(disculpen las pifias, pero estoy en un computador a leña que no reconoció el formato)
Pueden ver fotos que ilustran todo esto en:
http://www.flickr.com/photos/63568587@N00/Viaje 1 - 3400 millas nauticas
DÌa 3 – madrugada
Llegaron los primeros pasajeros y hubo una asado de cordero. Es excelente. Como la misma comida de los pasajeros y, mientras mantenga la compostura, tambiÈn tomo el mismo copete. AsÌ que tengo 8 meses de copetes ricos y vinos caros todos los dÌas. La cena fue en tierra y el cordero estaba increÌble. Apenas terminÛ pedÌ un taxi y me fui a Puerto Natales. BusquÈ, busquÈ y busquÈ el local de Internet hasta que lo encontrÈ y pude estar conectado hasta que me echaran. Todo se muere temprano en ese pueblo, asÌ que caminÈ su resto. Me habÌan dicho que un grupo de gente del barco iba a ir al casino, pero aunque no me llamÛ nadie encontrÈ como llegar para all·.
La tentaciÛn va a ser muy grande. Si no me controlÛ puede que sea capaz de perder sueldos enteros ahÌ. Igual es re’ chiquitito, pero entrete. Como todavÌa no me han pagado comprÈ 2 lucas en fichas y empecÈ a perder algunas y ganar otras, en eso me cambio de m·quina cuando me encuentro al capit·n mismo jugando en dos tragamonedas. Lo saludos, pero no me pesca para nada. Y sigo tirando fichitas, hasta que una m·quina se rajÛ conmigo y me soltÛ como 5 lucas. Hasta ac· no m·s llego dije, y me fui con una ganancia neta de $4.000. No esta mal para empezar.
El muelle est· a dos kilÛmetros del centro de la capital de la provincia de /ltima Esperanza. En condiciones normales eso debe ser una caminata de 20 minutos. Sin embargo, eso no parecÌa viable. HabÌa un viento de al menos 80 kilÛmetros en contra. HabÌa que pelear por avanzar. Yo siempre he dicho que se me relaja la moral cuando salgo fuera de Santiago y como dijo mi amiga Melissa… ahora que te vas tan lejos si que se te va a relajar. AsÌ que como me gusta hacer weas partÌ caminando. °°Fue increÌble!! El viento me trataba de llevar pero yo me agachaba y seguÌa, seguÌa. No llovÌa, pero la fuerza del aire era tal que acarreaba agua del mar y golpeaba mi rostro. Al poco andar deje atr·s el pueblo y todo estaba oscuro, salvo la luz del barco que se veÌa a lo lejos. Estaba con mi MP3 escuchando Pink Floyd . "Home, home again" escuchaba, mientras pensaba que el viento me podÌa llevar en cualquier momento tal como a Dorothy en el Mago de Oz
DÌa 3
Estoy agotado. Lo pasÈ bien, pero estoy agotado. Es un dÌa y ahora realmente 8 meses me parecen una eternidad. En la maÒana fuimos al tour a Las Torres del Paine. Es hermoso. Una seÒora gringa dijo: "DespuÈs de ver esto no puedo entender como hay gente que piensa que la creaciÛn fue al azar." Le encuentro mucho de razÛn. Me hice amigo de un espaÒol y su novia chilena. Grabar fue extremo. Lluvia, mucho viento, tanto que cuando ponÌa el trÌpode en el suelo se volaba. Teniendo la c·mara en mano pasaba casi lo mismo. Hoy me quedÛ la sensaciÛn que nunca antes habÌa sentido viento. Luego vino el zarpe y grabÈ unas tomas locas dejando atr·s a Puerto Natales. Luego empezar a editar. Espero que despuÈs el proceso sea m·s r·pido. No pude seguir en pie m·s all· de las 11:30. DeberÌa llevar editado 5 minutos y apenas luchaba contra el sueÒo en los 2’ 30". Veamos si maÒana me voy acostumbrando a todo.
DÌa 4
Me despertÈ muerto de frÌo. En alg·n punto de la noche botÈ mi parka que me tapaba del camarote (vivo en un 2do piso) y no pude volver a dormir. Cuando sonÛ el despertador volÈ a la ventana a sacar una foto, ya que est·bamos cerca de un glaciar… pero nada… sÛlo se veÌan nubes y mucha lluvia. Mientras desayun·bamo (otro dÌa dedicarÈ un blog a las comidas… °ufff!) empezaron a aparecer hielitos flotando. SaquÈ la c·mara y subÌ a cubierta . Viento, lluvia, frÌo; yo tratando de cubrir la c·mara con una bolsa de basura mientras encuadraba algo. Nos acerc·bamos cada vez m·s a la masa de hielo. Avanz·bamos sobre cubos de hielo que cada vez se hacÌan m·s densos. Era como navegar sobre caipiriÒa y yo sÛlo peleaba contra la c·mara y las "fuerzas de la naturaleza". Pensando en hacer tal plano, te falta este otro, preocupado del balance de blanco, cuando frente a mi tenÌa una de las cosas m·s preciosas que he visto en mi vida. Bueno, parece que significa que me gusta mi pega. SÛlo cuando revisÈ el material en la editora me di cuenta ante o que me habÌa enfrentado. Sobrecogedor… demasiado, para sentirse absolutamente mÌnimo ante la totalidad a la que nos enfrent·bamos. Ayer estaba bastante complicado porque sentÌa que la pega no andaba, pero en la tarde me peguÈ la ediciÛn y siento que se armaron unas cositas a las que le di mi sello personal propio.
En la cena el capit·n dicta c·tedra de todo; evoluciÛn humana, origen del universo, teologÌa, sosteniendo cada afirmaciÛn en el "yo pensÈ, yo hice, yo dije" Ahora creo que tiene el ego m·s grande que el ocÈano pacÌfico. No creo que sea maÒa persona, pero Èl tiene muchas de las caracterÌsticas que odio en otras personas; soberbia, hablar sin escuchar, mira en menos al resto y… me paga el sueldo. A todos los niÒos del curso de tele que siguen mis aventuras, creo que ya podemos identificar al antagonista de esta historia… a·n cuando el conflicto todavÌa no se desata… estamos en el equilibrio precario.
DÌa 5
Un dÌa antes de saber que existiera esta pega una niÒa del curso de tele me prestÛ una pelÌcula llamada "The Aquatic Life of Steve Zizou" que narra las andanzas de un Jacques Cousteau en decadencia. Dentro de la tripulaciÛn todos usaban un ridÌculo gorrito de lana rojo. En eso me estoy pareciendo, aunque el mÌo no es rojo sino negro y sÛlo cuando no estoy trabajando, ya que tengo que vestir mi ÒoÒo uniforme (las cosas que uno hace por la plata…). En la tripulaciÛn habÌa un brasilero que de la anda sacaba una guitarra y cantaba canciones de Bowie en portuguÈs en la cubierta a cualquier hora. Ayer me di cuenta que la noche no estaba tan frÌa (o que ya me acostumbrÈ – una amiga opinaba que yo tengo una admirable capacidad para adaptarme f·cilmente a las m·s distintas condiciones) y me vine a la popa a escribir. Fue muy relajante; asÌ que hoy lo hago de nuevo mientras navegamos hacia el fiordo Calvo. Hoy fue un dÌa largÌsimo. Me despertÈ temprano y hoy si tuve un glaciar en la ventana de mi cabina. Me duchÈ y desayunÈ lo m·s r·pido para salir a cubierta a grabar el glaciar PÌo XI; el m·s grande de SudamÈrica (en rigor, fuera de un par de glaciares en Argentina son los ·nicos en la regiÛn). Es la primera vez que hay buen tiempo; bajamos en los botes para acercarnos. Hay dos botes para los pasajeros y uno para foto y video. AsÌ que yo le podÌa decir al botero. "Pasa al bote por estribor, v·monos paralelos a ellos por babor" y asÌ tener las mejores tomas posibles. Hoy dÌa si que quedÈ alucinado. Estaba m·s feliz que todos los pasajeros juntos. La belleza es absoluta. Las tonalidades azules e incluso verdes de la pared de glaciares es un universo maravilloso. Me tiraba de guata en la proa del bote para hacer tomas distintas y me decÌa: Esteban, te lo ganaste… no sÈ si te lo mereces, pero te lo ganaste. Es que estar ahÌ rodeado de hielos haciendo lo que m·s me gusta es uno de los momentos m·s felices de mi vida (Es curioso, pero de mi top ten de la vida, ya van como 5 momentos en lo que va corrido de 2006). DespuÈs el barco se quedÛ harto rato frente al glaciar y cada cierto rato habÌan desprendimientos de hielo, pero siempre llegaba tarde con la c·mara, hasta que de repente °kaboom! Se cayÛ el pedazo m·s grande frente al lente. Suerte de principiante dijo mi compaÒero que estuvo como media hora tratando de agarrar uno. En la tarde fuimos a Puerto EdÈn. Al llegar al pueblito me emocionÈ mucho. Se entra por un fiordo lleno de bosques y entre cerros hay una pequeÒa caleta de pescadores. Me dio una pena inmensa llegar en este crucero (y ser parte de Èl) a perturbar un lugar tan simple y bello. Creo que con la naturaleza eso es v·lido, pero con personas es distintas. Aparte el gancho de la visita es que en Pto. EdÈn viven los ·ltimos Kaweskars… (tengo un rollo heavy con eso y mi pega, otro dÌa se los cuento). Fue lindo el paseo; aparte aprovechÈ de caminar un poco despuÈs de tres dÌas a bordo.
Ahora la que se puede convertir en la secciÛn favorita de algunos… pelando a los pasajeros.øse acuerdan que les contÈ que habÌan llegado unas niÒas al crucero? Cuando editaba mi compaÒero mirÛ el monitor y me dijo: "øQuÈ haces cochinÛn?" Dado que yo pegaba un primer plano de esta chica. Ante lo que le contestÈ: "Es lo mejor que hay en el barco". Y no es que no estÈ mal, sino que est· bien, bastante bien. Ella vino con sus padres y 5 hermanos. Mi prejuicio dijo inmediatamente: Son Opus Dei. En realidad no he hablado ni una palabra con ellos, sospecho porque fueron muy bien educados en el concepto que patrones y sirvientes no deben socializar. El asunto es que mi compaÒero programÛ para la tarde pelÌculas y en uno de los tres canales tirÛ "Sexo con Amor" que es una de los dvd’s que est· en la rotaciÛn. A los cinco minutos llega el Pater Familias educadamente molesto a decir que por favor cambien la pelÌcula porque hay menores y chequeo que las otras pelÌculas fueran aptas para todo p·blico. Como es amigo del capit·n le cambiamos la pelÌcula. 30 segundos despuÈs llamÛ desde su cabina su hijo de 16 aÒos reclamando porque cortamos la pelÌcula. °No lo pudimos creer! Pobre cabro chico, lo tienen completamente coartado y ni siquiera le dejan ver una pelÌcula para mayores. øAcaso el viejo piensa que Èl no tiene vida? øQuÈ no ve tele en las casas de sus amigos? Uffff, pensÈ que ese tipo de gente no existÌa.
Bueno, el resto del dÌa ha sido editar, editar y editar. MaÒana tengo que mostrar un avance para que los pasajeros piquen y compren. En todo caso creo que est· quedando bueno. M·s que vender harto (y por lo tanto quedarme con harta comisiÛn) me interesa que quede lo suficientemente bueno que yo sienta que vale las 15 lucas que se cobra.
(Mientras escribo esto me acordÈ que hoy es 18).
DÌa 6
Nos bajamos temprano en un barco secundario al fiordo Calvo. El mar estaba lleno de trozos de hielo y nos intern·bamos en canales cada vez m·s estrechos. El agua era un espejo interrumpido por los hielos que flotaban aleatoriamente entre las aguas que reflejaban bosques de lenga y glaciales que caen desde los cerros. Era maravilloso hoy anduve sumamente inspirado. SerÌa un imbÈcil si no lo hubiese estado. Es que es tan f·cil, sÛlo poner rec a la c·mara y retratar los colores, las texturas, el ambiente… todo. AhÌ fue cuando sacaron un bloque del hielo del fiordo y repartieron el whisky. Yo estaba terminando de grabar la situaciÛn cuando un mozo me dice: "øSe sirve un trago?" Bueno ya… y le indiquÈ cel Johny Walker negro. Mi padre al ver gente en el folleto tomando whisky con hielos milenarios me dijo: "Eso debe ser bueno". °Es muy, muy bueno! AsÌ que me lo pasÈ tomando y platicando con las chicas mexicanas. En eso el barco empieza a navegar por lugares con cada vez m·s y hielo y no svemos rodeados completamente por una capa de escarcha de 15 cm. Cada vez costaba m·s pasar hasta que el piloto tuvo que poner marcha atr·s y retroceder para tomar vuelo y romper el hielo. Era alucinante, tal como estar en una pelÌcula; ver todo blanco y el barco ahÌ. Es probablemente lo m·s bello que he visto en mi vida.
En la noche habÌa presentaciÛn del video, asÌ que me puse a editar muy fuerte y por suerte para las 19:30 ya estaba listo el avance. Me aliviÛ mucho que no haya habido ning·n drama tÈcnico. Una de las cosas en las que tuve que mentir para conseguir la pega (la otra era que esto me interesaba quedarme varios aÒos) era que yo sabÌa mucho de conexiones, configuraciones y cosas asÌ. Algo he aprendido por ahÌ, pero hay ciertos tipos de problemas que no sÈ como solucionar y quedarÌa la cag· si es que ocurren arriba del bote.
Ahhh, hoy me ganÈ el primer reto de la pega. Resulta que el mismo niÒo de la familia Opus Dei preguntÛ que pelÌcula Ìbamos a pasar. Le dije que ahÌ estaban los Dvd’s y que eligiera. El niÒo (tiene 16 aÒos, tampoco es niÒo-niÒo) quiso ver el Chacotero Sentimental. øCÛmo impedirle a alguien de 16 aÒos que vea un par de gomas?- me dije y se la puse sintiendo que habÌa hecho la buena acciÛn del dÌa. A los 5 minutos llega mi compaÒero a parar el DVD y retarme por mi decisiÛn. TenÌa toda la razÛn del mundo, estaba advertido que no podÌa hacer eso, pero no puede decirle que no al niÒo para tratar de sacarlo un poquito de las garras del Opus Dei. AsÌ que agachar el moÒo, aceptar la tunda por haberme arrancado con los tarros. DespuÈs de comida pasaban el video. El capit·n hizo una introducciÛn diciendo que Èl habÌa traÌdo los primeros equipos de TV en color a Chile; antes que los canales de tele y que tenÌan un nuevo camarÛgrafo y si el video no les gustaba me tiraban por la borda.
1.- Me carga que digan que soy camarÛgrafo
2.- Eso es m·s presiÛn que dar algo en el Hoyts.
Luego se dirige a mi y me pregunta: øcu·ntos minutos tenemos? 36, contestÈ. °Muy poco! – dice ante todo el mundo, deberÌas tener 45. Luego pasamos a ver mi "obra". Ok, el video es una lata, tratÈ de trabajar algo de estructura, pero los recursos narrativos disponibles son muy pocos. Los paisajes son maravillosos, pero a los 5 minutos incluso los paisajes m·s bellos del universo (y deben ser estos) cansan. A la galucha no le desagrado (salvÛ gente que querÌa salir m·s), pero despuÈs le preguntÈ a mi compaÒero que lo vio junto al capit·n: øQuÈ le pareciÛ al big boss?" "°Te lo destrozÛ!" fue su lapidaria respuesta. Tomas muy largas que no dicen nada, muchos planos cerrados, pocos planos generales. Est· bien, lo sÈ es aburrido, pero por un asunto de formato. Si le pudiera sacar 10 minutos quedarÌa algo decente; pero tiene que durar 50 minutos y ese tiempo en una tele sin que nadie hable es mucho.
Me siento un poco podrido ahora que escribo esto en la popa. Siento que este viaje ser· durÌsimo para mi ego y tendrÈ que aprender a ser muy humilde en el ·rea que no tengo nada de humilde (el audiovisual). Pero yo creo saber de ese lenguaje, creo poder leer y escribir fluidamente en ese lenguaje; creo haberlo aplicado, creo haber usado la escala de planos como lo indica el manual, tratÈ de aplicar el montaje mÈtrico intentando trabajar ago de ambiente y armar una estructura donde el protagonista es el barco y el antagonista la naturaleza que le impide moverse. Bueno, para el capit·n eso no es asÌ y, como dice un grabado en su oficina "Captain’s word is law." Si para mi esto fuera una pega serÌa f·cil, pero me he dado cuenta que para jam·s un trabajo que me interese podr· ser solo una pega.
Bien hueÛn de mi parte, porque me las sufro todas. Puse el despertador a las 6 de la maÒana para ver si puedo arreglar el quilombo en el Final Cut y esperar para que el capit·n me diga "in my face" lo que piensa del video.
DÌa 7
DormÌ profundo. SoÒÈ por primera vez desde que estoy en el barco. EscuchÈ el despertador y empecÈ a buscar el interruptor a mi derecha, pero chocaba insistentemente contra una pared. Yo seguÌa buscando el interruptor que est· al lado de mi cama sobre la cabeza de BenjamÌn… °Hey! No estoy en mi casa – me dije y luego de un par de vueltas saltÈ al camarote. Me duchÈ y partÌ al Final Cut. ApretÈ un poco la ediciÛn y creo que quedÛ m·s a gusto del jefe m·ximo. En la maÒana entramos al fiordo de las montaÒas. HabÌa nevado los dos dÌas anteriores. El paseo consistÌa en bajar a tocar el glaciar, sin embargo habÌa 30 cm de nieve. De todos modos nos bajamos. El espect·culo era magnÌfico. Si con los glaciares eran los tonos azules los que dominaban el espectro de colores, ac· eran los blancos y los grises de las lagunas congeladas. Todo derivÛ en una guerra de nieve a la que no puede entrar, ya que andaba con la c·mara. DespuÈs echÈ a andar el computador y fue la cena. Las comidas son groseras. Ya debo llevar varios kilos de m·s y en un punto me dije que me tranquilizara, pero despuÈs me dije: Este va a ser el crucero en que vas como pasajero, come de todo y partiendo del prÛximo te poner estricto. En la maÒana habÌa comida italiana. Por primera ver algo tranquilo, sus fetuccinis, Òoquis, lasaÒas con varias salsas. En eso llega un mozo con pizza ofreciendo pedazos en cada mesa… Era pizza de centolla.. °conchesumadre! Hasta a la pizza le ponen centolla, me pareciÛ casi pornogr·fico. En todo caso es re’ buena. En la tarde terminar de editar y hacer el dvd. Yo nunca habÌa usado se programa, asÌ que fue un alivio que todo saliera bien, igual m·s tarde de lo planeado, pero saliÛ.
El trayecto que realiza el crucero se podrÌa hacer perfectamente en 3 dÌas, sin embargo se para en distintas partes y a veces en la noche se ancla para llegar a los lugares espectaculares a la hora. Anoche el capit·n dijo que querÌa llegar antes a Puerto Natales, le metiÛ chala y est·bamos atracando a las 20:00hrs. Como tuve seÒal de celular llamÈ a mi casa y conversÈ un rato. DespuÈs me tenÌa que arreglar para la cena del capit·n, con el traje que habÌa comprado en Puerto Natales. Me di cuenta que el traje est· piola, pero la chaqueta tiene unos botones muy, pero muy feos. Y son hartos, asÌ que tuve que eliminar un par y quedÛ digno. De hecho, mi terror era que alguien se diera cuenta de alg·n problema con el traje, pero por suerte no fue asÌ y pasÛ piola. Para la cena de gala hablÛ el Capit·n y luego hubo un brindis y de ahÌ a un buffet realmente ridÌculo. Fuentes interminables de centollas, salmÛn relleno, pero lo que encontrÈ m·s impresionante era una fuente grande grande con ostiones. La centolla la encuentro rica, pero para mi los ostiones son un animal de otro planeta. Adem·s en esta cena (y en todas en realidad) hay vinos bacanes y no es para decir. "mmmm, que rico este vino", sino que son vinos de cuatro lucas para arriba. Tengo mucha cueva. Compartimos las ·ltimas conversaciones con la gente de la mesa. El espaÒol y su novia de Linares, las mexicanas y el doctor de Conce y su seÒora. Justo se dio en este viaje que venÌa gente m·s joven, asÌ que se armÛ una muy buena onda. De ahÌ volvÌ terneado a la oficina a sacar las copias del dvd. De los treinta y tantos pasajeros (y dos eran familias grandes) vendÌ 9 copias, lo que parece que no est· tan mal. DespuÈs me saquÈ la chaqueta, me la parka y partÌ para la popa. AhÌ vi las luces de Puerto Natales a lo lejos y la tierra por babor. Esta vez no fui a escribir, sino que saquÈ mi celular y empecÈ a llamar a mucha gente a Santiago. Fue como una catarsis de todo este tiempo que habÌa estado arriba del barco, que no ha sido tanto, pero han pasado muchas cosas dentro de mi.