando sus maridos lo hicieron.
Una de las cosas buenas de este viaje es que el capitán está tan prendido con sus invitados que no sé va a preocupar de otra cosa… es decir, va a huevear muy poco esta semana. Algo bueno de andar con corteira.

Día 39

El discurso audiovisual y lo que genera sigue estando dentro del ámbito de la incertidumbre para mi. Uno puede pensar en que va a significar una toma, pero en realidad me doy cuenta que la interpretación puede ser múltiple. Llovió en Amalia. Una joda para grabar. Hice un buen rato unas tomas echando la talla con unos australianos cuando, de repente, aparece Longueira. Nuevamenete la chaqueta naranja, ahora con un jockey de Ferrari. Estaba grabando con una cámara Handycam. Ok, me dije. Si lo tienes que grabar alguna vez, hazlo ahora. Tire un plano medio de perfil que terminò en ¾ cuando él terminó el paneo. Al rato se me acerca su señora y me pregunta por el funcionamiento de su cámara de fotos. Al rato me pide que le saque una foto con su marido, el diputado Álvarez y su señora. “No hay problema, son 10 dólares…” – dije. “Si salimos bien te damos 15”- me contesta Longueira. ¡Genial!, Esteban Gómez Cotorás tirando tallas con ese personaje. Los tipos posaron con el glaciar Amalia de fondo. ¡clic! Un bellísimo momento kodak. Después hice una que otra toma y de la nada el comandante se me acerca y me empieza a contar su vida. ¿¡Qué le pasa al mundo!?.
En el almuerzo conversamos harto con el diputado. A pesar de ser vicepresidente de la UDi el tipo es re’ buena onda. Contó que su peor momento como diputado fue un 18 antes de las elecciones. Un temporal de nieve dejó aislado a Natales y el era la única autoridad inaugurando las ramadas que, en rigor, se hacían dentro de un gimnasio. Para no hacer el ridículo había estado en clases de cueca. Pero al llegar al escenario el presentador le dice: “Ud. es muy joven… en vez de cueca le vamos a poner la Mayonesa. “Esa elección saqué hartos votos, pero solo me lo explico porque le di pena a la gente”. Inmediatamente el presidenciable Udi se manda un comentario de antología: “Uno en campaña baila cualquier cosa”.
En la tarde bajamos al fiordo Antrim. Longueira estaba sentado en el punte de mando mirando por la ventana. Con el jockey de Ferrari hacia atrás. Me encantó esa toma. Tenía una mirada tan demacrada, como si dijera: ¡chucha, perdí la elección!
Pensé que no íbamos a bajar, porque estaba lloviendo y fuerte, pero el capitán dijo que si. Así que fue la primera vez que grabo en Antrim, ya que la anterior me habían quitado la cámara. Desde el bote “filmador” nos acercamos hacia los pasajeros. Longueira estaba parado en la parte posterior al lado de una bandera de Chile. Tiré una toma y sin darme cuenta era perturbadoramente fascista. Este pelmazo con la cabellera al viento, enfrentando la lluvia y con la bandera chilena flameando. Era una toma de campaña. Obviamente no la usé. Pero me asustó. Me asustó que, si yo quisiera, puedo hacer parecer heroico a un pelotudo de esa calaña.
En la noche había fiesta, pero no prendió mucho. El capitán estrujo sus cuerdas vocales conversando con Longueira. Como a las 12 se fue y los congresistas quedaron hablando entre ellos. Obviamente paré la oreja y la conversación versaba sobre sus lanchas en Pucón y la afición de sus amigos de la Udi por el ski. Muy lindo su partido popular.

Día 40

Para mi, el día 40 marca el límite. Es un número bíblico, recurrente. Cuando pololié me patearon exactamente el día 40. En mi siguiente relación sentí con alivió el paso del día 40, porque me hacía la idea que si pasaba esa prueba podría seguir mucho más tiempo. Nunca había estado 40 días seguidos fuera de mi casa (36 creo que era el máximo).
Tuve un sueño perturbador. Soñé que me enteraba que abrían un concurso para i pega. No estaba ni en Santiago, ni en Natales y me enojé mucho por la posibilidad que me reemplazaran. Para la postulación tenía que ir a un edificio e ir resolviendo acertijos para pasar a la siguiente puerta. Al final tuve que desenterrar una caja que contenía todos mis recuerdos de infancia. Juguetes, fotos del colegio, mi titi (oso de peluche) y en eso sonó el despertador. Me levanté espantado. Se están apoderando de mi subconsciente. Esta corporación está en camino a apropiarse de el.
El glaciar Pio XI estuvo maravilloso. Tuve harta suerte y agarre cuatro derrumbes con encuadres decente. Esto es un poco como los penales. Si uno tiene técnica hay posibilidad de atajarlos, pero uno no sabe para donde va a ir la pelota y tiene que adivinar. De vuelta en el barco mi compañero dice que lo calzaron, el capitán le dijo que le saqué fotos a Longueira para la campaña. Yo subo a la cubierta y después que se sacara fotos Longueira me dice que lo filme para tener imágenes para la campaña con el glaciar de fondo. ¿Tan pronto? Le pregunto con cara de sorpresa. “Si, es que nunca se sabe cuando volveré a venir acá.” Quiero que me tomes con el glaciar pasando. Le hice una toma muy abierta y el comentó que debería decir unas palabras. Hice un encuadre muy abierto y malo. Al terminar me dice que mañana hacemos tomas para la franja. Quedé perplejo… no puedo hacerlo, simplemente no puedo hacerlo. Pero ¿si me obligan a hacerlo? La conchadesumadre (con todas las letras). Pensándolo fríamente tengo tres opciones, cada una con sus consecuencias.
Hacerlas: no podré mirarme al espejo nunca más.
No hacerlas: En una de esas hasta me echan.
Hacerlas, pero mal de modo que sean inutilizables: camino fácil, pero un tanto hipócrita.
En la tarde puse los dvd’s para los canales internos y programa a Los Jaivas, ayer había puesto a Inti Illimani. Me encantaría saber que los haya visto y se haya enojado. Al final a todo el barco le cae gordo el caballero. Un camarero me pidió que por favor no lo pusiera en el video que el tipo era muy desagradable que decía como “oye, tu chico, atiéndeme”. Como dice mi compañero, no se mezcla con el herraje. Es curioso como pretende ser popular si en términos prácticos no soporta el olor a roto.
Puerto Edén estaba precioso. Lluvioso y las pasarelas mojadas eran muy fotogénicas. Eran tan bellas que hasta le podrían hacer ganar una elección y este tipo va a querer una toma ahí para ganar votos. Me bajé en el primer bote y fui hacia el pueblo. Al rato llegó pablito y apenas se bajó se puso a saludar a la gente. Por suerte en un momento se quedó conversando con los pacos y yo pude cruzar al otro lado sin tener que grabarlo.
Mientras llovía me puse a conversar con una señora que hace artesanías que me comenta lo fuerte de la precipitaciones y que el resto del día había estado despejado. Si, es que llegó el Senador y se echo a perder el tiempo. ¿Era senador? Ahhh, por eso le encontré cara conocida y me pareció bien raro que llegara alguien y altiro me saludara de beso. “Algo quiere, señora, algo quiere”.
Después se subir al mirador se acercaba la hora para volver. Yo ya estaba en el bote, pero Longueira y el diputado no volvían. Estaban conversando con Gabriela, una de las señoras kaweskar en el pueblo. Los esperamos 5 minutos hasta que nos aburrimos y partimos. La talla entre todos era: partamos… no se pierde nada si nos vamos.
En la noche tuve presentación del video. El Álvarez estaba temprano. Longueira llegó cuando ya llevaba 5 minutos. Hubo muchos aplausos, mucha gente me felicitó aún cuando no encuentro que este video haya quedado tan bueno. El diputado se me acercó y me dijo que lo encontró muy bueno. Longueira sólo me preguntó cuando había grabado un derrumbe. Al volver a la editora encontré una forma de cagarlo simbólicamente. Ayer hubo un arcoiris increíble que fue en el mismo lugar donde grabé la toma de Longueira derrotado. En el glaciar bromeaban que la toma se estropearía si saliera un arcoiris. Bueno, lo que hice fue cambiar el montaje poner un plano general de arcoiris, primer plano de Longueira derrotado y posteriormente un detalle del arcoiris. Lectura posible: no puedo hacer nada ante la Concertación.

Día 41

Hasta ahora, en cada viaje siempre me ha tocado alguna gente que le encanta el video y me dicen cosas como ¡buen trabajo!, ¡sigue así! Pero no te quedes mucho tiempo pegado acá, sino que desarróllate haciendo lo tuyo. Un matrimonio australiano está en eso. Ellos son demasiado buena onda. John me dio un consejo que me dejó perplejo: “Be sure the Senador gets a copy and knows your name… (asegúrate que el senador tenga una copia y sepa tu nombre).
En el desayuno conversamos con Álvarez sobre las campañas. Dijo que tenía amigos políticos en EEUU que le comentaban que existen tres factores en Estados Unidos que determinan el voto. Esto son las posturas que tienen los candidatos en torno al aborto, defensa y a los impuestos. Le pregunté que pasaba en Chile, si existían estos temas y me decía que la política era meramente transaccional. La gente votaba por el que le daba más y así dice haberse visto forzado a regalar lentes para la elección pasada cuando su contrincante estaba regalando ollas. La gracia de él, es que aun cuando tenga una posición divergente se puede conversar y discutir. No así como el otro pelmazo.
Hacía bastante frío en el fiordo Calvo. Es la primera vez que siento frío en ese lugar. Paramos en un lugar increíble y el Senador por Santiago Oriente sube a buscar al compañero para que le saqué una foto. Yo me voy al puente del barco chico como para hacerme el hueón. Pero ya veo que me llama para pedirme unas tomas para su franja. Yo le iba a decir: Lo siento, no las puedo hacer. El iba a responder: pero si el capitán me dijo que no había problema. – Lo sé, pero soy de izquierda y le iba a pasar la cámara a mi compañero. En eso miro la cámara y me dice que está sin batería, trato de grabar algo y se apaga. Hago el procedimiento de nuevo y me indica que esta descargada. ¡Milagro! Es un milagro… pero después pienso… el paseo recién comienza… ¡que chucha voy a hacer!, que chucha voy a hacer. Estoy muy urgido sin decirle nada a nadie. Terminan de sacarle las fotos a Corteira y estoy en el puente con la batería en mi bolsillo a ver si al calentarse me da unos minutitos más que me permiten hacer algo de video. Ahí me urgí… el callampazo, el callampazo del capitán va a ser grande (callampazo = reto en el barco). Por suerte, después de estar 5 minutos en el bolsillo de mi parka le pongo rec y me aparece que le quedan 233 minutos de carga.
Al llegar a la cascada, estoy en la cubierta de arriba del bote grabando paisajes y me pide (no… él no pide, el dice) que le haga una toma. No me dice para qué. De todos modos, para asegurarme le hago un encuadre malísimo. Después me dice que encontró muy bueno el video, que estaba “espectacular” (de esa manera tan particular que los cuicos dicen espectacular), tenía unas tomas muy creativas.
“Gracias…” le digo anonadado por el agente del halago. De ahí me preguntó de donde era, le dije que de Santiago, de su circunscripción, que vivía en Las Condes y bla, bla, bla. Justo tocaron el pito para dejar la cubierta y le tuve que decir: “Señor, tiene que bajar” y Longueira bajó. Es muy tonto, pero me sentí tan, pero tan bien. Cuando subí al puente de mando dije: “Estoy listo cabros, voy a ser el director de la franja”.
Lo curioso del pre candidato en cuestión es que nos encontrábamos frente a paisajes majestuosos, espectaculares y el tipo parecía sólo preocuparse de que lugar puede ser bueno para sacarse una foto. Así cada vez se sacaba su jockey y esbozaba su siniestra sonrisa electoral. Patético.
En la tarde bajamos al glaciar el Brujo. Estaba completamente cubierto de hielo, por lo que pensé (y era lo lógico) que no bajáramos. El capitán dijo que se bajaba en el bote más chico porque los más grandes no podían pasar. Fue una locura, por poco no llegamos. Óscar estaab en la proa con un palo corriendo los hielos para hacer camino. El diputado estaba cagado de la risa y su esposa muerta de miedo. Por suerte Longueira fue en el bote siguiente. Nuevamente me pidió una toma sin decirme para que. Le hice otro encuadre malísimo. Ahí si que dio un festín de fotos para afiches. Es tan patético lo que está haciendo. Cuando salga el tema de los Campos de Hielo Sur el pelmazo va a decir: “Como yo estuve ahí puedo decir que Chile tiene que ejercer soberanía y bla, bla, bla.” Es impresionante como se nota la presencia de Longueira. Hay como un halo de mala onda e incluso mi compañero que es de derecha lo reconoce.
En la cena el comandante empezó a hablar de Chañaral de Aceituno. Yo fui ahí el 2005 durante mis segundas vacaciones audiovisuales cuando le hice un video a Servicio País Atacama con Galleta. El diputado me pregunta si conozco esa zona y le cuento que había hecho la práctica en SP. Él me dice que acaban de aprobar el presupuesto y que hay equipos Sp en Natales y otros datos que daba cuenta que sabía muy bien lo que hacía el programa, por lo que me siguió cayendo muy bien. Yo le dije que, probablemente, sino me hubiese venido para acá postuló a SP. El diputado me preguntó que había estudiado. Periodismo – le dije. ¿en dónde? En la Chile. La cara de la esposa de Longueira cambió radicalmente. ¿y ya te titulaste? Sip, hace unos tres meses. Es como si hubiese sentido que había un espía en todo el viaje y recién se daban cuenta. Álvarez dice: “Vas a escribir un reportaje sobre lo que hacen los políticos en un crucero” y se mata de la risa. “Un reportaje denuncia” – añado yo. Al matrimonio Longueira esto no le causó ninguna gracia.
En la noche vino presentación del video. Después la directiva UDI se sentó en un sillón. Álvarez con una coca Light, Longueira con un whisky bien lleno. No pude escuchar lo que hablaban, pero se notaba que algo sobre la coyuntura política.

Día 42

Otro crucero abajo. Van 5 y quedan como 20… Se atrasó la bajada en la mañana por mal tiempo. En tierra mi objetivo fue alejarme de Longueira. Cuando el se ponía en lugares para la toma épica, yo volaba. Temí que quisiese subir al cerro donde yo hacía la panorámica. Hubiese sido una tremenda toma. El dominando todo el fiordo de las montañas… quizás hasta a mi me habría convencido y voto por él.
El capitán le ha succionado el pene todo el viaje a Longueira. Así, para quebrarse, sin avisar a nadie antes decidió que había que bajar en una playa. Yo no pude porque sino no terminaba el dvd. Terminé temprano de editar y dejé codificando. Cuando llevaba el 64% entro a la oficina con la libreta para pasar a computador la bitácora con tan mala cueva que se me cae sobre la tecla de escape y cancela todo el proceso. 2 horas más de codificación. Tipo 6 subí a la cubierta para el paso del Kirke. Es mi momento reflexivo del viaje cuando al pasar por ese estrecho canal y abrirse a la inmensidad puedo eevaluar como fue el viaje. Yo estaba bastante apestado, pero al sentir el aire fresco golpeando en mi cara sentí mucho alivio. Pensé en los 42 días que llevo acá cuando de repente alguien sube la escalera… era Longueira. El pelotudo me cagó el momento místico de mi viaje.
¿Y pones imágenes de viajes anteriores en los videos? Preguntó. Altiro con la idea que hay algo turbio. Después me preguntó otras hueás cuando veo un grupo de toninas jugando cerca del barco. El espectáculo era maravilloso, pero no para disfrutarlo con ese pelmazo al lado.
Luego vino la cena. Esta semana llegó mi uniforme. Es patético. Un terno negro con el logo de la compañía bordado en dorado. Una viejas me pidieron que me sacara fotos con ella. ¡por favor que me jotee alguien de menos de 60! Estaba medio bajoneado, sentía que no era mi fiesta que no tenía nada que hacer ahí. Es divertido, pero si me preguntan por una de las cosas que más echo de mi antigua vida es estar echado en mi cama viendo tele. Eso ahora no existe. Tengo hartas y buenas películas, pero solo las puedo ver en mi oficina, así que me da lata porque paso como 10 horas adentro. Así que les pido que por favor aprecien la próxima vez que flojean en su cama con la tele prendida. De hecho, otra cosa que echo de menos es bajarme de la cama sin la necesidad de saltar.
La cena había terminado. Yo iba a apagar las luces para la fiesta cuando veo que Longueira se para y le pide a mi compañero el micrófono. ¿quién chucha le pidió que hablara? Se mandó un discurso francamente patético y completamente fuera de lugar. Al empezar la música sale a bailar. Mientras copio dvd miro por la ventana. Suena la “Bomba” y veo la cosa más horrible que he presenciado en mi vida. Longueira bailando. Dios mío… nadie merece ver eso. Al rato le dice a Jorge: “tráeme una piscola, pero con Coca Light. Cuando vuelvo a ver de nuevo están tocando esa canción “no tiene talento, pero es buenamoza” y está el senador de Santiago Oriente bailando la colita. De hecho, dirigiendo la fila. Jorge entra y me mira la cara y me dice: “Are your bored? (¿estás aburrido?) No, I just want to kill someone (no, solo quiero matar a alguien)

Día 43 – epílogo

Todos los dvds se habían repartido. Longueira nunca me dejó claro si iba a comprar o no, pero de todos modos le hice una copia. Cuando estaba contando la plata llegó. Me preguntó si estaba listo su dvd. Le digo: Acá está, son 15.000 pesos. Me dice, muy bueno tu trabajo y se va... sin pagarme.

Friday, October 20, 2006

Monje

Día 36 - 5596 millas náuticas

Nuevamente me desperté temprano para ver como atracábamos. Me comí mis loop y llamé a mi casa. Al rato me llamó mi viejo para darme un resumen del acontecer del deporte en la semana. Lo que me decía el Hondureño es verdad. El dinero es adictivo y estoy luchando contra eso. Mi compañero tuvo que coordinar la salida de lso pasajeros y yo me quedé cobrando por los dvd's, las fotos y haciendo caja. Como eran casi puros extranjeros todos pagaron con dólares. Cuando conté la plata me sentía jugando a la Gran Capital. Habían casi mil dólares. Puse en montones los de 100, 50, 20 y me produjo una fascinación que me asusto. No quiero que eso me vuelva a pasar.
La mañana fue muy fome, no pasó nada. Aproveché para arrancarme y hablar por teléfono. Después de almuerzo dormí una siesta que fue muy reponedora. Para la tarde quedé zombie... ahora si que no tenía nada que hacer. Así que me arranqué como a las 5 y corrí al cyber café. Cada vez que hago eso es como descargar mi vida acá a mi vida en Santiago.
Después fui a la pichanga. Sentía que estaba desvinculado con el partido. Como en otro lado de la cancha. Atacaba y la pelota estaba al otro lado, me quedaba atrás y nuestro equipo atacaba. Al menos traté de marcar al mejor jugador del otro equipo y me dijeron que jugué bien... yo no me di cuenta.
Tuvimos la suerte que programaron el partido del Colo para el jueves, así que nos fuimos a la Burbuja a verlo. El Colo jugó muy bien. Suazo se mando un partidazo con tres goles eso es algo que no se ve muy frecuentemente. Después casi todos partieron para caretear a otra parte, pero a mi no me dieron ganas. Quise volver al barco a dormir. Es raro lo que me pasa, pero como que he renunciado al carrete, como que no quiero cansarme de más en cosas que no tienen que ver con la pega. Es como si me volviera una especie de monje del audiovisual. Parece que cuando vuelva voy a carretear un poco bastante...

Thursday, October 19, 2006

Life is a struggle

Día 31 – 4to viaje
5596 millas náuticas

Hoy se cumplió un mes que llevo hueveando acá… sólo quedan siete. Hoy desperté sano y lo agradecía enormemente. El día estaba lindo. Buen sol y mucho viento. Yo estaba con más ganas que nunca de salir a grabar. Al llegar a la Cueva del Milodón había menos viento. El cielo azul profundo era la delicia de cualquier persona con una cámara. La luz era espléndida. Todavía siento que cada vez es diferente, siento que puedo ser creativo y encontrar otros lugares donde poner la cámara. Todavía creo que las posibilidades son infinitas. Espero que en mayo piense igual. Unos pasajeros se sentaron en la primera fila del bus que es donde me suelo sentar con mi compañero, así que me fui pa’ atrás lo cual fue muy agradable, ya que pude reclinarme sin molestar a nadie. Ahí aproveché para revisar lo que ha sido este mes en la Patagonia y empezar a trazar líneas de que voy a hacer cuando vuelva a Santiago. Se me ocurrió una idea para un documental y un programa de TV. Espero poder armar la productora y poder hacerlos funcionar. Las Torres del Paine estaban increíbles. Dejé corriendo la cinta por varios minutos para hacer una toma estilo Koyaanisqatsi. Al apurarla da la sensación que las nubes tienen que subir un escalón para avanzar.
El viaje de vuelta fue muy piola. Alcancé a dormir y descansar mucho. Apenas llegó el bus el barco zarpó. Hice las tomas de rigor y desenfundé el celular (todavía no sé cuantos millones me va a salir la cuenta… sólo sé que estoy bastante pasado de los escasos 100 minutos del plan… pero bueno, tenía presupuestado gastar mucha plata en teléfono. Es, casi literalmente, mi cable a tierra). Ese momento en que Natales empieza a quedar atrás y la tripulación lucha por darse a entender cuando se va la señal me sigue produciendo una pena inmensa.
Después fui a mi oficina a empezar a editar. Pero lo cierto es que no quise avanzar mucho, ya que en el fomingo no hay mucho que hacer y si no me dejo pega pendiente no tengo nada que hacer en la tarde.
Vamos a la sección favorita de los niños. Pelando a los pasajeros. En la mesa del capitán siempre ponen a latinos. Esta vez hay unos chilenos, mexicanos y venezolanos. Después de varios viajes he llegado a tener una duda abismante: ¿cómo hay gente tan tonta, tan profundamente imbécil que es millonaria? Es inexplicable. Al menos he conocido 12 casos en estos escasos viajes. El venezolano repetía siempre la última frase de lo que decía la persona que estaba hablando y se lo comentaba a su señora. Cuando empezaron a hablar de Chávez le pregunté que apoyo tenía entre las clases populares: “Ninguna, nadie en Venezuela quiere a Chávez”… ya, ok, todos sabemos que hay una oposición fuerte, pero también es sabido que tiene cierto sustento en las masas, como les gusta decir a los marxistas. “¿Bueno, y la oposición tiene un liderazgo que le pueda dar gobernabilidad al país? – inquirí. “Por supuesto, todos vamos a votar por él”. Nada más que decir. Una vez me contaron el siguiente chiste: Dios estaba haciendo el mundo y llegó el turno de Venezuela: Dijo: Voy a darles petróleo, voy a darle tierras fértiles, voy a darles las mujeres más hermosas del mundo… mmmm, sólo les estoy dando cosas buenas… ¡ya sé! Les daré a los venezolanos. Este matrimonio que llegó acá me hacen pensar que así fue la creación. Luego mi compañero me hizo una seña y me dijo… después de mirar al mexicano me convenzo cada vez más que el hombre desciende del mono. Nos cagamos de la risa. Él, ni su primitiva cara jamás se enteraron. Uffff, Latinoamérica, tan entretenida, pero tan cagada que está.
Día 32

Este viaje comenzó tranquilo, sin dramas y pensé que así iba a ser. Sin embargo, parece que eso no es posible a bordo de “Potemkin”. En la mañana estuvimos en el glaciar Amalia que es el más piñufla que vemos. Llovía y había harto viento; así que no hubo mucho para grabar. En nuestra mesa se sienta un fotógrafo que vino a hacer fotos publicitarias con su señora y su guagua. Son chilenos, pero viven en Barcelona. Me quedé conversando, porque aparte de recorrer el mundo haciendo reportajes visuales que después vende en revistas; venía de trabajar en un documental en el Nilo filmado en formato IMAX (un formato de cine de mayor definición que se proyecta en pantallas de 20 metros). Durante el rodaje, los asaltaron, tuvieron accidentes en los botes y cuanta aventura pudo haber ocurrido.
El cambio de hora permite llegar con luz a un lugar que siempre recalábamos de noche. Además, al capitán se le ocurrió que bajáramos en bote. Yo estaba emocionado por grabar en el fiordo Antrim. Al llegar me puse a hacer unas tomas de contexto y grabar a la gente cuando mi compañero en el puente de mando me llama. “El jefe me dijo que yo hiciera cámara en el bote” ¡Puta la hueá! – me dije. ¿Pa’ qué chucha me trajeron? Estaba lloviendo. La gente va en un bote techado y nosotros grabamos desde uno descubierto. Me senté en el tablón del mote a masticar la rabia. Grrrrr. Odio que me quiten la confianza. Yo soy súper inseguro, soy tímido, me cuesta relacionarme con la gente y durante mucho tiempo me odié y odié al mundo. Por suerte al entrar a la U esto último cesó y dentro de todas mis inseguridades construí en mi cabeza que yo al audiovisual le pegaba. No sólo me gustaba, sino que siento no lo hago bien. Entonces la decisión del capitán me mató. Me puro caga el mate. Una de las cosas que me hacen sentir profundamente solo es que no tengo refuerzos positivos de nadie. Es decir, nadie me dice que lo estoy haciendo bien. Si me mando una cagada o una pifia, con justa razón me la dicen al tiro. Y si hago algo bien… en realidad no sé si lo hago bien, porque nadie dice nada. Esto me está costando. Yo sé que esto pasa en la mayoría de las pegas donde no se reconoce el trabajo. El problema es que esta pega dura mientras estoy en el barco y eso es toda la semana, salvo 12 horas. En un trabajo normal uno sale apestado y puede ir donde los amigos, la familia, la novia, la amante ocasional, en fin… alguien que de repente te pueda decir: “lo estás haciendo bien, te quiero”. Cuando hice Rebotes me encantó trabajar con la Carola. Si hago un documental definitivamente quiero trabajar con ella. Y es principalmente, porque, sin saber exactamente lo que hace logra sacar lo mejor de las personas. Nunca antes me había sentido con tanta confianza era como si la mirara cuando estaba medio dudoso y con los ojos me dijera: “¡tu eres seco, dale!”.
El paisaje era precioso. Un fiordo muy cerrado con bosques tupidos de lenga y muchas cáscadas. Otra locación para el Señor de los Anillos. No lo pude disfrutar, no pude. Las fotos sólo las saqué cuando nos acercamos a los pasajeros. A lo más 5 minutos. Los otros 85 sentado sin hacer nada viendo como mi compañero grababa. Me acordé de cuando en Rebotes sacan a Tim de un partido y tiene que ver todo el final desde la banca. Es divertido, pero he estado en tantas situaciones en este tiempo en el que he pasado por cosas parecidas a Tim y a Derrick. “It’s a casino… when you leave your home, your family to g oto another country you don’t know nothing… so your gambling” (Es una casino, cuando dejas tu casa, tu familia, para ir a otro país no sabes nada… así que estás apostando). Venirme para acá fue una apuesta, estoy seguro que va a ser para bien, pero también hay un riesgo que sea para mal. Lo cierto es que perdí muchas cosas al largarme. Hoy me sentí frustrado, sin poder hacer nada. Masticando la rabia en un bote en medio de la lluvia y cagado de frío.

Día 33

El día estaba precioso. Subí a hacer unas tomas temprano y el sol acariciaba las puntas del glaciar Pío XI mostrando su amplia gama de azules. Hoy día también había paseo en botes, pero esta vez me acabroné y sin preguntar, ni dejar que me dijeran nada subí al bote y empecé a grabar. Fue genial. Lo pasé muy bien. Hacer cámara desde el bote es lo más entretenido que hay; aparte del “peligro” que conlleva (de hueón casi me voy de hocico al fiordo Wide por grabar desde la proa cuando golpeo un pedazo de hielo) uno le da las instrucciones al botero y puedes hacer tomas increíbles. Hice un travelling paralelo al bote de los pasajeros, pero a una distancia que iban pasando los témpanos entremedio. En el montaje mandé a la mierda los dichos del capitán y dejé esa toma 15 segundos. De vuelta al barco a editar. Me desocupé antes de llegar a Puerto Edén. No tenía sueño para dormir una siesta; así que me armé una rutina de ejercicios que espero hacer todos los días. El otro día mandé unas fotos y la Carola me dijo: “Te vi… estás más gordo” Me miré al espejo y tenía toda la razón. Así tomé la medida radical de cortar con los carbohidratos y minimizar las grasas. Así ha sido, de hecho esta semana estoy cagado de hambre. Lo del ejercicio tampoco es fácil. Mi cabina mide literalmente (con baño incluido) 2 metros 20 cm por 2 metros y medio. Pero moviendo unas cajas deje un espacio donde se pueden hacer flexiones de brazos y abdominales. Es una forma de tratar de tener una vida sustentable los varios meses que me quedan acá. Con el cambio de hoa estamos más tiempo en Puerto Edén, lo que es muy agradable. Caminé mucho y la luz estaba buenísma. En la noche había muestra de video. Como los días han estado buenos, siento que es el que mejor está quedando. Los mexicanos me dijeron que estaba muy chingón.
En este viaje hay un grupo de españoles bastante densos. Creen que vinieron a su colonia y que les tenemos que rendir pleitesía. Pidieron karaoke y como mi compañero tenía que trabajar en el photoshop esa pega me tocó a mi. Así que como hueón poniéndole canciones a esos coños recordaba haber leído Heidegger, Haberlas, Nietzsche, teoría de sistemas de Luhman… y yo acá haciendo cantar a esos animales de bellotas. Los españoles son el primer grupo que aprovecha absolutamente el bar abierto…. Bueno, yo haría exactamente lo mismo. Lo que me molestó en su actitud es lo mismo que odio de la Señora cuando fui a Punta Arenas y es que jamás piden por favor ni dan las gracias. Para mi no importan los niveles de subordinación que puedan existir, pero el código base de por favor y gracias rige para todos los seres humanos. Si pagaron como 3000 euros por las habitaciones más caras deben tener algo de educación. Aparte lo que me apesta de uno de estos boñigas es que el tipo tira todas las colillas de cigarros al agua… que se cree… Cuando anuncié que quedaban 3 canciones una pareja de valencianos recordó que Nino Bravo era de su ciudad y pidieron “Un beso y una flor”. Me la canté entera. Cuando mis amigos me despidieron, horas antes de tomar el avión hacia Magallanes, en un karaoke de Bellavista me dedicaron esta canción. Entonces había dormido 8 horas en 3 días y la letra de esa canción me despertó y me llegó hasta las tripas.

Día 34

Mi compañero es un tanto gruñón. De hecho, él se está haciendo llamar Pitufo gruñón. Se despertó antes de mi celular refunfuñando. Resulta que había quedado un poco abierta la cortina y el sol le pegaba en la cara. Por poco dice “odio el sol”. Hoy en todo el día no hubo ni una nube. Ninguna. El día fue espectacular. El fiordo Calvo era espantosamente bello. Los glaciares se reflejaban como espejo en el agua y el sol sacaba brillo a los témpanos de hielo desperdigados. No hay palabras. Hoy ví lo segundo más lindo que he visto en mi vida. Para mejor no hacía nada de frío, es el primer día desde que estoy acá que no me tengo que poner parka. Mientras grababa en el bote me decía a mi mismo “¡Puta que tenís suerte!”
Edité rápido y en la tarde nos bajamos al glaciar Brujo. Lo curioso es que también lo hizo el capitán y se puso a tomar fotos. En una gritó. “Eh, Esteban, ponte pa’ la foto” a lo que asumí que quería una foto de making off e hice como que grababa. “No me mostrís la popa, déjame sacarte una foto para que le mandes a las chiquillas…” Después de vuelta al barco. De puro porfiado me estoy dejando un chivo para hacer más digno mi indecente bigote. En el comedor me encuentro con la señora que también venía del paseo. Me pongo a conversar con ella, me pregunta por como funciona su cámara de fotos y que tiene tres más, que se la compró en EEUU y bla, bla, bla por como 5 minutos y ni una palabra de mi barba. Es delirante. La vida en Potemkin es delirante. O me voy a hacer más fuerte cuando termine todo o me volveré loco. En la noche tocó muestra de video. El día estaba tan lindo que quedó en 16 minutos. El capitán me preguntó en la cena cuantos minutos tenía y le dije que 15. Le voy a ir devolviendo de a poco los minutos para compensar las veces que lo estiré.

Día 35

Por primera vez en mi estada en Magallanes tuve calor. Hacían 13 grados y durante la caminata hacia el glaciar Bernal se me hicieron más. Es increíble como este glaciar se va derritiendo cada semana y como el paisaje cambia. Ahora se podía caminar hasta unas lagunas que dejaba el derretimiento. El fotógrafo había subido arriba de un cerro e hice una toma en donde rompía la monotonía del gris del cerro y el azul del cielo. Iba caminando cuando me pega un grito desde el cerro y me dice que hay una vista increíble. ¿qué me pasó? ¿cómo no pensé en eso? Estaba puro pensando en volver pronto al barco, grabar el resto del fiordo de las montañas, editar y quedar libre… ¡no! Eso está mal, muy mal… el fotógrafo me recordó que esto se trata de apasionarse por cada toma, de llegar hasta el lugar donde se ve de manera más espectacular. De eso se trata esto… no de cuanto me pagan, o de cuanto dura, sino de cómo se e. Claramente es la primera vez que el venía a este lugar y eso lo tenía alucinado, pero lo cierto es que lleva como 20 años sacando fotos y le sigue apasionando. Verlo trabajar (aparte de aprender un montón de fotografía) me fue una alarma de despertador. En el almuerzo su esposa contó como fue el parto de Pau (su hijo) y como cuando se lo pasaron se lo puso en el pecho y la miró con los ojos abiertísimos como nadie antes la había mirado. Obvio, era lo primero que miraba en su vida. Me di cuenta que en el momento en que deje de abrir los ojos antes de grabar estoy perdido. Me voy pa’ Santiago. Para los pasajeros cada vez que están en los lugares miran por primera vez, tengo que asegurarme que cada vez es diferente. Aunque cueste tengo que ver las cosas por primera vez.
La tarde fue aburrida. Estuve muy preocupado de cuantos dvds vendía. Lo que está muy mal. Los pedidos partieron lentos y como que me achaqué por eso, cuando es la vez que más he vendido hasta ahora (20). Deje haciendo el dvd y salí a cubierta, luego volví a la cabina y aproveché de hacer ejercicio. Al volver los discos estaban listos, así que puro sacarles copia y el trabajo en el crucero 83 estaba terminado.
Fui a arreglarme para la cena del capitán. Me duché relajado y luego me afeité… tenía un par de minutos para llegar todavía cuando me doy cuenta que estoy sangrando un poquito. Luego veo que estoy sangrando un poco más en otra parte… y en otra, en otra y en otra. Me limpio y sigue saliendo la sangra y sigue… el reloj pasaba y cada vez más cerca de las 8:45. Cuando ya estaba controlado me pongo la camisa blanca, hago el nudo de la corbata y al revisarlo en el espejo veo que tengo una mancha roja en el cuello. ¡oh no! Pongo a repasar en mi mente si alguna vez había escuchado de algún remedio casero para sacar la sangre. Tomo un pedazo de confort humedo y lo refriego fuertemente contra el cuello. En vez de sacar la mancha la esparce. Sigo insistiendo y se difumina. Le saco algo de colonia a mi compañero y me pongo a limpiar con eso y consigo que se haga casi imperceptible. Bajé justo a la hora. Al llegar la esposa del fotógrafo (que aparte de ser un amor es muy linda – todas las minas ricas que han pasado por el barco vienen acompañadas) me dice: “mish… que elegancia”. Me acerco a ella y el digo al oído: “Las cosas que uno hace por plata…”. Luego una señora gringa se me acerca y me dice: “your video was gorgeous and so are you” (tu video está precioso y tu también) Estaba en la fila para buscar comida y una viejita gringa con un marcado acento de Queens me dice: “You look beutiful”. Me acerco a Marcelo y le digo “tuviera 50 años menos y la hago pedazos”.
Después vino la fiesta. Suenan las mismas canciones que la semana pasada y la anterior y la anterior. Todo el mundo está feliz y bailan en la pista. Se parece al final de 8 ½. La vida se convierte en una ronda en la que todos nos dejamos llevar por el ritmo y sin importar lo que pase con nosotros damos vueltas y vueltas bailando.
Los españoles jugosos huevearon hasta tarde y me fui a conversar con el barman. Echamos la talla un rato, le estaba preparando unos copetes a la gente de la cocina y me pregunta: ¿te sirvo algo? Tenía en la mano una botella de Johnnie Walker negro y le digo: “De ese, no más” Toma un vaso whiskero y lo llena hasta tres cuartos. Cuando quiera cualquier cosa, me pide no más. Así que así fue mi celebración del fin del cuarto crucero.

La página del fotógrafo es. Las fotos están muuuuuuuuuy buenas!

www.lhuillierphoto.com

Está confirmado. Mañana llega a nuestro barco quien quiere ser el próximo presidente de Chile. Nada más, ni nada menos que Pablo Longueira. Esperen hasta el jueves que viene para saber mis aventuras con el personaje que la tiene corteira.

Friday, October 13, 2006

Cyber parrilla

Día 30 - 2764 millas náuticas

Ayer me desperté a las 6 y media y después de ducharme salí a la cubierta. Estábamos pasando frente a Puerto Natales. El viaje anterior hice lo mismo. Es rico sentire que estas llegando. Además antes de partir em había comprado unas gomitas loop que eran como un premio por haber terminado otro viaje. Durante el desayuno vino la parte más dulce de todo el viaje que es recibir el vil dinero. Entre fotos y dvds sacamos casi mil dólares... claro que un poco menos de 100 nos cayeron a cada uno. Me despedí de la doctora y su familia e intercambiamos mails y teléfnos. Como me cachó agripado me pasó un Trio Val. Me lo tomé al tiro y todo se puso muy loco. En la mañana no hice nada. No tenía nada que hacer, salvo retroceder las cintas.
Los jueves usualmente se hace un almuerzo con toda la tripulación liderada por el capitán. Tocó ccuranto. Me iba a sentar al lado de mi compañero como usualmente el protocolo lo exige. Pero el capitán me dijo: ¡no! No te sientas ahí, sientate al lado de ella. Ella es la Kathy que es una de las secretarias que trabaja en tierra y que es bastante linda. "Bueno, si usted me lo ordena, no tengo ningún problema". Y mi compañero le dijo a ella: "Cuidado, este jote viene de muy lejos". Depsués el capitán me preguntó vino blanco o tinto. "Blanco, por supuesto" - y me sirvió generosamente en una copa. De verdad me esta agarrando cariño el viejo. En la mañana me pregunto cuantos dvds había vendido y encontró que estaba bien la cuota.
El curanto estuvo re' bueno. Los milcaos los hacen rellenos con carne molida y quedan grosos. Hay hartos cabros de la tripulación que son chilotes, así que estaban muy emocionados, aparte que sonaba música de la isla. Después de la cena la Señora se paró para decir que celebraban que su hija mayor cumplía 50 años además de los santos y cumpleaños de otros membros de la tripulación. Dijo: En este trabajo estamso lejos de nestra gente, por lo que nosotros nos convertmos en este tiempo en una familia. "Snif!" Pensé.
El remedio ya me habìa entrado y estaba muy volado y con sueño. Me salté la sobremesa y me pegué una siesta sin despertador. Fue muy agradable. Dormí como dos horas. En la tarde no hice nada y después me vine al pueblo.
La semana de para uno de lso viejos se sorprendìa como todos los jóvenes nos quedabamos tanto rato en el cyber café. Decían que deberían inventar una cyber parrilla donde uno pudiera además almorzar ahí. El cuento es que ayer batí todos los records y me quedé 4 horas. Y me hubiera quedado más sino me echan.
Mañana cumplo un mes por acá.
No tendrán noticias de mi hasta el otro jueves.

Thursday, October 12, 2006

Quizás

Día 24 – tercer viaje
4864 millas náuticas

De nuevo en el mar. Se siente tan bien. Una semana en tierra y ya me estaban saliendo raíces. Me desperté con muchas ganas en la mañana para ir a grabar a Torres del Paine. El día estaba frío con lluvia y mucho viento. A mi me encanta grabar con condiciones adversas, pero lo cierto es que el mal tiempo complica enormemente la pega. De hecho, la gente apenas se bajaba del bus. Cuando llegamos al lago Nordenskjöld la fuerza del viento era tal que no sólo me movía el trípode, sino que me movía a mi. Fue entretenido, pero hay caleta de imágenes que tienen un cierto bamboleo.
De vuelta en el muelle la luz estaba perfecta. Eran las 6 de la tarde y el sol acariciaba el mar dándole toda la fuerza a los colores. Aparte, compensando todas las cagadas que me mandé en la mañana en la tarde anduve prendido. Hice una toma que me encantó, pero creo que al capitán le va a cargar. Igual la voy a poner. A través de un vidrio se ve al piloto Marcelo en el puente de comando en un overshoulder. Sólo su cabeza está nítida. En el tercio superior se reflejan las nubes y en el inferior el mar. Lo que me fascinó es la ambigüedad de la toma. Tienes que mirarla atentamente varios segundos para entender qué es y lo maravilloso es que puedes entender distintas cosas, ya que no se ve claramente qué es reflejo y que está frente al lente. Luego que el barco zarpa pasa frente a Puerto Natales y desde ahí queda media hora de señal de celular. Toda la tripulación empieza a llamar a sus casas y a sus piernas (así es como se llama a las esposas / pololas / parejas en el barco). Es un momento triste. Estamos todos pegados al teléfono tratando de decirlas las últimas palabras a nuestra gente en cinco días. Ese momento es el último contacto que tenemos con la realidad.
De ahí me puse a conversar con unos gringos. Un doctor de Chicago (nop, nada que ver con E.R) contó su experiencia en Vietnam. Lo reclutaron recién salido de la universidad y lo tenían en un barco que no tenía equipamiento médico, por lo que cuando llegaba un herido su pega era derivarlo a un hospital en tierra. Contó toda la desorganización y estupidez gringa en la indochina durante los cinco meses que estuvo ahí en 1969. Posteriormente hablamos de política internacional gringa. Ellos eran muy anti – bush, así que fue entretenido. Me preguntaron por Bolivia y Venezuela y me mandé un speech como analista internacional. Me dio la impresión que se compraron mis mentiras (ir a periodismo internacional no fue una pérdida de tiempo).

Día 25

Lo mejor que llegó en este crucero es la doctora. Aparte de ser simpática, es muy bonita. No es exuberantemente rica, sino que piolamente muy agradable para la vista (supongo que también para los otros sentidos); aparte es joven (como 30 años). Anda con su cabra chica que es muy tierna y, lamentablemente, con su esposo / pareja o novio. Es muy cuática su historia porque es de Arica, estudió en Santiago en la Chile y ahora está viviendo en Punta Arenas porque su pareja es geólogo y trabaja en la ENAP. Conversamos en el desayuno y un rato frente al glaciar Amalia. Quiero hacerme amigo de ella para así tener donde llegar en Punta Arenas. Lo que si tengo que calibrar es ser amistoso y no jote (por más que ella merezca ser joteada), ya que en ese caso su pareja no me dejará acercarme a 100 metros a la redonda.
Las condiciones para grabar eran pésimas. En un punto empezó a granizar. El contraste del cielo con el brillo de los glaciares hacía que controlar la exposición fuese una constante apuesta… y el viento que había… ¡ufff que había viento! En el puente me puse a conversar con Marcelo y le pregunté cual era el mayor viento con el que había navegado en este barco. Como 55 nudos – contestó. Al rato voy al indicador del anemómetro y veo 60 nudos. Esos son más de 100 km/h. De hecho, hoy es la primera vez que siento que el barco se menea de a de veraz. En eso llegó el capitán y empezó a conversar del libro que estaba leyendo en el cual una periodista demostraba que la virgen María no era virgen. Que posiblemente Jesús era un extraterrestre e, insistía que Darwin era un copión. Es curioso, pero uno dice algo cuando él está hablando, te mira dos segundos y después sigue con lo que estaba. Es un gran monologador. Al rato partió a su cabina y volvió con el libro y nos leyó una cita. No me acuerdo exactamente, pero decía que en relación a Jesús y María la única certeza que tenemos es el quizás. Que el quizás, en el fondo, era lo que estaba en todos los momentos de nuestra vida. Me pareció una gran cita. Después el capitán nos vio y dijo: “¡Ya!, tómense el pisco sour, sino se va a perder!. Así que obligado a tomar. Le estoy agarrando cariño al viejo. Es imposible no hacerlo… y bueno, así es como ha construido su fortuna.
Después de la cena iba rumbo a la cabina y al pasar por la cocina veo que hay tres tipos pegados mirando al comedor. “¡Uhhh, que rica la doctorcita!” – me comenta Suazo. Para quebrarme le doy toda la info que tengo sobre ella y reflexiono: Esta semana vamos a caer todos enfermos (los doctores rotan cada semana).
En la tarde edité rápido y me arranqué a la cabina para una siesta de 20 minutos. Me quedé dormido de inmediato. Soñé que estaba en la U y me encontraba con amigos. Me acuerdo de la Fla-k, la Evelyn y la Mari. Una de ellas me dice: Eres un fantasma, tu tienes que estar navegando ahora. Luego vamos a una parte del campus Juan Gómez Millas que tiene un muelle en el que estaba atracado mi barco y nos ponemos a carretear en la popa. También estaban los cabros que trabajan de camareros. En eso, ya curados, ellos corren unas tablas y se caen al agua. Yo no sé si correr a avisar que hay hombre al agua o tratar de ayudarlos para que pase piola y no se los caguen. En eso escucho una alarma ensordecedora y me despierto. Faltaba un par de minutos para que sonara el celular. La alarma que me despertó sólo estuvo en el sueño.

Día 26

Los días siguen siendo muy largos. Por ejemplo, me estaba quedando dormido editando y fui a la cabina a una siesta. Como estaba apurado sólo podía dormir 10 minutos. Al sonar la alarma del celular pensé que era otro día, pero no; sólo habían pasado algunos minutos.
En la mañana hacía mucho frío. Hoy tocó paseo en bote al glaciar Pio XI. Mi compañero me pidió que él empezara grabando y yo tomando fotos. Cuando me pasó la cámara mis dedos se empezaron a poner rojos y luego azules. Del glaciar caía un viento gélido. Llegó a ser tanto que cuando tomé la cámara del mango para hacer una toma a ras de agua me costó pescarla. Estaba perdiendo sensibilidad en las manos. Lo mejor de la mañana es que cayó tremendo pedazo de glaciar frente a nosotros y lo agarré con un encuadre decente.
El otro día estaba pensando que una de mis opciones para el próximo año era postular a una beca y estudiar afuera, pero me estoy dando cuenta que aún en Londres o en USC era imposible que aprendiera más que acá. Bueno, de audiovisual no aprenderé mucho, pero creo que he aprendido mucho de la vida. Hoy me sorprendió el desarrollo que ha tenido mi instinto de supervivencia. Ayer, dije, me tengo que hacer amigo de la doctora y su esposo (si están casados – en realidad ella no es tan rica, pero es muy tierna y a uno le dan ganas de regalonear con ella y eso es justo lo que necesito aquí y ahora) para tener donde llegar en Punta Arenas. De vuelta en el barco me puse a conversar con Álvaro y, sin que se lo preguntara, me dijo que intercambiáramos datos para que nos juntáramos cuando fuera a la capital de la XII región.
En la tarde edité y al preparar las cosas para el desembarco en Puerto Edén me encontré con la Señora. “Mijito, se lo voy a decir una vez no más, usted se va a tener que afeitar porque no puede andar así (así es con una barba de candado). Quedé marcando ocupado. Mi compañero me miró y dijo: “Don’t take it too serious”. Al rato después me comentó “Admiro tu capacidad para contener la rabia”. “lo sé… me hace pésimo” ¡Maldición! Tienen el control sobre tu vida, completo control sobre tu vida-. Aparte de tratar de tener algo de estilo (lo que es muy difícil teniendo que usar camisas en tonos pasteles) yo odio afeitarme. No lo hacía hace 3 años. Además lo hago muy mal y termino entero cortado. Este tipo de vello facial me salvaba de afeitarme en dos lugares particularmente críticos.
En Puerto Edén iba con la mierda ardiendo, como dice mi padre. Mi compañero me dijo: “Anda a hablar con el jefe” (todos le dicen jefe, pero a mi me da no sé que y le digo capitán). Si, apenas vuelva al barco hablo con él – pensé - y como me está agarrando buena, lo puede dejar pasar. Después recordé la materia de Relaciones Internacionales (¡wow! Esta semana me he sorprendido porque parece que la universidad fue útil) y apliqué los escenarios prospectivos para los cursos de acción:
1.- Estilo Esteban: No le digo nada a nadie y sigo igual
Pro: puede pasar piola
Contra: la vieja me va a odiar y puede hacer escándalo.
2.- Estilo sumiso: Quedarme callado y afeitarme
Pro: la vieja no me huevea
Contra: Voy a estar una semana echando chuchadas
3.- Que el capitán decida. Parece la más lógica
Pro: Captain’s word is law. Si gano, gano. Si pierdo es palabra de Dios.
Contra: Si el capitán revierte la medida de la Señora, la vieja me odiara por siempre.
Caminar me hizo muy bien. Principalmente para darme cuenta que tengo que pelear las peleas que valgan la pena y no dejar que las nimiedades me afecten. A mi se me pasa la rabia rápido. Además, escribir y saber que me leen es como abrir una puerta a mi mundo y eso me alivia enormemente. Así que decidí por la opción 2, pero con variante. Me dejaré un bigote indecente.
Al volver a editar sentía que el material no estaba bueno y que la gente no iba a enganchar con el video en la muestra. Sin embargo gustó mucho. Especialmente a un Hondureño y a un grupo de brasileros. Estos me dijeron: “Voce e melhor que Coppola” y que merecía el Oscar a mejor fotografía (para los registros estaban bien arriba de la pelotiña). Ante eso sólo pude concluir que no soy un muy buen camarógrafo, pero monto muuuuuuuuuy bien. (ja!, eso querría).

Día 27

Me resfrié. Había propuesto no hacerlo, pero ayer el frío fue demasiado. Este año no me había enfermado nunca y una vez pasado agosto me dije: “Este año saldrás invicto, ya pasó el invierno”. Pero no señor, llegué a las tierras del invierno eterno. En la mañana me afeité la polémica barba y me dejé un bigote que se francamente grotesco (me pongo lentes y parece de esas máscaras de sorpresa de cabro chico). El fiordo Calvo estaba tan hermoso como siempre. En la cabina del bote se discutió ampliamente sobre el incidente de mi vello facial. Decían que estaba mal y que debía habérmelo dejado. Que la señora estaba midiendo fuerzas conmigo y quería ver si me podía mandar. Yo argumentaba que no quería atados por cosas chicas. Después de todo mi situación laboral es un tanto precaria. Todavía no firmo contrato, no tengo seguro de ningún tipo y si al capitán se le ocurre me puede dejar botado en la mierda del mundo. Es decir, soy un Derrick Miller cualquiera. De hecho, uno de los alivios al recibir mi primer sueldo es que ahora tengo plata para poder volver a Santiago.
Después de grabar me puse a conversar con un Hondureño. El tipo es muy buena onda, es profesor universitario y su hijo estudia animación digital en EEUU. Me dio buenos consejos para la vida; como que esté un par de temporadas y ahorre, pero que no me haga adicto a la plata y que por eso me quedé más años acá. Que después haga un posgrado y no tema en endeudarme, porque después me traerá réditos. Me dijo que le gustó mucho el video y que le alegra que el capitán reconozca mi trabajo. ¿Aló? Hello? I beg your pardon? “En la mañana le comenté al capitán de tu video y me dijo, si Esteban hace muy buenas filmaciones…” Lo divertido es que el capitán sólo vio el pedazo del primer video y lo encontró pésimo. Ese comentario al big boss me cae muy bien, muy bien. ¡Grande Honduras! Siempre voy a tener un especial aprecio por este país.
En el almuerzo me empecé a sentir como las pelotas. Dormí siesta con despertador, pero se me pasó el reloj. Por suerte alcancé a editar. En estado zombie, pero editar. En la tarde fui a un lugar increíble, pero la verdad que no me siento como para escribir más… ¡fucking resfrío!

Día 28

Desperté un poco mejor, lo único que quería es que hubiera buen tiempo. Miré desde mi cabina al fiordo de las montañas y estaba lloviendo. Así que ponerle el condón a la cámara (así es como llamamos al recubrimiento para que no se moje) y salir en el bote. Por suerte apenas tocamos tierra y caminábamos hacia el glaciar Bernal dejó de llover y empezó a salir un poquito del sol. Eso me alivió un poco, pero estaba chato. Quería quedarme en cama, no tener que grabar nada. Pero no se puede. Una vez que volvíamos del glaciar se largó a llover en serio. Para peor cuando llegamos al bote a este se le había echado a perder el motor y tuve que estar su buen rato mojándome hasta que llegara el bote de repuesto. De ahí a grabar un poco más del trayecto en el barco, almorzar y ponerse a editar.
Por suerte la pude hacer muy corta y a las 3 de la tarde estaba listo. Es decir, el computador tenía que trabajar codificando los dvd’s. En eso salgo de la oficina y veo que salió el sol y que hay un día precioso. Salgo a cubierta y deben haber hecho sus 12 grados. Poco viento y cielos tan azules como podrían ser. Como no había ningún pasajero, me subí en un pontón y me recosté a ver el cielo. Al rato nos acercamos al paso Kirke. Esa es la indicación de que casi llegamos. Es una angostura de unos 80 metros que después se abre hacia un canal mucho más amplio. Respiré hondo y tomé conciencia donde estaba y la belleza que me rodeaba. Ahí me di cuenta que estaba tan lejos de mi vida.
Al volver a la oficina los dvd’s estaban listos y había que sacar las copias. El proceso de vender tiene una dimensión estresante y una maravillosa. Es estresante porque me di cuenta que yo les importo en función de que venda videos. Sino vendo suficientes, probablemente busquen a otros. Por otro lado, cada video vendido conlleva una comisión y ver cuando llegan los pedidos y se van acumulando es maravilloso. Yo había pronosticado 12 dvd’s para el viaje. A las 4 de la tarde habían 11 pedidos. Después que bajé me encontré con otro y después llegaron dos gringos que pedían más. Para antes de la cena tenía otros 3 pedidos para completar 17. Tenía razón el hondureño, el dinero es adictivo. Como todas las cosas adictivas te generan una sensación de placer inmensa, pero al largo plazo consecuencias nefastas. Me di cuenta que mi percepción de la vida siempre era cualitativa. Mis desafíos estaban enfocados al cómo. Cómo cuento esa historia, cómo puedo pasarlo bien con mis amigos, cómo puedo ser feliz. Ahora estoy en una estructura que todos es cuánto: cuántos minutos dura, cuántas ventas hiciste, cuántas temporadas llevas. Creo que ese ha sido uno de los mayores quiebres epistémicos a los que me he tenido que enfrentar.
Posteriormente a arreglarse para la cena del capitán. El capitán suele dar speeches para todos los pasajeros. Algunos en los que dice cosas ciertas, pero otros fuera de contexto e incluso delirantes. En la despedida de los pasajeros comenzó hablando de lo maravilloso de la Patagonia, de los recursos que tiene y como en 30 años más se va a instalar en esos canales el alimento del futuro: el salmón. Y habló como 5 minutos de los beneficios que trae el salmón y que ésta será la comida del futuro. Si el señor tuviera algo de visión de futuro entendería que en el momento en que se llene de salmoneras estos fiordos que contaminan como ya lo hacen en Chiloé, su negocio de navegar por territorios prístinos se le va a terminar (traten de ver el documental “Ovas de Oro” ahí explican bien el cuento – ese nos ganó en el festival de Valparaíso).
Después la cena, tan grotesca como siempre. Nuevamente comí sanamente. Sólo carnes blancas: ostiones y centollas. El capitán empezó a reclamar contra el pronóstico del tiempo. “¡No tienen idea! El pronóstico de hoy era una basura, ¿cierto Marcelo?”. El piloto Marcelo contesta “Si, si.” Le pregunto a Marcelo que decía el pronóstico: “Ni lo vi”. Con mi compañero nos cagamos de la risa. Y bueno, esa es la forma de lidiar con el capitán. Es igual que un tempano. Es mejor pasar por su lado que chocar con él e intentar romperlo.” Después de la cena vino el baile. Yo estaba con un ojo mirando hacia la pista de baile, con otro viendo el final del partido de Chile y con otro copiando dvd’s. En una mi compañero se tira una canción que me llevó a otro lugar. No me acuerdo del nombre, ni quien la canta, pero se la letra dice “no tiene talento, pero es buena moza”. Inmediatamente me acordé de Oñoico. Lo divertido es que la oficina tiene un cierto parecido con la sala de radio de Oñoico a donde fui a trabajos voluntarios el 2002 y el 2003. La primera vez anduve con una niña que se llamaba Orietta. A mi me carga bailar, pero parece que yo le caí en gracia y bailábamos todas las noches. Ella bailaba muy bien y al final de los trabajos mejoré bastante. Era bonita, tenía unos ojazos cafés tremendos. Fue curioso, porque sólo el último día nos dimos un beso (lamentablemente nada más) y, aunque nos gustábamos, no nos vimos nunca más. Me pareció tan extraño sentir una reacción entre el lugar más precario el que he estado y, probablemente, el más sofisticado. Pero la canción era la misma y me llevó a acordarme de Oñoico y ponerme a pensar ¿qué será de ella? A toda esta gente con los que pasé una semana tampoco la volveré a ver nunca más en mi vida.
Después se apagaron las luces. Con mi compañero fuimos al bar y tránfugamente le pedimos al barman que nos hiciera una ron cola. Subimos al bar de popa y nos pusimos a ver Mea Culpa. Otro viaje que termina bien. Quedan cerca de 25.

Thursday, October 05, 2006

Tránfugas

Día 22 - 4132 millas náuticas

Anoche después del cyber fui a un local a ver el partido de Colo Colo contra Liga Deportiva Alajuense. El lance prometía emoción. Me junte con la gente del barco y comprobé empíricamente que cuando la canción dice: "Cantemos todos de Arica a Magallanes" la parte de Magallanes es completamente cierta. Colo Colo ganó rotundamente al equipucho costarricence. Como andaba con poca money me tomé sólo un schop, pero mis compañeros quedaron prendidos con el triunfo y querían seguir. Uno dijo: Tengo una botella del ron en el barco. Mi compañero dijo: Yo también. Así que tomamos el taxi, paramos en una botillería a comprar coca colas y emprendimos rumbo al muelle. Supuestamente hay una estricta ley seca cuando el barco está atracado. De hecho, se hacen turnos para hacer guardias y detectar cualquier anomalía. Por eso mi compañero me dijo. Esconde las botellas y anda al bar de proa piola. Yo voy a buscar una botella y otro fue a buscar los vasos.
Hace un tiempo una casi pseudo polola me decía: ¿No te da verguenza tener dar explicaciones por no llegar a tu casa a los 24 años? Yo me encongía de hombros y era mi forma de contestar así son las cosas. Bueno, ahora me parece muy, pero muy extraño tener que tomar a escondidas a los 25 años en el lugar en el que estoy viviendo. Al rato nos encontramos todos, prendimos la tele para tener algo de luz y sin elevar la voz empezamos a hacer las ronas.
Los cabros fueron muy buena onda y me dieron la bienvenida al lado B del barco: "Acá somos todos tránfugas y medios corruptos" dijo mi compañero mientras empinábamos la primera ron cola. Empecé haciendo las preguntas que no había hecho: que pasa si apareces curado después de la hora de llegada. Probablemente te echen. Y si me sale algo con una señorita. Bueno, en ese caso hay que llamar en la noche y avisar que uno no va a llegar. Es mejor aparecerse a las 8 de la mañana que llegar a las 6.
Hay un tipo de Ancud que es muy buena onda. Siempre habla de "la cosa loca" para referirse al carrete y cuando la gente da jugo y se queda pegada dice que "anda con el loop". Ayer empezó a contar de su experiencia con "la señora" y que en su primer viaje el también tuvo un incidente con el postre. Pero se lo tomó a peor y dijo: cuando llegué a puerto vuelvo pa' Chiloé. Al final no lo hizo. Es increible que le digan "la señora" igual que la difunta alcaldesa de Andacollo. Ambas eran muy autoritarias y ambas eran unas viajas culias.
Después me contaron historias curiosas de los cruceros. La primera es una linda historia de amor en que un pilioto se enamoró de una pasajera y se arrancaban a su cabina durante el viaje. El no hablaba inglés, ella nada de español. Después del viaje se hablaban por teléfono y mi compañero les traducía. Actualemente viven en Denver. La otra noe s tan roméntica. Una vez un pasajero gringo arriba de la pelota se paseo por el comedor ofreciendo 500 dólares a quien compartiera la noche con el. Un barman que no está en la institución aceptó sigilosamente la propuesta y abandonó la cabina a eso de las 5 de la mañana con plata y dolores en lugares que, quizás, nunca antes había sentido. La conclusión fue que maricones sobran, lo que falta es plata.
Cuando me dieron ganas de mear no podía ir a mi cabina. Los setenta metros que la separaban me hacían una presa fácil para la guardia. Así que abrimos la puerta a la proa y evacuamos hacia el Seno de Última Esperanza.
De ahí conversamos de la vida y como era la idea de todos en algún punto salir de la empresa e independizarse. Sin embargo todos los que por algún momento habían salido volvían magnéticamente a navegar con el capitán. Hablamos de la vida harto rato hasta que era demasiado el jugo. Me dormí sin escuchar los ronquidos de mi compañero. Me desperté a las 7. Nuevamente agua fría, pero esta vez ni hice el intento. Tenía los ojos rojísimos, por suerte tenía Cladimir. Es milagroso. A las 8 tomando desayuno con Marcelo quien es el encargado de velar por la disciplina. Creo que pasé piola.

No escribo nada hasta el próximo jueves... quiero puro volver a la mar

Wednesday, October 04, 2006

El gran pez

Día 21 - 4132 millas náuticas

Ayer se armó otra pichanga en el gimnasio de Puerto Natales. Es rara la forma en que juegan. Nuestro equipo tiene dos jugadores buenos que juegan adelante y dos malos que defienden (yo estoy entre los últimos, por supuesto). La estrategia consiste en que los buenos tomen la pelota se traten de pasar a todo. La mayoría de las veces chocan. Un par de veces me involucré en ataque y haciendo un par de toques cambió la dinámica del juego e hicimos un par de goles.
El día de ayer había estado espectacular. Mucho sol. Sin embargo cuando salí del cyber café con la intención de caminar hasta el barco me encontré con una nube de tierra empujada por un viento terrible. Traté de caminar una cuadra y para entonces aparte del aire que me impedía caminar se puso a llover. Cruce la cuadra y tomé un taxi.
Hoy día nuevamente no había agua fría, pero ni hice el intento por bañarme. Hoy día si que no tenía nada que hacer salvo dejar copiando dvd's. Ni siquiera hicieron simulacro. Por suerte tipo 10 de la mañana se me ocurrió hacer unas animaciones para incluir en los videos. Como no se usar el programa para hacer animaciones, las iba a hacer cuadro por cuadro en photoshop y después las exportaba a Final Cut. Era un proceso muy lento, pero que me parecía genial porque me podía demorar todo el día y quizás un poco más. Para mi decepción terminé a las 3 de la tarde.
En ese rato me puse a ver el Gran Pez. Me gustó, pero no la encontré increiblemente buena como me habían comentado. Es como un Forrest Gump cruzado con realismo mágico. Es divertido que las dos transcurran en Alabama. Debe haber algo especial en ese lugar. Parece que tendré que ir uno de estos días por allá.
Luego que terminó mi "jornada laboral" dieron el agua caliente por 45 minutos y me pude duchar. Me vine caminando al centro con la intención de ver el partido del Colo. Necesitaba sacar plata del banco, ya que fui demasiado optimista con lo que deposité con las ganancias de la seman pasada y me faltó algo de plata (Puerto Natales es caro). llegué al banco estado, busqué y busqué dentro de mi billetera y tarjeta no estaba. No estaba... Me senté y di vuelta toda mi billetera en una cuneta frente a la Plaza de Natales. La última vez que la usé fue en el aeropuerto de Punta Arenas sacando plata para comprar el traje. ¡maldición! Me dio (da, porque fue hace 20 minutos) mucha rabia. Es la segunda vez que la pierdo en el año y las dos ocurrieron fuera de Santiago. Cagué no mas... obligado a tomarme sólo una chela y caminar de vuelta.

Tuesday, October 03, 2006

Anclado

Día 20 - 4132 millas náuticas

Ayer después de la pichanga que jugamos cada uno partió para su lado. Me quedé sólo en medio de Puerto Natales. Fue perturbador. Tome conciencia de en donde estaba. Estoy a la chucha del mundo y no tengo a nadie de mi equipo. La gente del barco es muy buena onda, pero todavía no son mi gente. Me puse a caminar por las calles del pueblo sintiendo que los natalinos me miraban como a un forastero. Soy un forastero.
Después de salir del cyber y partir caminado para el barco saqué el teléfono y empecé a llamar a Santiago. Acá toda la gente se extraña mucho que sea de Santiago. No es que me miren con odio como justificadamente discriminan a los capitalinos en provincia. No, acá me miran con cara de ¿por qué chucha te viniste a meter acá?
Quiero partir... quiero puro partir. Hoy me desperté y nuevamente no había agua caliente. Ayer había jugado una pichanga así que obligado a bañarme. Uffffff, lo que no mata te hace más fuerte. Después conocer los elementos de seguridad del barco. Al capitán le dio la paranoia que le robaban las películas, así que llamó de Santiago diciendo que le saquemos copia a todas, le dejemos a él los originales y nosotros pasar las copias... asíq ue copiando dvd's.
Vi un pedazo del Gran Pez mientras el copmputador trabajaba. Se ve muy buena, espero terminar de verla en la noche.
También se corrió el rumor de que Longueira vendrìa a un crucero en unas semanas más. Eso si que serìa horrible. Ojalá que no ocurra. Así si que me sentirìa vendido poniéndole caritas y por mis adentros diciendo: ¡facho chuchasumadre!. Pero el Capitán dijo el otro día que Lagos vendría en diciembre, así que ahí se compensa.

Monday, October 02, 2006

Zafarrancho

Día 19 - 4132 millas náuticas
(todavía en tierra)

Ayer pude ver por primera vez noticias desde que estoy. Acá. Me sirvió para darme cuenta que no había pasado nada. También me asustó ver el informe del tiempo. Para Puerto Natales daban una mínima de -3 y máxima de 8 grados. Y hoy hizo calor, fácilmente deben haber hecho unos 15 ó 16 grados. De hecho, cuando salí andaba con camisa (sobre unas varias capas de poleras, pero camisa al fin). Hoy no hubo agua caliente, pero decidí no ducharme. Después del desayuno llegué a la terrible conclusión de que no tenía nada que hacer. Apenas me siento en la oficina para hacer algo me llama el piloto hasta el puente (el piloto es el segundo abordo después del capitán, maneja el barco cuando no esta éste y es el encargado de velar por la disciplina - el puente es el lugar desde donde se maneja el barco). ¿qué cagada me mandé? Pensaba mientras subía la escalera al quinto piso del barco. Resulta que no era nada malo, querían mostrarnos los elementos de seguridad y que empezaramos a hacer ensayos de emergencias en el barco. El piloto (que es un tipo muy seco) dijo algo que me tranquilizó: "Lo importante es que, por último, se salven ustedes". Esa es la filosofía que me gusta. Ni ahí con tener que acarrear viejitos cagados cuando me queda casi toda la vida por delante. Habló de muchos términos y muchas cosas que en el momento me hicieron sentido, pero que difícilmente podré recordar en el caso de un zafarrancho que es el nombre que se les da a las emergencias. Por suerte esta semana haremos varias prácticas, así tendré algo que hacer.
Después me puse a hacer un catastro de todos los dvd's que hay en el bote. Una tarea de bibliotecario, fichandolos según género, idioma y duración. Al medio día me arranqué al centro y pude ir al banco, me volví caminando y el día estaba maravilloso. Vi las aguas del Seno de Última Esperanza y me dieron unas ganas de pegarme un chapuzón... lo voy a hacer antes de irme de acá.
Volví a mi oficina a fichar cosas y entra Carlos, uno de los camareros y nos pusimos a conversar. En eso se produce un silencio y me dice: Oye, ¿es cierto que tu mamá es fonoaudióloga? Sip - contesto. ¿y qué tu papá es abogado? Si... ¿y qué vives en Las Condes? Traté de mirarlo con cara de decirle, sí, soy cuico, pero igual quiero trabajar duro y ser amigo de ustedes. Por favor no me separen, aún cuando tienen toda la razón del mundo si es que lo hacer. Pero sólo le di un tímido si. ¿y qué chucha estai haciendo acá si tenís casa y familia allá? Ganar plata - fue lo que le contesté automáticamente. De todos modos no estoy seguro que la respuesta le haya convencido mucho.
En la tarde me decidí a reconectar los cables. Yo creía que el proceso iba a ser un quilombo. Para mi mala suerte me demoré sólo 15 minutos y no un par de horas como pensaba. ¡Maldición! El resto de la tarde a fichar películas. Incluso eso terminé y después me puse a arreglar unas fotos que van en el DVD.
No sé que inventaré para mañana.
Después hubo una pichanga en Natales. Metí mi primer gol. En rigor fue un autogol, aunque igual después pude convertir.

Sunday, October 01, 2006

Fomingo

Día 18 - 4132 millas náuticas

Cuando me dijeronq ue después de dos semanas de navegación tendríamos una semana de para, yo pensé que iba a ser genial. Que iba a estar muy cansado y me serviría para relajarme. Ahora estoy aburridísimo y lo único que quiero es que salir en otro crucero.
Anoche, después del cyber café partí al casino. Perdí todo. En realidad no es mucho, porque juego 2 lucas, pero me dio mucha rabia porque en un punto iba ganando como 10 lucas y en vez de retirarme seguí tirando fichitas. Nunca más voy al casino (bueno... hasta la próxma semana).
Después se suponía que todos se juntaban en los canallas, pero me dijeron que la cosa emepzaba como a las 12. Eran las 11:20 y empecé a deambular por Puerto Natales para hacer hora. No había nadie, era un pueblo fantasma. Me dio lata seguir esperando, así que partí de vuelta al barco. Todavía no sé si es tirar y abrazarse... tengo 7 meses para averiguarlo. La noche estaab muy agradable, aunque estaba un poco cansado. Ayer me di cuenta que fui dos veces y volví desde Natales al terminal del crucero. O sea 4 viajes, a 3km cada uno caminé 12 kilómetros. Ahí tendré por lo muchos que no caminaré durante el crucero.
Hoy como era domingo no había que despertarse temprano. Probablemente sea la única vez que esto ocurra en muuucho tiempo. No creo que antes de marzo haya otra para, por lo que me queda una condena de 200 días seguidos despertándome con el agradable sonido del celular a las 6:56. Pero tampoco fue un gran sueño. Resulta que mi compañero ronca y ronca fuerte. Probablemente no lo había escuchado las otras veces porque estaba raja. Cuando mi hermano roncaba yo lo agarraba a patadas hasta que dejara de hacerlo. El problema es que en un camarote eso no es posible. Así que me tengo que conseguir urgente una varilla para poder hacerlo reaccionar. Porque es muy desagradable. Estaba muerto de sueño y escuchar ese motor andar era una pesadilla. De repente paraba y yo decía... ahora dejó y podré dormir, pero no... seguía.
Me levanté como a las 11:30 y al bajar llegó el capitán a almorzar. Los almuerzos suelen ser a las 12:30 en el barco, pero este se adelantó porque se iba a Santiago. Hubo pollo asado con papas fritas. Le intenté explicar a su señora porque no podían pasar dvd's piratas en el barco, pero ella me decía: ¿y quién inventó esa tontera?. La Sociedad del Derecho de Autor, señora - contesté.
Después vino el Jorge (el cabro de Osorno) a mi oficina porque me había pedido que le grabara mùsica que había en el computador. LE gustaba la música de los 90's, así que armamos un compilado de Roxette, Ace of base, Dr. Alban y Technotronics.
De ahí se armó un partido de ping pong en el galpón. Es entretenido jugar dobles, hace mucho tiempo que no lo hacía. Luego tomé mi cámara de fotos y me vine caminando a Puerto Natales, sólo que varié la ruta y me metí por unas poblaciones. Siempre que ando por una ciudad nueva me gusta hacer eso, meterme por otras calles y ver la vida común fluyendo. Una pichanga, un gato anaranjado y una niña subiéndose y bajando de un resbalín.
Esa ha sido mi vida hasta ahora.